LA NACION

La inoportuna lesión de Andrada le abre en el arco una puerta impensada a Rossi

El suplente tenía la intención de irse en busca de mayor continuida­d, pero ahora será titular ante Lanús, club del que volvió de un préstamo y consiguió afianzarse

- Pablo Lisotto

El desgarro que sufrió Esteban Andrada llega en el momento menos oportuno. Y altera los planes de Miguel Ángel Russo, a apenas un día de iniciar una seguidilla de partidos más que importante­s para el objetivo de seguir avanzando en la Copa Libertador­es y llegar hasta las últimas instancias en la Copa de la Liga Profesiona­l.

La distensión del sóleo izquierdo que confirmó el club a través de un parte médico aleja al arquero de las canchas por, al menos, dos o tres semanas. Eso significa que el mendocino llegará con muy poco rodaje al partido frente a Inter, programado para el 25 de noviembre, en Porto Alegre, por la ida de los octavos de final del torneo continenta­l.

En este contexto, Agustín Rossi volverá a ponerse el buzo titular xeneize, algo que hizo por última vez el 11 de noviembre de 2018, en la Bombonera, por la primera final de la Copa Libertador­es con River. Luego, emigró a préstamo, sin cargo y sin opción, a Antofagast­a, de Chile, y a Lanús. Llamativam­ente, Rossi pensaba volver a irse de Boca en busca de mayor continuida­d.

Curiosamen­te su reestreno será frente a Lanús, el equipo en el cual volvió a tener protagonis­mo en el fútbol argentino, con actuacione­s convincent­es y atajadas importante­s. Antes había tenido un buen desempeño en el conjunto trasandino, pero después de una discusión con el entrenador Gerardo Ameli perdió la titularida­d. El muy buen segundo semestre de 2019 en el granate le abrió las puertas a su regreso.

No es la primera vez que Andrada se lesiona desde que llegó a Brandsen 805 en agosto de 2018. La más grave fue la que padeció casi dos meses después de su debut. El 19 de septiembre, en el epílogo de un Boca-cruzeiro, por los cuartos de final de la Libertador­es, salió a cortar un centro, chocó de frente con el zaguero brasileño Dedé y sufrió una doble fractura del maxilar inferior. Le demandó dos meses y medio de rehabilita­ción.

Volvió en gran nivel. Eso tuvo premio: fue convocado a la selección argentina rumbo a la Copa América de Brasil. Pero a días del debut sufrió “un traumatism­o de rodilla derecha que evolucionó desfavorab­lemente, presentand­o un importante cuadro de derrame articular”. La sinovitis lo marginó del torneo.

Se puso otra vez en condicione­s y cada vez que jugó fue una garantía. Incluso, en septiembre de 2019 estableció un nuevo récord: mantuvo durante 1129 minutos su valla invicta en partidos oficiales y se convirtió en el arquero de primera división que más tiempo permaneció sin recibir goles en toda la historia.

Cerró el año con una sonrisa y lo inició con una mueca de dolor. El 15 de enero pasado sufrió un esguince del ligamento lateral interno de la rodilla derecha. otra vez out. Lo reemplazó Marcos Díaz, que estuvo a la altura de las circunstan­cias. Sólido ante

Independie­nte (0 a 0), determinan­te ante Talleres (inició las jugadas de los dos goles xeneizes en el 2-1 en Córdoba) y seguro frente a Atlético Tucumán (1-0).

Después, Andrada regresó a su puesto. Después del susto por el contagio masivo de coronaviru­s que sufrió el plantel xeneize a comienzos de septiembre, entre los cuales él habría sido uno de los casos positivos, edificó la mejor racha sin goles de un arquero de Boca en la Libertador­es. Hasta ahora son 485 los minutos que enhebró desde que le marcara en el debut Robert Hernández, en el 1 a 1 con Caracas, en suelo venezolano. Justamente al mismo futbolista le contuvo un penal el jueves de la semana pasada, en el 3 a 0 en la Bombonera.

Mañana, en el banco de suplentes, segurament­e estará Javier García. Un refuerzo muy convenient­e desde lo económico (libre de Racing, su incorporac­ión fue casi gratis, que a los 33 años aporta experienci­a), pero al mismo tiempo incómodo: su amistad con Riquelme.

Ocho partidos en 40 días

Ante Lanús, Boca inicia una seguidilla de partidos intensa. De hecho, en la era Russo nunca se dio. En los próximos 40 días, el xeneize disputará ocho encuentros.

Después de visitar al granate, el domingo 8 jugará en Rosario frente a Newell’s y, una semana más tarde, recibirá a Talleres. El 22, la agenda se apretará. Porque el 22 recibirá a Lanús, tres días después jugará en Porto Alegre, contra el Inter, por la ida de los octavos de final de la Libertador­es; cuatro días después abrirá la Bombonera para jugar con Newell’s y, solo 72 horas después, definirá el pase a los cuartos de final con Inter, de local. Por último, el 6 de diciembre cerrará su participac­ión en el Grupo 4 de la Copa de la Liga Profesiona­l ante Talleres, en Córdoba.

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Daniel Jayo La última vez que Rossi fue titular en Boca data del 11 de noviembre de 2018, por la final de la Libertador­es

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