Fernández coincide con las críticas al gabinete, pero no hará cambios
En conversaciones privadas, el Presidente adhiere al análisis de la vicepresidenta; no hará un relanzamiento en lo inmediato
Alberto Fernández llamó a la secretaria legal y técnica, Vilma Ibarra. “Venite”, le dijo. La cita era en el despacho del Presidente. Ahí, ya estaba el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, ambos apuntados en la carta de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Después de los saludos de rigor, el jefe del Estado lanzó: “Vamos juntos”. Así fue como el trío, junto al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, salió caminando ayer desde la Casa Rosada rumbo al Centro Cultural Kirchner.
Se trató de una clara señal de respaldo del Presidente para su equipo y su socio. La sentencia de Cristina sobre el funcionamiento del gabinete no tendrá efectos en lo inmediato. Si bien el Presidente coincide en que algunos integrantes de su equipo aún están en falta en materia de rendimiento, no habrá cambios de fondo.
Esto significa que Fernández podría sustituir a alguna pieza, pero de ninguna manera analiza un relanzamiento de su gabinete. En charlas reservadas, el balance que hace el Presidente de sus colaboradores es similar al que expresó con crudeza su compañera de fórmula. “Hay dos velocidades”, describió uno de sus hombres de máxima confianza.
Entre los que aún están en deuda se destacan María Eugenia Bielsa (Hábitat), Tristán Bauer (Cultura) y Juan Cabandié (Ambiente), según reconocieron tres funcionarios de la mesa chica.
Las palabras de la expresidenta resonaban todavía ayer en la Casa Rosada. En los despachos de los principales habitantes de Balcarce 50 el análisis fue el mismo. “Cristina es así. Es una cristineada”, resumió una de las principales asesoras del jefe del Estado.
Anteayer, en vísperas de los homenajes a su esposo, Néstor Kirchner, a diez años de su fallecimiento, la vicepresidenta publicó una extensa carta donde dejó asentada su mirada sobre la crisis que atraviesa el gobierno nacional.
“En este marco de derrumbe macrista más pandemia, quienes idearon, impulsaron y apoyaron aquellas políticas hoy maltratan a un presidente que, más allá de funcionarios o funcionarias que no funcionan y más allá de aciertos o desaciertos, no tiene ninguno de los ‘defectos’ que me atribuían y que, según no pocos, eran los problemas centrales de mi gestión”, escribió la exmandataria.
Desde la Casa Rosada buscaron desdramatizar el impacto. En algunos despachos resaltaron tres puntos: la expresidenta reivindicó al Gobierno como peronista, dejó en claro que quien toma las decisiones es Fernández y habilitó la posibilidad de avanzar con acuerdos con algunos actores con los que mantiene un enfrentamiento.
“Es hora de contener a Cristina y empezar a trabajar con la agenda que vinimos a llevar adelante”, resumieron cerca del Presidente.
Bielsa, Bauer y Cabandié aparecen en deuda en varios diagnósticos
“El problema no son los ministros, sino empoderar a Alberto”, resumen en la Rosada
Un punto clave, a partir de ahora, será reconstruir la confianza. Desde hace semanas el jefe del Estado mantiene encuentros con los principales empresarios del país. En el horizonte, según explicaron fuentes oficiales, emerge la posibilidad de avanzar con un acuerdo con empresarios, gobernadores, la CGT y organizaciones sociales, entre otros actores. Este plan, del que hablan en la Casa Rosada, todavía está en etapa de evaluación.
Dentro del gabinete, la frase de Cristina no sorprendió. Es que desde hace meses algunos, como Cafiero y los ministros Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Claudio Moroni (Trabajo), Marcela Losardo (Justicia) y Sabina Frederic (Seguridad), sufrieron cuestionamientos del kirchnerismo duro.
“El problema hoy no son los ministros, sino que hay que empoderar a Alberto”, graficaron fuentes cercanas al Presidente.