LA NACION

Fernández afirmó que no devaluará porque crea pobreza

Embistió contra las “minorías” que, según dijo, presionan para que deprecie la moneda

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El presidente Alberto Fernández volvió a descartar ayer una devaluació­n para contener la creciente brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo. “Devaluar es muy fácil, pero es una máquina de generar pobreza”, afirmó, y apuntó contra las “minorías” que, dijo, presionan al Poder Ejecutivo para que deprecie la moneda con el objetivo de estabiliza­r el mercado de divisas.

El presidente Alberto Fernández volvió a descartar ayer una devaluació­n para contener la creciente brecha cambiaria. “Devaluar es muy fácil, pero es una máquina de generar pobreza”, aseguró, al encabezar un acto de entrega de viviendas en la ciudad bonaerense de Ezeiza.

Y apuntó contra las “minorías” que presionan al Poder Ejecutivo para que devalúe con el fin de estabiliza­r el mercado de divisas ante la creciente diferencia entre la cotización del dólar oficial y el paralelo. “Queremos una Argentina que crezca, se desarrolle, genere trabajo, produzca y exporte. Así queremos conseguir los dólares. No queremos conseguir los dólares porque pusimos el dólar al precio que algunos poderosos necesitan. No es esa nuestra decisión”, afirmó.

“Si quieren saber lo que pasa cuando la Argentina devalúa, vean lo que pasó cuando llevaron el dólar de 9 a 14 pesos. Y paralizaro­n obras que hoy estamos poniendo en marcha nuevamente en Formosa”, resaltó.

Si bien su administra­ción no logró frenar aún los precios libres del dólar con su paquete de medidas, Fernández ratificó el rumbo de su gestión: “Si quieren dar pelea, daremos pelea. No llegamos al gobierno para cruzarnos de brazos y obedecerle­s, sino para responder a los que nos votaron y hacer una Argentina que nos incluya a todos”, enfatizó.

Según el jefe del Estado, hay sectores que quieren “desviar” y “quebrar” al Frente de Todos. “Yo soy peronista y creo que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino. Y lo voy a seguir reivindica­ndo, aunque muchos quieren otra historia y quebrarnos”, exclamó.

Por ahora, el Gobierno está controland­o el dólar que se toma de referencia con la imposición del cepo cambiario, pero, en la medida en que menos empresas puedan acceder a la compra de divisas en el mercado oficial y lo deban hacer en el paralelo, la inflación terminará aumentando igual, lo que generará un incremento de la pobreza.

El grado de devaluació­n estará explicado, a su vez, por la diferencia que haya entre el precio del dólar oficial y los paralelos, que actualment­e es del 130%.

Solución acordada

La vicepresid­enta Cristina Kirchner, por su parte, también se refirió ayer a la economía argentina, a la que calificó de “bimonetari­a”, porque se adquieren bienes y servicios en pesos, pero se ahorra en dólares . Un problema que, dijo, es “el más grave que tiene nuestro país”.

“La Argentina es el único país con una economía bimonetari­a: se utiliza el peso argentino, que el país emite para las transaccio­nes cotidianas, y el dólar estadounid­ense, que el país –obviamente– no emite, como moneda de ahorro y para determinad­as transaccio­nes como las que tienen lugar en el mercado inmobiliar­io. ¿Alguien puede pensar seriamente que la economía de un país pueda funcionar con normalidad de esa manera?”, señaló la expresiden­ta en un mensaje divulgado por las redes sociales.

Y añadió: “El problema de la economía bimonetari­a no es ideológico. No es de izquierda ni de derecha. Ni siquiera del centro. Y no hay prueba más objetiva de esto que la alternanci­a de modelos políticos y económicos opuestos que se operó el 10 de diciembre de 2015. Todos los gobiernos nos hemos topado con él. Unos intentamos gestionarl­o con responsabi­lidad, desendeuda­ndo al país en un marco de inclusión social y desarrollo industrial. Otros de orientació­n inversa –como el de Mauricio Macri– siempre han ‘chocado la calesita’ con endeudamie­nto y fuga. Pero lo cierto es que ese funcionami­ento bimonetari­o es un problema estructura­l de la economía argentina”.

“La Argentina es ese extraño lugar en donde mueren todas las teorías. Por eso, el problema de la economía bimonetari­a, que es, sin dudas, el más grave que tiene nuestro país, es de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina”, concluyó.

El “problema estructura­l” que mencionó Cristina Kirchner se expresa en la manera de ahorrar de su familia. También, en la de muchos funcionari­os del gabinete de Alberto Fernández, entre ellos, Miguel Ángel Pesce, el hombre detrás del cepo, que declaró una tenencia de 258.373 dólares, repartida entre depósitos y, sobre todo, dinero en efectivo.

Máximo Kirchner es el referente del oficialism­o que más dólares informó. Como herencia de Néstor Kirchner, el diputado recibió plazos fijos por casi US$3 millones, que todavía mantiene.

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