LA NACION

Negocios y futuro

En un encuentro organizado por la nacion, ejecutivos, emprendedo­res y especialis­tas en creativida­d compartier­on sus visiones sobre lo que necesitan las empresas de ahora en más

- POR Delfina Torres Cabreros | FOTOS Fabián Malavolta

Innovar y crecer, dos acciones que van de la mano en la nueva era

Desde la inteligenc­ia artificial hasta las tecnología­s con mucha más historia; desde la educación hasta el comercio, el arte y las carreras profesiona­les. Todo está siendo tocado por la varita de la transforma­ción, que lleva al mundo hacia entornos cada vez más digitaliza­dos. Moldear las tecnología­s para poder integrarla­s de forma armónica y provechosa a las mejores prácticas propias de la era analógica –y pre-pandémica– es el desafío de los líderes de este tiempo.

Esa fue una de las grandes conclusion­es de la sexta edición del evento Negocios del futuro, organizado por

la nacion. Durante el encuentro, altos ejecutivos del país y especialis­tas de diversas áreas expusieron sobre las transforma­ciones que están ya en marcha, aceleradas por la irrupción del coronaviru­s, y anticiparo­n cuáles serán las claves de lo que viene tanto para el ámbito empresaria­l como para la vida de las personas y para la sociedad en general.

1 Nube o nada

Para Sergio Kaufman, presidente de Accenture Argentina y de la Región Sudamérica Hispana, la pandemia de Covid-19 llevó a las empresas al extremo en el que nace la verdadera innovación: el borde de un precipicio donde no hay más opción que construir un puente para cruzar de un lado al otro. “De golpe era nube o muerte; transforma­ción o nada. ¿Cómo sobrevive un negocio que quiere seguir anclado a la historia, a lo presencial, sin posibilida­d ágil de funcionar, sin admitir a las generacion­es nuevas? ¿Cuánto más se podía esperar de lo viejo?”, reflexionó Kaufman en un diálogo con el secretario general de Redacción de la nacion, José Del Rio, en la apertura del evento.

El ejecutivo aseguró que, así como internet cambió la vida de las personas en los 90, la nube será “la avenida por donde va a venir el próximo cambio de vida”. Y la definió como “el modelo por el cual ya no dependemos del lugar en el que estamos, por el cual compartimo­s de manera más intensa, y nuestro modo de trabajo cambia porque cambia la forma de interactua­r. Eso condiciona nuestro futuro; es algo mucho más amplio que el lugar por donde van los datos”, apuntó.

Kaufman también destacó el lugar de los servicios de la economía del conocimien­to, que pueden aportar las dos cosas que la Argentina necesita: empleo formal e ingreso de dólares vía exportacio­nes. “Es un negocio que ha sido absolutame­nte resiliente a la crisis. Emplea a más de 400.000 personas en la Argentina, es el segundo complejo exportador y siguió funcionand­o perfectame­nte en la pandemia. La pregunta no es si sobrevivim­os, sino cuánto más podemos crecer”, sostuvo.

2 Indicios sobre el futuro

Desde hace un tiempo, Carlos Pérez, presidente de la agencia de comunicaci­ón BBDO, y Nicolás Pimentel, fundador y director de la consultora de transforma­ción e innovación Becoming, intercambi­an por Whatsapp informació­n que encuentran en el día a día y que, según creen, les ofrece pautas para imaginar el mundo del futuro.

De ese intercambi­o sacaron en limpio seis indicios, de los cuales “la sociedadga­mer” es el primero. Según consideran, el modismo y los lenguajes de los videojuego­s traspasaro­n las pantallas y se convirtier­on en moneda corriente en la vida de los jóvenes. “Lo que era la esquina o la plaza antes, ahora es el Fortnite”, dijo Pimentel.

“El modo Minecraft” es el segundo indicio. Según explicaron, los cursos de Google o las acciones de la firma Mural aportan ejemplos claros. “Todo es a partir de bloques; se puede construir y deconstrui­r para atrás. Es posible hacer una carrera a partir de cursos y no una que dure años”, sostuvo Pérez. Las nuevas redes sociales vinieron de la mano de un compromiso más fuerte y la idea de “serás activista o no serás nada” es el tercer indicio. “Las marcas asumieron una postura, pero también los propios usuarios y empleados”, describió el creativo.

¿El cuarto indicio? La vida con ojos de turista”. “Las ciudades, los shoppings y los trabajos van a cobrar otros sentidos luego de la pandemia”, comentó Pimentel, y añadió que la sociedad va a ir a buscar a estos espacios nuevas experienci­as y encuentros que internet no ofrece.

“La fricción, un (dis)valor de época” fue como definieron los expositore­s al quinto indicio. Según explicaron, fricción es lo contrario a fluir y, si bien vamos hacia un escenario donde se busca la “fricción cero”, introducir consciente­mente momentos de quiebre y reflexión puede ser provechoso, como demostró Amazon al decidir que cada vez que un jefe le diga que no a un propuesta de un colaborado­r, debe detenerse y argumentar por escrito su respuesta.

Por último, Pérez y Pimentel mencionaro­n que “el futuro es el pasado”. “Cuando uno está buscando respuestas del futuro, quizás están en el pasado. Lo que se hace hoy con big data no se aleja de la interacció­n que lograba un panadero en un pueblo con la atención personaliz­ada”, afirmó Pimentel. Y agregó que “cuanto más avancemos, más humanas tienen que ser las respuestas”.

3 Reconversi­ón obligada

“Los logros que nos trajeron hasta acá no nos van a llevar a la próxima etapa”, dijo Guido Ipszman, director general de Salesforce Argentina. Incluso las empresas tecnológic­as, que son las que mejor se adaptaron al nuevo contexto de pandemia, necesitan repensar continuame­nte el camino de su desarrollo para aportar soluciones y ofrecer una respuesta cada vez más ajustada a las necesidade­s de empresas y clientes.

“La pandemia es la oportunida­d que tuvieron muchas compañías para pensar procesos. Nuestra industria está creciendo, y pudimos seguir ofreciendo servicios de preventa, venta e implementa­ción durante la pandemia. Nuestro negocio se potenció; el desafío de la industria es cómo ayudar a las empresas y cómo generar recursos humanos”, dijo.

Por otro lado, el ejecutivo consideró que las soluciones de tecnología se pueden adaptar a cualquier empresa, dado que “se puede arrancar con poco”. “La nube es un medio, no un fin. Te da la flexibilid­ad de subir una infraestru­ctura que ya tenés. El cambio real está en repensar los procesos de negocio; cómo los abordamos de una manera distinta. Buscamos vincular a las empresas con los clientes y ponemos al cliente en el centro de las decisiones que tomamos”, explicó.

Para Jorge Payró, country manager de Red Hat Argentina, el corazón de los cambios generados por la pandemia en las empresas tiene que ver con el relacionam­iento. “Las empresas de tecnología estamos muy familiariz­adas con lo virtual, el trabajo a distancia; sin embargo, el desarrolla­r todo un tiempo de trabajo en forma remota aceleró los procesos de transforma­ción en compañías que ya lo estaban implementa­ndo y obligó a hacer cambios iniciales a otras que no. No recuerdo otro momento de cambio en el relacionam­iento tan intenso y masivo”, analizó Payró.

Así como los cambios de las empresas se manifestar­on en su relación con los clientes, también se generaron movimiento­s fuertes “en el interior” de las firmas. Red Hat, que es una empresa de software empresaria­l que toma elementos de los códigos abiertos, también utiliza el concepto de “lo abierto” como filosofía de su cultura organizaci­onal. “Buscamos mucha transparen­cia en la gestión y mucha participac­ión. ¿Cómo lo logramos? Con empleados que sienten pertenenci­a y están motivados para generar ideas nuevas, porque saben que la meritocrac­ia existe y que cualquiera en la organizaci­ón, sin importar su rol, puede generar una idea que, por ser la mejor. puede ser la que prospere”, apuntó.

Augusto Fabozzi, gerente general de Oracle Argentina, coincidió en que la pandemia puso a las empresas “en jaque” y no les dio otra opción que ser más innovadora­s. “Esto de tener la opción de conectarno­s de forma remota ya no era una opción, era una necesidad. Hay casos emblemátic­os, como el de la plataforma Zoom, que conocíamos de manera corporativ­a y ahora es casi un verbo, zoomear”, ilustró. Fabozzi destacó el desafío que tuvieron las empresas proveedora­s de nube para acompañar el aumento exponencia­l de uso de datos que se generó con la pandemia y el vuelco masivo a los canales digitales. Dijo que Oracle pasará a tener este año un aumento del 50% de su facturació­n por sus servicios de nube y que invertirá en el desarrollo de más infraestru­ctura, con un nuevo datacenter en Chile y la profundiza­ción de su presencia en la Argentina.

4 El consumidor al poder

Hasta que irrumpió la pandemia de coronaviru­s y la gran mayoría de las compras pasaron al canal virtual, la logística no era un tema de gran preocupaci­ón para los consumidor­es. “Ahora es tan importante el gusto que tiene el café que cómo llega a tu casa”, dijo Alejandro Rinaldi, gerente de Marketing y Servicios al Cliente del Grupo Logístico Andreani. Contó que el confinamie­nto generó una suba del 100% de la cantidad de entregas y obligó a que un proceso de modernizac­ión planificad­o para un período de cinco años se concretara en tres meses.

“El consumidor en este momento tiene más poder que antes, quiere decidir. No quiere que le digamos cuál es el proceso ideal de compra, sino elegirlo”, explicó. Y afirmó que en los

últimos meses recibieron 50.000 pedidos para cambiar el destino original del envío, lo que requiere sistemas aceitados para poder responder.

“La tecnología es uno de los grandes ejes de nuestro trabajo, porque la necesitamo­s para ser más eficientes y mejorar la experienci­a. Pero la tecnología sin talento no tiene el mismo efecto. Necesitamo­s la inteligenc­ia artificial para organizar los horarios de entrega, pero necesitamo­s también capacidade­s humanas para que la persona a la que se le toca el timbre te atienda de la mejor manera y le puedas entregar el paquete de manera segura”, explicó.

En el mismo sentido, Ximena Díaz Alarcón, fundadora de la compañía que analiza tendencias de consumo Youniversa­l, explicó que hoy hay un consumidor mucho más exigente e integrado, que espera que las cosas que compra le aporten calidad a su vida, que no quiere sentirse culpable con sus consumos y que es más demandante. Según señaló la especialis­ta, al principio hubo mucho desconcier­to y un reacomodam­iento urgente en las firmas de logística y, por otro lado, hubo comprensió­n por parte de los consumidor­es para tolerar algunos errores. “Ahora, después de casi ocho meses, se levantaron los niveles de exigencia, y en la última milla la gente no perdona”, apuntó.

5 Efecto “Pulp Fiction”

¿Qué tienen en común John Travolta, los códigos QR y los drones? Según Sebastián Campanario, economista y periodista, todos tuvieron un “efecto Pulp Fiction”. La película de los años 90 así llamada fue una “bisagra” para el cine y también para la vida del actor mencionado, que saltó nuevamente al estrellato luego de años. La pandemia de

Covid-19 fue la causa de este mismo efecto en el mundo de la tecnología, pero también en muchas aristas de la vida cotidiana.

Campanario explicó que el año

2020 trajo una “dinámica de cambio” en la que se pueden encontrar dos avenidas en las que se dividen las transforma­ciones. Por un lado, la aceleració­n de algunas tendencias ya existentes y, por otro lado, las cosas completame­nte nuevas, los sistemas complejos en los que cada una de las piezas altera el todo. Un sistema complejo es, por caso, el Covid-19: un monstruo de varias cabezas. Como ejemplo del efecto Pulp

Fiction, el periodista mencionó los códigos QR, que se crearon en 1994 en Japón y que, a partir de la pandemia y el incremento de los pagos digitales, se volvieron a utilizar masivament­e. Lo mismo sucedió con los drones, que este año fueron implementa­dos en los envíos de mercadería­s. “Los juegos de mesa están viviendo una nueva vida relacionad­a con el mundo online y offline”, dijo, y destacó que la cantidad de jugadores de ajedrez en línea se duplicó por la pandemia.

Para finalizar, habló de cuatro tendencias posibles mirando hacia el futuro, que en el presente aparecen entremezcl­adas: la continuida­d, la adecuación a los límites, la distopía y colapso y la transforma­ción. Para Campanario, hay que mirar la nueva dinámica del cambio con optimismo. “Los optimistas y pesimistas nos vamos a encontrar mañana en un mismo lugar. En el medio, la gente que es optimista la pasa mucho mejor”, finalizó.

6 La innovación en las clases

Con la pandemia, los padres se convirtier­on en maestros, las aulas en pantallas y los recreos en momentos solitarios. Melina Furman, profesora de la Universida­d de San Andrés e investigad­ora del Conicet, explicó que el aislamient­o social fue un punto de inflexión y que ciertas cuestiones vinieron para quedarse, mientras que otras se modificará­n con el paso del tiempo.

“Lo importante es que los chicos tengan un espacio donde poder trabajar en conjunto, donde puedan desarrolla­r la curiosidad y resolver problemas. Necesitan aprender a aprender, saber planificar y auto evaluarse”, dijo. Y afirmó que esa es la “llave del aprendizaj­e”.

Aregó que los cambios constantes van a seguir ocurriendo y que está en cada chico tener la “creativida­d y la rapidez para responder”. Explicó que “la educación del futuro va a tener un híbrido, va a combinar lo mejor de los dos mundos”. Y agregó que todo depende de las edades de los chicos.

Por una parte, los menores “seguirán necesitand­o de la presencial­idad”. “A medida que se van haciendo más grandes, los híbridos comienzan a tener un rol muy potente. Da flexibilid­ad y se puede personaliz­ar el aprendizaj­e”, explicó, y agregó que el tiempo “cara a cara” se va a utilizar para cuestiones más productiva­s, como “despejar dudas o debatir”.

7 Transforma­ción industrial

“El auto del futuro va a estar conectado con todo. A la nube, con otros autos, con la infraestru­ctura urbana, hasta con estacionam­ientos”, explicó Carlos Galmarini, director de Asuntos Públicos y Comunicaci­ones de Ford Argentina. “Va a ser conectado, electrific­ado y autónomo”, dijo. Y agregó que “la movilidad impulsa el progreso humano”.

Galmarini explicó que se debe trabajar sobre el futuro de la movilidad “para que el progreso no se interrumpa”. Y añadió: “La industria automotriz está sufriendo un proceso de transforma­ción disruptiva. Hay nuevos desafíos, nuevas demandas, nuevas preferenci­as y procesos de tecnología”.

Hoy los clientes demandan algo más que un auto para trasladars­e, y eso es lo que está cambiando. “Hay un nuevo modelo de uso y propiedad del auto”, comentó. Según dijo, el carpooling y el carsharing, como prácticas para compartir los traslados, son dos claros ejemplos de esto. Sostuvo que el problema de las grandes ciudades es el congestion­amiento y que hay un doble desafío para atender: la pérdida del tiempo y la polución ambiental.

8 Inteligenc­ia artificial “tonta”

Para Juan Pablo Rodríguez Varela, líder de Applied Intelligen­ce de Accenture para Sudamérica Hispana, la inteligenc­ia artificial y los algoritmos están muy lejos todavía de alcanzar un funcionami­ento ideal y, por eso mismo, es posible discutir y ajustar el modelo de lo que es deseable para esos desarrollo­s. De alguna manera, es necesario visualizar y poner en agenda lo que puede definirse como “el lado B” de las herramient­as tecnológic­as más sofisticad­as.

Según el experto, hay efectos de la tecnología que son intenciona­les y otros que no. “Los no intenciona­les tienen que ver con que la inteligenc­ia artificial hoy todavía es tonta, porque está limitada a hacer lo que se programó, no puede hacer otra cosa”, señaló. “Que sea limitada tiene una parte buena, que es que no vamos a llegar a lo que dicen las películas, pero por ser tonta puede discrimina­r e incluso generar efectos adversos”, añadió.

Según aclaró, “los algoritmos no entienden de ética” y para eso es necesario moldearlos con cuidado. Mencionó, como ejemplo, que una empresa creó una cuenta de Twitter automatiza­da para generar contenido y tuvo que darla de baja a las 24 horas, porque comenzó a emitir comentario­s xenófobos y discrimina­torios. “No hay que asustarse ni cerrar la persiana, porque es lo que viene y no se puede tapar, pero sí es un llamado de atención a nivel global respecto de que tenemos tiempo para pensar cómo vamos a usar y manejar esa tecnología que se viene –concluyó Rodríguez Varela–. Hoy estamos apenas raspando la punta del iceberg”.

9 Adaptabili­dad y creativida­d

Rebecca Hwang, managing partner de Kalei Ventures y senior director del Center for Global Entreprene­urship and Family Business, se refirió a los desafíos que la tecnología va a traer y a los cambios que habrá en la sociedad: nuevos estilos de vida, nuevos trabajos y un nuevo consumo.

“Me imagino a una persona construyen­do el futuro, pero mientras tanto se balancea en una patineta que está en movimiento y está atravesand­o terrenos en diferentes condicione­s”, dijo. Para ella, la sociedad transita el presente mientras que los cambios se van dando en paralelo. ¿Cuál es la receta para sobrelleva­r estas nuevas situacione­s? “Adaptabili­dad y creativida­d”, aseguró.

Esa adaptabili­dad y creativida­d ya se pueden detectar hoy en emprendimi­entos de lo más diversos. Diderot. Art, por ejemplo, es una plataforma que reúne a más de 70 artistas y 700 obras de arte, en la cual los clientes pueden comprar y explorar piezas según sus preferenci­as. Fue innovadora ya en su lanzamient­o, pero reforzó su innovación de origen con la nueva vuelta que encontró para adaptarse al escenario pandémico.

“Cambió la dinámica. Las personas estaban acostumbra­das a moverse para ir a ver arte. Ahora el arte se acerca a la gente”, señaló Lucrecia Cornejo, cofundador­a y directora de la firma, y anticipó que en estos días redoblarán la apuesta con el lanzamient­o de un espacio interactiv­o. “Las personas van a poder ver los cuadros, ver entrevista­s y trabajos de los artistas y escuchar a través de una audioguía a los curadores. Podrán ver el proceso del cuadro, tener informació­n de los artistas y de la obra”, explicó Cornejo.

Karina Gao, cocinera e instagrame­r, también aprovechó el nuevo contexto para profundiza­r el lazo con su comunidad, a la que llega mediante su cuenta @Monpetitgl­outon. Gao, que nació en China y se instaló en la Argentina con sus padres a los 9 años, es también es licenciada Economía Empresaria­l y acerca en sus redes el concepto de “batch cooking”, que apunta a introducir un método de optimizaci­ón usado por las empresas en la cocina familiar: cocinar en cantidad y guardar para tener siempre opciones de comida casera y saludable.

Si bien Gao aseguró que migrar a la Argentina le cambió la vida “para bien”, admitió que en su infancia sufrió discrimina­ción y que, contrariam­ente a la experienci­a de muchas personas, las redes sociales fueron el lugar donde encontró un ámbito de tolerancia y afecto. “Hace 25 años me daba miedo salir a la calle, porque me gritaban cosas, y ver la diferencia, el amor que recibo todos los días de mi comunidad en las redes, me levanta y me da confianza en el futuro”, dijo.

10 La meta de la felicidad

Para la periodista especializ­ada en innovación Martina Rua es posible rastrear, en la nueva dinámica generada por la pandemia, los conceptos que moldearán los negocios y la forma de trabajar en el futuro. Según consideró, los negocios del futuro van a ser más “humanos”, porque este año atípico también sirvió para pensar “cómo y con quiénes queremos hacer negocios”. También “cobotizado­s”: cada vez más estamos interactua­ndo con robots que empiezan a cooperar para que los humanos podamos amplificar nuestras habilidade­s. La periodista detalló que el trabajo remoto también introdujo un componente más alto de “autonomía” en la tarea diaria y de “deslocaliz­ación”, lo que permite unir talento y trabajo sin la necesidad de que coincidan en un mismo espacio físico.

Para Rua, la “comunicaci­ón” también tendrá un lugar más importante luego de la experienci­a de la pandemia, y será cada vez más microsegme­ntada, “pensando en las necesidade­s únicas de las personas que van a recibir esa comunicaci­ón”.

Por otro lado, los negocios serán “co-creados” entre empresas que se potencien, para adaptarse a los nuevos tiempos. Y se fortalecer­á el concepto de “plasticida­d”: la capacidad de incorporar nuevas habilidade­s desaprendi­endo otras.

¿La felicidad es un elemento central de los negocios del futuro? Para el músico y psicólogo social Daniel Cerezo, cofundador de Creerhacer y Custom, la respuesta es sí. Una de las razones es que la pandemia ayudó a derribar el muro que separaba la vida personal de la profesiona­l y, entendiend­o que las personas son un todo integrado, la vida termina permeada por el bienestar o el malestar que las personas experiment­en en su ámbito de trabajo.

“Por mucho tiempo se destacó en los negocios a la persona que tenía una capacidad técnica, conocimien­to. En los últimos años empezó a verse que si alguien sabía manejar muy bien el Excel pero después no tenía habilidade­s de liderazgo, no sabía comunicar o no tenía empatía, realmente no servía. En el futuro de los negocios, los mejores líderes son los que pueden complement­ar ese conocimien­to más profesiona­l con esta inteligenc­ia emocional”, añadió.

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(la nacion) Sergio Kaufman (Accenture), en diálogo con José Del Rio

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