LA NACION

Dejar plata de lado por la gloria de ser campeón de Palermo

Hilario ulloa, que pasado mañana se estrenará en ellerstina en el inicio de la triple Corona, resignó dinero para mejorar sus chances deportivas; “ganar acá es cuestión de tiempo”, dice de los Pieres

- Xavier Prieto Astigarrag­a

“Decidí no pensar en la guita y elegí la opción para ganar”. Así de directo lo dice Hilario Ulloa, el nuevo integrante de Ellerstina. Jugaba por Las Monjitas bajo contrato y le iba bien, pero no levantaba copas. Un par de días luego de la final del Abierto de Palermo 2019 recibió una invitación de los hermanos Pieres. La decisión fue difícil, más por lo humano que por lo económico: Ulloa dejaba un equipo en el que había buen ambiente y que tenía un proyecto para dar el asalto final a los podios. Sin el número 2 y sus 10 goles, la estructura se desarmó. Y el delantero de Lincoln pasó a uno de los dos grandes del polo.

Pasado mañana se iniciará la Triple Corona y Ellerstina levantará el telón del Abierto de Tortugas, que se desarrolla­rá íntegro en el predio de Pilar de la Asociación Argentina de Polo. A las 11, el conjunto de los Pieres (39) abrirá frente a La Irenita (30) la defensa del título, cinco horas antes de La Natividad/las Monjitas (36) vs. Murus Sanctus (35), otro de los cuartos de final. Al día siguiente debutarán La Dolfina y las otras tres formacione­s.

Ulloa tomó el lugar de Pablo Pieres, que se fue a La Natividad para jugar con los Castagnola. Ahora Hilario, de 34 años, está en el equipo que, sin La Dolfina entero enfrente (Juan Martín Nero no actuará al menos hasta avanzado el Argentino Abierto) se erige en principio en el favorito de la Triple Corona. Y ante ese desafío, habló con la nacion.

–¿Cómo llevás la cuarentena?

–Siempre digo que tenemos la suerte de vivir en una burbuja, y esto no nos pegó tanto. Estuvimos en Estados Unidos y, cuando empezó la pandemia, volvimos al campo en Argentina y nos instalamos en familia en un lugar seguro, tranquilo, con libertad. Después surgió lo de Inglaterra y estábamos en Europa, con trabajo y en familia. Era un lujo que, dado el momento, no se podía creer. En medio de todo el lío, pude seguir la vida normal. Pero veo en el mediano y el bajo handicaps, en Europa, en mis hermanos, en amigos, que sufrieron bastante: la falta de polo, la de compra y venta de caballos, la de patrones en Argentina, la de torneos por plata...

–¿Te deja alguna enseñanza?

–Ver los líos que hay en el mundo, las muertes, hace pensar en lo importante que es aprovechar el tiempo con los seres queridos. Esto da un cachetazo como si dijera “dejá de quejarte por pavadas y mirá lo que está pasando. Sos un afortunado de estar donde estás, de tener lo que tenés y de seguir laburando, de compartir tiempo en familia, de estar en espacios abiertos”. Hay gente que estuvo cinco meses encerrada en un departamen­to, o más.

–¿Qué balance hacés de los dos años en Las Monjitas?

–Uno muy positivo. Fue una gran experienci­a para mí. La pasé muy bien, formé parte de un gran equipo y de un gran grupo de gente. Voy a estar eternament­e agradecido. El plan era competir con los dos equipos de arriba y en muy poquito tiempo Las Monjitas lo logró.

–¿Cómo fue la despedida? Desde fuera pareció que no había sido en los mejores términos.

–Eh... Somos profesiona­les, todos queremos ganar. Desde que empecé mi sueño es ganar Palermo y sigo intentando cumplirlo. Tal vez no se dé, pero voy a hacer lo imposible para que sí. Había hablado con Las Monjitas de que para ganar un torneo el equipo debía seguir mejorando, porque Ellerstina y La Dolfina todavía eran favoritos. Y surgió la oportunida­d de Ellerstina.

–¿Por qué la aceptaste?

–Sentí que estaría un poco más cerca [de conquistar Palermo]. Hoy puedo jugar de igual a igual. Creo que no me porté mal; simplement­e decidí ir a otro equipo. No era nada grave. No fui el causante de que se desarmara [Las Monjitas]; si se desarmó, será por decisión de ellos. Tenían tres jugadores; era buscar a otro 2. Había mil alternativ­as. Si después pasaron cosas, creo que fueron ajenas a mí. No tengo nada que ver, porque si hubieran querido seguir juntos, habrían podido.

–No se me ocurren polistas como para sustituir a Hilario Ulloa...

–Fran Elizalde era mi sustituto natural, y es el que eligieron. Viene en ascenso, montándose; tiene 9 goles afuera, estuvo a punto de subir a 10 en Estados Unidos... Pero no tengo que armarle el equipo a nadie. Es una decisión de ellos, así como yo tomé una decisión para mí.

–Ibas a jugar por Las Monjitas en Palm Beach y el patrón, Camilo Bautista, te reemplazó por David Stirling. ¿Cómo quedó la relación con los ex compañeros?

–Bien. Con Santi [Toccalino] me vi mucho en Estados Unidos; a Facu Sola paso a visitarlo de vez en cuando; con Sapo [Caset] hablo... Obviamente, les habrá dolido que me fuera. Y a mí me costó tomar la decisión, porque era un gran grupo humano en el que nos habíamos hecho muy amigos. Pero hay oportunida­des que pasan en la vida y yo quería darme una chance.

–¿Cómo llegó la convocator­ia de Ellerstina? ¿Te sorprendió?

–Sí. La pensé bastante.

–¿Qué te dijeron los Pieres?

–Querían hacer un equipo desde cero, en el que se sintieran más parte, tomaran decisiones. Que fuera el equipo de ellos. Y me dieron la chance de involucrar­me, de ser uno más; la libertad de expresarme sobre caballos, organizaci­ón, equipo. Ésa es otra cosa que me atrapó: opinar, sentir que me daban un lugar. No soy más que ellos ni nadie como para opinar, porque son un gran equipo, una gran organizaci­ón, la mejor cría del mundo. Pero sentir que uno es parte, que lo escuchan, es muy importante. Llegando desde afuera, no poder hablar iba a ser difícil para mí. Ellos me abrieron la puerta desde el primer momento y eso me dio energía para tomar la decisión, porque sabía que mi palabra y mi voto iban a contar. Que yo no iba a estar pintado.

–Recién decías que los Pieres pasaban a tener el control total del equipo, como si no lo tuvieran.

–No sé si era así o no, pero Ellerstina tiene mucha gente detrás y la opinión de toda esa gente importa mucho. Pero ellos querían como dar un paso adelante y tomar ellos las decisiones, involucrar­se.

–¿Con quién estaba compartido ese control?

–No sé eso. Son cosas de ellos.

–¿De qué vas a jugar?

–El equipo tiene a Facu de 1, yo de 2, Gonza de 3 y Nico de back. Eran las posiciones más naturales, pero probamos otras para asegurarno­s de que no hubiera mejor opción.

–¿Cómo ves la temporada? Ahora La Dolfina tiene 36 goles y hay un cuarto equipo fuerte...

–Con cada equipo aislado, no he visto prácticas. Es difícil opinar.

–Desde fuera, ¿te gustaba algún rasgo de Ellerstina en particular o le veías algún defecto?

–Es la mejor organizaci­ón del mundo, la mejor cría del mundo. Cada año aparecen 15, 20 caballos nuevos impresiona­ntes en Palermo... Tiene una gran reposición, grandes jugadores. Está faltándole­s ganar acá, pero es cuestión de tiempo. Tarde o temprano se les dará.

–¿Pasar a Ellerstina por tu anhelo de ganar Palermo implicó una resignació­n económica?

–Sí, porque inmediatam­ente se me cayó el contrato de Palm Beach, y acá teníamos un buen arreglo. Pero vengo laburando desde hace mucho, desde muy chico mi familia me banca en tratar de cumplir mi sueño, y la idea era retirarme habiendo intentado de todas las maneras. No quería quedarme con la duda. Hoy tengo la suerte de tener buenos laburos, de que me va bien. Así que decidí no pensar en la guita y elegir la opción para ganar.

 ?? Ellerstina ?? Ulloa, de 34 años y 10 goles, dejó las Monjitas para sumarse a los Pieres, que le dan voz y voto
Ellerstina Ulloa, de 34 años y 10 goles, dejó las Monjitas para sumarse a los Pieres, que le dan voz y voto

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