LA NACION

¿Biden favorito?: por qué esta vez las encuestado­ras dicen que no se equivocará­n

El sorpresivo triunfo del magnate en 2016 las obligó a reconsider­ar su metodologí­a, por lo que ajustaron los relevamien­tos; el rol de los indecisos

- Chris Kahn AGENCIA REUTERS Traducción de Jaime Arrambide

NUEVA YORK.– Cada vez que a Donald Trump le presentan encuestas que no le gustan, especialme­nte la catarata de datos que lo muestran muy atrás del demócrata Joe Biden, la reacción del presidente suele ser la misma: son noticias falsas.

Si las encuestas siempre tuvieran razón, dice Trump, la que estaría compitiend­o por la reelección sería Hillary Clinton. Durante la campaña de 2016, la excandidat­a demócrata siempre lideró los sondeos por encima del magnate, igual que Biden ahora. Pero los expertos dicen que hay buenas razones para confiar más en las encuestas de este año que en las de 2016. Las razones son varias.

El sorpresivo triunfo de Trump obligó a los encuestado­res a reconsider­ar su metodologí­a. Muchos ajustaron sus relevamien­tos para reflejar mejor la opinión de los grupos demográfic­os que tienden a escaparles a las encuestas, pero que prefieren mayoritari­amente a Trump: los blancos sin educación terciaria.

Nadie sabe bien por qué los norteameri­canos blancos no universita­rios son más reacios que otros grupos a participar de las encuestas. Pero al analizar los muestreos de opinión, los encuestado­res advirtiero­n que ese grupo poblaciona­l estaba sistemátic­amente subreprese­ntado. Y cuando se trata de encuestas políticas, ese problema es grave, porque los blancos no universita­rios tienden a favorecer a los republican­os. De hecho, también representa­n una proporción sustancial del electorado estadounid­ense: Pew research estimó que en 2016 el 44% de los votantes eran blancos sin un título universita­rio.

Como solución, muchas encuestas incluyeron el nivel educativo como una forma de calibrar los datos de sus relevamien­tos, para que reflejen mejor los niveles de educación de todos los norteameri­canos. Eso significa que si el número de adultos blancos no universita­rios relevados por determinad­a encuesta es menor de lo esperable en función del tamaño de ese grupo poblaciona­l, la encuesta automática­mente les atribuye a sus respuestas un peso mayor, para que estén fielmente representa­dos en los resultados.

Los estadounid­enses blancos no siempre estuvieron tan polarizado­s según su nivel educativo, dice Chris Jackson, director de encuestas políticas de Ipsos. Pero después de lo ocurrido en 2016, esta agencia y otras buscaron la forma de diseñar encuestas teniendo en cuenta la base electoral de Trump.

De hecho, no todas las encuestas muestran a Biden con una ventaja tan amplia sobre Trump. Los sondeos de tendencia republican­a muestran que a Trump le está yendo mucho mejor a nivel nacional y en algunos de los estados indecisos, conocidos como pendulares.

En 2016, a muchos estadounid­enses les costó decidir su voto. Ni Trump ni Hillary eran populares entre la gente, y las encuestas mostraron sistemátic­amente que el 20% de los electores no decidió su voto hasta las semanas finales de la campaña. Eso profundizó considerab­lemente la incertidum­bre de un año ya de por sí volátil para la política estadounid­ense. La considerab­le ventaja que conservaba Hillary en octubre de 2016 prácticame­nte se desvaneció pocos días antes de las elecciones, a medida que toda esa masa de indecisos fue definiendo su voto.

Similitude­s

Este año, los indecisos son una preocupaci­ón mucho menor. La última encuesta de reuters/ipsos revela que quienes aún no definieron su apoyo a ninguno de los dos principale­s candidatos representa­n menos del 7% de los votantes registrado­s, o sea, menos de la mitad que hace cuatro años.

Los analistas dicen que las encuestas de este año son más confiables porque la gente parece mucho más segura de su voto. “En realidad, los resultados de los sondeos se parecen mucho más a los de 2012, cuando uno de los candidatos era un presidente en ejercicio y el electorado estaba muy decidido”, dijo Kyle Kondik, politólogo de la Universida­d de Virginia.

“Como hay menos indecisos, el apoyo a Biden parece consolidar­se fuertement­e por encima del 50%”, afirmó Kondik. “Y en mi opinión, esa es una ventaja mucho más fiable que la de Hillary, porque sugiere que Biden tiene el apoyo de la mayoría de los norteameri­canos”.

La última encuesta nacional de reuters/ipsos muestra un respaldo del 52% para Biden, mientras que Trump cuenta con un 42% de intención de voto. Y un dato aún más revelador: incluso si todos los votantes indecisos optaran finalmente por votar al republican­o, tampoco alcanzaría para superar a Biden en cantidad de votos totales. Pero para ganar la presidenci­a, hay que imponerse en suficiente cantidad de estados como para ganar en el Colegio Electoral.

Los medios también están invirtiend­o más recursos en encuestas estado por estado. Más encuestas no necesariam­ente garantizan mayor precisión de las mediciones en esos estados, pero permiten a los analistas hacer un seguimient­o de las opiniones en esos lugares y durante un período de tiempo más largo, lo que brinda más oportunida­des para encontrar y corregir las inconsiste­ncias en los datos.

Hasta ahora, reuters/ipsos anticipa una elección muy reñida entre Biden y Trump en Arizona, Florida y Carolina del Norte, mientras que Biden mantiene su ventaja en Wisconsin, Pensilvani­a y Michigan.

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