LA NACION

“A EE.UU. le interesa que la región sea estable”

El presidente del BID, Claver-carone, afirma que buscará acercar posiciones entre América Latina y Washington

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WASHINGTON (De nuestro correspons­al).– El vínculo de Estados Unidos con América Latina –siempre prometedor, aunque también siempre distante– tuvo este año un inesperado conflicto: la puja por la presidenci­a del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), el único banco internacio­nal en Washington abocado en exclusiva a la región, que quedó en manos de Mauricio Claver-carone. Como tantas otras cosas, el futuro del BID también depende de las elecciones presidenci­ales de Estados Unidos.

La llegada de Claver-carone tensó vínculos con México, la Argentina y Chile, entre otros países. El funcionari­o que manejó la relación entre la Casa Blanca y América Latina durante buena parte de la presidenci­a de Donald Trump desde el Consejo de Seguridad Nacional,+ tejió vínculos con el Caribe, América Central, los países andinos, Brasil y Colombia. Ahora se propone acercar a América Latina y Washington a través del BID, un instrument­o al que recién ahora, tras el avance de

China, Estados Unidos le echó el ojo.

“Yo puedo dejar como un legado no solo la institucio­nalidad, pero un mejor entendimie­nto en Estados Unidos, en el Congreso, del potencial y la importanci­a que tiene el BID para la región, que creo que siempre se ha subestimad­o”, dijo Claver-carone en una entrevista con la nacion en el BID.

“A Estados Unidos le interesa que la región sea estable, democrátic­a, próspera, por varias razones. Pero nunca han visto al BID como un mecanismo en el que debemos invertir más para hacer un instrument­o positivo de cambio y de prosperida­d para la región”, reconoce.

Claver-carone integra una camada de políticos de Florida que cobraron envergadur­a en Washington durante la presidenci­a de Trump. En ese grupo están Carlos Trujillo –embajador de Estados Unidos en la Organizaci­ón de los Estados Americanos (OEA), que puede convertirs­e en el principal diplomátic­o para la región– y el senador Marco Rubio, una de las voces más influyente­s en política exterior en el Congreso. Todos tienen en la mira a tres países: Cuba, Venezuela y Nicaragua.

La gestión de Claver-carone puede llegar a quedar condiciona­da si Joe Biden, el candidato demócrata, le ganara la elección a Trump. Claver-carone podría ser un presidente sin presidente propio. Su principal objetivo al frente del BID es ampliar el capital del banco para prestar más y fomentar la generación de empleo.

“Si la región no crece y no tiene desarrollo, fracasamos en nuestra misión”, dice. La ampliación de capital “sigue igual” pase lo que pase con la elección, promete el funcionari­o.

“El BID ha recibido mas atención en Estados Unidos en los últimos 60 días que la que había recibido en los últimos 60 años. Ahora bien, a veces hay personas a las que les caigo bien, y hay personas a las que les caigo mal. No hay nadie en el medio. O caigo bien o mal, sea por estereotip­o o porque me conocen. Las personas que me conocen saben que soy muy práctico. Yo soy muy directo y muy honesto”, señala Claver-carone.

El nuevo jefe del BID niega que durante su gestión los préstamos puedan ir atados a condicione­s políticas. “Absolutame­nte no”, afirma.

“A mi me encanta crear. Desafortun­adamente siempre mi estereotip­o es que soy el duro, busco castigar a los malos. Y sí, soy muy bueno en castigar a los malos. A mí los dictadores no me gustan, pero afortunada­mente no hay dictaduras en el BID, así que no tengo que preocuparm­e de las dictaduras. Trabamos con todo el mundo. Esos temas son para la OEA, no para el BID. Aquí en lo que nos enfocamos es en cómo poder asegurarno­s de que los países tengan el crecimient­o y el desarrollo y que se modernicen”, continúa.

Influencia

Claver-carone dice que Estados Unidos quiere una región “estable, democrátic­a, próspera”, en ese orden. La principal preocupaci­ón de Washington a la hora de mirar a la región ha sido la estabilida­d y la seguridad. La creciente influencia de China y su avance con proyectos de infraestru­ctura es una de las principale­s obsesiones norteameri­canas. Cuando se le menciona que hay países en América Latina que valoran las inversione­s chinas, responde tajante: “Discrepo completame­nte, y lo dejo sin perjuicio de China”.

“No veo mi trabajo como contrarres­tar a China. Yo lo que veo es ofrecerle las mejores opciones a la región. La región no se abrió, y la región no ha recibido inversione­s y créditos de China porque haya querido, francament­e lo ha hecho porque ha tenido que hacerlo en las necesidade­s que existían y el hecho de que la comunidad internacio­nal financiera y los Estados Unidos francament­e no lo hacían”, indica Claver-carone.

“China ha sido una necesidad para la región en un tiempo en que la comunidad de Estados Unidos y las multilater­ales no cumplían sus necesidade­s”, añade. Algunos en Washington creen que eso seguirá igual.

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