La Corte se reunió, pero eludió el caso de los jueces por falta de acuerdo
El tema sobrevoló las conversaciones, pero aún no hay una mayoría; mientras, apuestan a que baje la tensión sobre ellos
La Corte Suprema de Justicia se reunió ayer de manera virtual, y el caso de los camaristas Pablo Bertuzzi, Leopoldo Bruglia y Germán Castelli apenas si sobrevoló el encuentro. Cuando el asunto quedó sobre la mesa, los jueces (que aún se debaten para encontrar consenso) entendieron que no había votos suficientes como para resolverlo, se desentendieron y pasaron a otro tema.
Así uno de los temas más políticos y controversiales que tiene en sus manos la Corte (parangonado con el conflicto por la reducción de la coparticipación federal que sufrió la ciudad de Buenos Aires) quedó sin resolver. Llama la atención porque hace un mes, y urgida por su presidente, Carlos Rosenkrantz, la Corte admitió por razones de urgencia y gravedad institucional un recurso de per saltum que presentaron los camaristas para evitar ser trasladados de los lugares que ocupaban cuando fueron colocados allí por el gobierno de Cambiemos.
EL Consejo de la Magistratura promovió su regreso a los cargos que ocupaban en 2018, el Senado avanzó y el Presidente decretó que debían regresar a los lugares donde trabajaban antes de ser trasladados en la gestión del macrismo.
Los camaristas recurrieron a la Justicia, que les negó la razón en todas las instancias hasta que la Corte admitió su per saltum. Los jueces de la Corte congelaron todo, evitaron que los trasladaran e imprimieron vértigo al expediente suspendiendo los plazos normales y trabajando los fines de semana como para dictar una sentencia de inmediato.
Pero esto ocurrió hace un mes y aún no hubo fallo porque la Corte está dividida. Hay al menos dos posiciones: Rosenkrantz va en el mismo sentido que cuando firmó en disidencia la acordada 4 de 2018: no es necesario un nuevo acuerdo del Senado para los traslados.
Al abrir el per saltum por el reclamo de los camaristas, Rosenkrantz dijo que estaban en juego valores republicanos y la suerte de decenas de jueces trasladados en los últimos 20 años. Su solución sería anular la decisión del Consejo de la Magistratura que promovió revisar los traslados, con lo que queda sin efecto todo el trámite posterior donde el Senado les negó acuerdo a Bruglia, Bertuzzi y Castelli y los decretos del Poder Ejecutivo que retrotraen su situación a 2018.
Por el otro lado, Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Ricardo Lorenzetti trabajan en sus votos que buscan una salida intermedia, reconociendo la validez de los traslados aunque dándoles un carácter temporario hasta tanto los cargos sean cubiertos por jueces que cuenten con acuerdo del Senado. Elena Highton, en tanto, se mantiene en reserva pero dispuesta a sumarse a la postura mayoritaria.
No hay nada concreto ni confirmado y los jueces de la Corte se juraron no dejar trascender nada, mientras baja la tensión política y el debate institucional argentino gira de la Justicia a la economía y a un acuerdo político. La Corte quedó fuera de ese debate, por ahora.
El asunto es ya una bandera institucional y no solo un caso de tres jueces a los que el Gobierno quiere regresar a los cargos que ocupaban años atrás, antes de que Cambiemos los colocara en los lugares donde trabajan actualmente.
La oposición ve en el traslado de los camaristas que investigaron a Cristina Kirchner (Bruglia Y Bertuzzi) o que deben juzgarla (Castelli) una venganza o un intento de sacar a un juez que sospechan adverso. Y el oficialismo ve en el asunto deshacer lo que Cambiemos hizo con los traslados, aunque se pase por alto que el kirchnerismo protagonizó otros traslados de jueces en similares condiciones en el pasado. Aún no hay suficiente consenso.