LA NACION

En Inter, Lautaro no es el mismo que en el selecciona­do

Falló un gol con el arco libre en la Champions y luego salió; lleva cuatro encuentros sin tantos

- Ariel Ruya

Lautaro Martínez fue una de las certezas del triunfo del selecciona­do argentino en La Paz frente a Bolivia por 2 a 1. No sólo marcó el primer tanto: su desempeño tuvo oxígeno, músculo y potencia. Es el N° 9 preferido de Lionel Scaloni. Lautaro no es el único que le imprime sangre nueva, un torbellino de juventud que se había demorado en los últimos ciclos de selección. A los 23 años, tiene todo para triunfar: talento, personalid­ad y gol. Sin embargo, sufre del vértigo de la inconsiste­ncia. Brilla, se apaga. Vuela y cae de un plumazo. La mejor síntesis es su actualidad en Inter: desde que abandonó el equipo nacional, el 13 de octubre pasado, suma contratiem­pos, alimenta polémicas y falla oportunida­des impropias de un delantero de su magnitud.

Lo último ocurrió ayer, en la travesía por Ucrania, durante el empate sin goles ante Shakhtar Donetsk en un partido correspond­iente a la segunda fecha del Grupo B de la Champions League. El equipo italiano no tuvo la necesaria cuota de efectivida­d. La responsabi­lidad de esa premisa se sostiene en los cuerpos de Lukaku, que baja, se compromete con la causa, vuelve a subirse en el área, pero se marea, se tropieza y cae en la trampa de la fricción… y en Lautaro, que juega con la camiseta número 10, pero su rendimient­o suele tener un dígito y de mitad de tabla hacia abajo. Confuso, errático, falló una ocasión con el arco libre y rápidament­e fue reemplazad­o por Ivan Perisic, una decisión que Antonio Conte repite seguido: sacar a Martínez de la escena.

Del techo de América del Sur a la ciudad del este de Ucrania, pasaron cuatro partidos y ningún gol. Sufrió el embate de Zlatan Ibrahimovi­c, colosal a los 39 años, que marcó los goles del clásico triunfo por 2 a 1. Ingresó en la segunda mitad por Alexis Sánchez en el 2-2 contra Borussia Mönchengla­dbach. Lukaku convirtió el descuento en Milán, los tantos contra los alemanes y el primero, en el 2-0 sobre Genoa. Martínez tuvo una tarea decepciona­nte en ese encuentro, a tal punto que a 20 minutos del cierre fue reemplazad­o por Andrea Pinamonti, un joven de 21 años.

Salió del campo de juego y golpeó tres veces su mano contra uno de los bancos de suplentes. “Estaba enfadado solo conmigo mismo, no había jugado como quería. Estaba furioso, pero ahora solo pienso en el próximo partido”, había dicho, a propósito de la frágil relación que mantiene con Conte, un entrenador que suele estar en permanente estado de ebullición. “Me dijeron que golpeó el banco, pero no pienso que estuviera enojado conmigo. Yo con él tengo una gran relación. Creo que, a lo mejor, le pasó algo antes en el campo de juego, que estaba un poco nervioso... Yo siempre quiero jugadores con ganas de dar el máximo y que den lo mejor de ellos. Minimizaré la situación de Lautaro porque es un buen muchacho”, fue su reflexión.

El problema de Lautaro –que, tal vez, afecta su rendimient­o–, es que el coqueteo con Barcelona no lo deja en paz. Juega en un gigante mundial, pero espía qué podría pasar si comparte aventuras con Lionel Messi, como en la selección. Scaloni supo encajar esas dos piezas, más allá de que son estilos diferentes. Es el goleador del ciclo, con 10 conquistas.

“Trabajo cada día para ganar y mejorar, estoy feliz de estar en Inter. Sobre mi futuro… mañana no sé qué va a pasar, pero quiero dejar el Inter lo más alto posible”. Ese juego de palabras, a veces, termina por aturdirlo. Y en el híbrido 0-0 contra Shakhtar, volvió a ocurrir: Lautaro, afuera. En 93 encuentros, anoto 35 goles y dio 14 asistencia­s: una digna marca. Sin embargo, Lautaro sigue siendo una promesa. Lógicament­e, a esta altura, no es un elogio.

 ?? AFP ?? lautaro sufre por la oportunida­d perdida ante shakhtar
AFP lautaro sufre por la oportunida­d perdida ante shakhtar

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina