Importancia del acuerdo Mercosur-ue
En un mundo incierto no es siempre sencillo para la Argentina identificar pasos concretos a seguir en política exterior. Pero afirmaciones recientes del canciller Felipe Solá parecen abrir el camino hacia un consenso mayoritario en torno al acuerdo Mercosur (Ms)-unión Europea (UE), de importancia económico comercial y ge o política.
Solá afirmó: “Nosotros hemos cambiado nuestra posición”, explicando que se habían opuesto al acuerdo por considerar que los plazosde desmantelamiento arancelario eran peligrosos para ciertas industrias locales, y que los acuerdos no eran nada generosos en cuanto al acceso de productos agropecuarios a la UE. Pero afirma ahora que están dispuestos a dar continuidad al acuerdo –lo que implica firmarlo–, y que cuando Europa lo apruebe, no lo van a detener ni rechazar, y será enviado al Congreso.
Según el general Mac Arthur, “nada sustituye a una victoria”. Pero la victoria diplomática que significó llegar a un acuerdo MS-UE no pudo sustituir la imagen poco victoriosa en términos económicos y electorales que el gobierno de Macri generaba. Tampoco quedó claro qué tipo de victoria había que celebrar. En términos deportivos, no se sabía si se había ganado por uno o dos goles, si se había empatado a último momento, o si habíamos cedido puntos, pero igual habíamos clasificado.
A medida que se fue develando el misterio de lo firmado, la reacción al acuerdo se tornó más racional. Los resultados económicos del acuerdo serían positivos pero modestos, dependerían del esfuerzo de los sectores productivos y del Estado, y beneficiarían a las economías regionales. Las concesiones a los sectores agropecuarios del MS eran aumentos de cuotas, no muy generosas. Y que la exigencia europea de liberar más del 90% de los productos (MS quería un 87%) había sido cumplida, al incluir un 4% adicional correspondiente al sector automotor, que se desgravaría en unos inéditos 15 años. Pero a pesar de una declamada poca comunicación con los sectores productivos locales, se obtuvieron importantes logros: a) no innovar en materia de aprobación de patentes –importante para las farmacéuticas–; b) los acuerdos textiles entre actores privados de ambas regiones; c) la compatibilidad en las reglas de origen; d) la innovadora cláusula “del abuelo”, que limitaba la aplicación de las reglas de denominación geográfica de la UE a productos ya comercializados hace generaciones, y e) el acceso de nuestros servicios a licitaciones públicas en la UE.
Desde el punto de vista geopolítico, si en el pasado un motivador del acuerdo fue balancear la influencia de EE.UU. en la región, hoy serviría para balancear también la influencia china. A su vez, en un contexto donde EE.UU. se retrae del sistema global, Europa aparece como un crítico defensor tanto del sistema multilateral como del sistema democrático liberal.
La Argentina puede avanzar este acuerdo en su próxima presidencia pro tempore del MS. Deberá enfrentar por lo menos dos grandes desafíos. El primero es sobreponerse a los gestos antidiplomáticos de Jair Bolsonaro, mezclando temas ambientales y personales, para alienar al presidente de Francia, Emmanuel Macron. Para ello habrá que trabajar con los sectores brasileños proacuerdo para lograr declaraciones o concesiones de parte de Brasil en materia ambiental. El segundo desafío es superar la oposición en algunos parlamentos europeos con argumentos ambientales brasileños, sumado a una visión y argumentos geopolíticos, por parte de Bruselas.
Especialista en relaciones internacionales; miembro consultor de CARI y de Cippec