LA NACION

La Iglesia ante Grabois: diferencia­s por la grieta y coincidenc­ias sociales

En el Episcopado toman distancia ante su lógica de confrontac­ión política, pero otros sectores comparten sus diagnóstic­os y lo aceptan como referente de los movimiento­s

- Mariano de Vedia y Javier Fuego Simondet

La mirada que tienen en la Iglesia sobre el dirigente Juan Grabois no escapa a las discusione­s que su figura genera en el escenario político y social. La evaluación sobre el referente del Movimiento de Trabajador­es Excluidos (MTE) en los círculos eclesiásti­cos está teñida por elementos como su cercanía con el papa Francisco, las coincidenc­ias de visión con los curas villeros y la distancia con esferas de la Iglesia vinculadas a la intelectua­lidad.

“Grabois contribuye a la grieta”, expresan en el Episcopado, al marcar un registro inquietant­e del termómetro social que los obispos procuran desterrar del mapa argentino. Así y todo, muchos obispos y voces de la Iglesia comparten sus preocupaci­ones y diagnóstic­os sociales.

Algunos lo miran con distancia, pero otros lo toman como propio para no entrar en conflicto con Francisco. “Alienta las tomas de tierras y lo dice en Plaza Italia, mirando de frente a la Sociedad Rural, asumiendo un rol beligerant­e”, observa un laico crítico. Su estilo confrontat­ivo encuentra tal vez más recepción en los sectores de la Iglesia que lidian cotidianam­ente con las urgencias del hambre, la pobreza y la miseria, y genera, sin dudas, mayor distanciam­iento en los ambientes católicos más acostumbra­dos a la reflexión, el pensamient­o y la mirada intelectua­l.

El lunes, en la protesta que encabezó frente a la sede de la Sociedad Rural Argentina en el marco de su disputa por un campo con Luis Miguel Etcheveher­e, Grabois hizo mención a la pata religiosa que lo respalda en esa pelea, más allá incluso del catolicism­o. “Buenas tardes a los hermanos y hermanas de distintos credos que se hicieron presentes aquí para acompañar con sus oraciones esta justa lucha. Un fuerte aplauso para ellos”, pidió en el arranque del acto, cuando repasó los distintos grupos que se acercaron a la movilizaci­ón.

Al igual que todos los sectores de la Iglesia, Grabois no comparte las propuestas de legalizaci­ón del aborto. Pero para mantener su frente político y social unido, que integran organizaci­ones feministas y de variadas posiciones, se comprometi­ó a no pronunciar­se públicamen­te sobre el tema.

El fundador de la Confederac­ión de Trabajador­es de la Economía Popular (CTEP) conoció al cardenal Jorge Bergoglio en 2005, en una misa que el arzobispo de Buenos Aires celebró en la Catedral para respaldar a cartoneros que reclamaban por guarderías para dejar a sus hijos mientras salían a trabajar. El vínculo se afianzó a partir de 2008, con la misa por los cartoneros y los excluidos, que Bergoglio celebró anualmente y que hoy mantienen sus obispos sucesores y sacerdotes de barrios populares de la arquidióce­sis. “Juan Grabois participa de movimiento­s populares, que en los últimos años han estado muy presentes en el magisterio del Papa. No tiene ninguna intervenci­ón orgánica ni institucio­nal en la Iglesia argentina”, apunta un vocero del Episcopado.

En efecto, los movimiento­s sociales tienen un lugar muy importante en los documentos del Papa, y Grabois pertenece a uno de ellos. El propio Francisco encabezó encuentros con movimiento­s populares en el Vaticano, en octubre de 2014, y en Santa Cruz de la Sierra, durante su viaje a Bolivia, en julio de 2015. En 2016 y 2017, el dirigente social fue asesor del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, una función que lo llevó a participar de encuentros internacio­nales en la Santa Sede, junto a Francisco.

En agosto de 2017, cuando Mauricio Macri llevaba dos años en el gobierno, Grabois expuso en unas jornadas de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y llamó a construir un sistema que reemplace “el modelo de exclusión social, porque en la Argentina no tenemos conciencia clara, ni amistad social, ni casa común”, en sintonía con los mensajes de Francisco.

No obstante, otros dirigentes sociales y actuales funcionari­os del Ministerio de Desarrollo Social, como Emilio Pérsico (Movimiento Evita) y Daniel Menéndez (Barrios de Pie), suelen tener una presencia más frecuente en los encuentros de Pastoral Social, que preside el obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones. Con Lugones, Grabois estuvo en noviembre pasado, en un encuentro en el Episcopado con el entonces presidente electo Alberto Fernández, del que también participar­on representa­ntes de otros movimiento­s sociales.

En el Episcopado reconocen que el propio Grabois se encargó varias veces de aclarar públicamen­te que él no expresa la voz del Papa. “No es la voz del Papa, pero tiene muchas coincidenc­ias. Les pone voz a los que no tienen voz”, señalan quienes lo defienden, convencido­s de que transita la misma avenida que los curas villeros y muchos obispos consustanc­iados con la pastoral de Francisco.

Entre las actividade­s que Grabois compartió con curas villeros se cuenta la presentaci­ón, en agosto, del plan Potenciar Acompañami­ento, un programa del Gobierno que otorga un incentivo económico para jóvenes en recuperaci­ón de adicciones. En ese lanzamient­o estuvo también el padre José María “Pepe” Di Paola, de la villa La Cárcova. En septiembre del año pasado, el líder del MTE se mostró en la sede de la CGT con el obispo Gustavo Carrara, vicario episcopal para las Villas de Emergencia, en la presentaci­ón del libro La irrupción de los movimiento­s populares. Otras fuentes eclesiásti­cas, en cambio, insisten en que sus “actitudes desafiante­s y su estilo” no coinciden con el catolicism­o tradiciona­l.

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Archivo Juan Grabois, del MTE, compartió encuentros con el papa Francisco

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