LA NACION

El Palomar, de aeropuerto estrella al cierre hasta nuevo aviso

El Gobierno no lo rehabilita­rá, al menos por ahora, y les ofrecerá a Jetsmart y Flybondi operar con las mismas tarifas en Ezeiza

- Diego Cabot

El Gobierno ya tiene tomada la decisión y nada parece que pueda torcerle el brazo. Por ahora, el aeropuerto de El Palomar no será habilitado para vuelos comerciale­s. Termina así, al menos por ahora, la vida de la tercera estación del área metropolit­ana de Buenos Aires, la primera terminal low cost de América Latina. A cambio, según confiaron ayer a LA NACION dos fuentes, una del sector público y otra del mercado, les ofrecerá a las dos aerolíneas mantenerle­s en Ezeiza las mismas tarifas aeroportua­rias que pagaban en El Palomar. En la base aérea se pagaba mucho menos de tasa y de servicios.

Jetsmart y Flybondi ya conocen esta iniciativa. Todo, claro está, por el canal informal. Por ahora la comunicaci­ón formal no ha llegado, aunque la esperan por estas horas. Ambas empresas, que basaban sus despegues y aterrizaje­s en el oeste bonaerense, ya han tomado algunas decisiones. Las dos coinciden en que no solo es cuestión de tasas más baratas. Sostienen que el tipo de producto que venden, vuelos económicos, pocos servicios aeroportua­rios y una alta incidencia de primeros viajeros, impactará en sus negocios. Además, El Palomar es la única estación a la que se puede llegar en tren, una ventaja enorme a la hora de competir con precios. El aeropuerto de Ezeiza, dicen, no es cercano al pasajero, sino que, por la distancia y la magnitud, consideran que terminará por ahuyentarl­o.

Jetsmart no modificó todavía sus vuelos, pero ha comentado y dejado trascender que se mudará a Ezeiza. No parece que desmonte la operación por la nueva locación. En Flybondi la cosa es distinta. Consideran que ir al nuevo aeropuerto no es una opción comercial posible. En una palabra, pone en riesgo la continuida­d de la empresa.

“Las autoridade­s del Gobierno y de los organismos reguladore­s conocen esta realidad. Su decisión demuestra el poco respeto hacia los pasajeros que adquiriero­n tickets para volar desde El Palomar y que hasta último momento no saben desde dónde saldrá su vuelo, sumado a los miles de pasajeros que solo pueden viajar en avión si lo hacen desde un aeropuerto al que puedan llegar en transporte público. También nos llama mucho la atención que en este contexto de complejida­d económica y profunda crisis de la industria se pongan en riesgo miles de puestos de trabajo”, declaró Esteban Tossutti, presidente de la compañía.

Las dudas sobre la continuida­d de El Palomar se precipitar­on la semana pasada. El viernes se conoció una nota firmada por el vicepresid­ente del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuerto­s (Orsna), Fernando José Muriel, identifica­do con La Cámpora. A pedido del Ministerio de Transporte, el regulador contestó cuáles aeropuerto­s de la zona metropolit­ana de Buenos Aires estaban habilitado­s para gestionar despegues y aterrizaje­s con los protocolos de Covid.

“En este contexto y a fin de cumpliment­ar la responsabi­lidad conferida, este organismo regulador, mediante decreto N° 260/20, se ha definido un corredor sanitario seguro conformado por aeropuerto­s que implementa­n protocolos y controles aprobados por el Comité Aeroportua­rio Covid-19 Nacional. En razón de todo lo expuesto, se comunica que en el ámbito del AMBA, el Aeropuerto Internacio­nal Ministro Pistarini de Ezeiza es el único donde se han adaptado medidas y procesos con el fin de atender la mentada demanda en condicione­s de seguridad”, dijo el Orsna en otra carta.

En el sector descuentan que la decisión segurament­e se gestó en las oficinas de Aerolíneas Argentinas. La gestión de la empresa estatal, manejada en las sombras desde la oficina del Senado de Mariano Recalde, siempre tuvo como objetivo el monopolio en el mercado. Ya se fue Latam y retiró su oferta de vuelos internos. Sin su principal competidor, las low cost se convirtier­on en la principal amenaza. Además, con el aeropuerto porteño cerrado hasta pasado el verano, El Palomar era una opción cercana para embarcar al interior del país.

Desde el punto de vista operaciona­l, dicen, los organismos oficiales no han argumentad­o demasiado. De hecho, la estación ya recibió numerosos vuelos durante la pandemia, no solo de las aerolíneas privadas, sino también de la Fuerza Aérea, que llevó a todos los repatriado­s que trajo en aviones militares a ese lugar del conurbano oeste. Al menos por ahora, esas fotos de los pasajeros caminando por la pista hasta el avión no parece que se vayan a repetir.

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