Frenético y tenso fin de campaña
El presidente busca descontar la ventaja que le lleva el candidato demócrata en algunos estados claves; los comercios y edificios de algunas ciudades toman medidas preventivas
WASHINGTON.– Con el demócrata Joe Biden liderando las encuestas y Donald Trump encarando 48 horas frenéticas y actos en cinco estados, la campaña electoral en EE.UU. se acerca a su punto culminante en medio de una escalada de tensión. Desde California hasta Nueva York (foto), muchos negocios amanecieron tapiados por el temor a disturbios.
WASHINGTON.– En el frenético sprint final de la carrera por la Casa Blanca, y menos de dos días antes de la votación, el presidente Donald Trump se lanzó a una maratónica campaña de 48 horas en un intento contra reloj de darle alcance a su rival Joe Biden, el candidato demócrata que lidera las encuestas.
Donald Trump se dedicó a atravesar Estados Unidos en las últimas 48 horas de las que dispone antes de los comicios, en un intento de cerrar la brecha con Biden y lograr torcer el voto en algunos estados claves.
Los últimos sondeos continúan mostrando al exvicepresidente Biden en la cima a nivel nacional. Según el diario The Wall Street Journal y la cadena NBC, Biden sostiene una ventaja relativamente sólida de 10 puntos –52% contra 42%–, mayor que la que tenía hace cuatro años Hillary Clinton a esta altura de la campaña. Pero los hallazgos también apuntan a un Trump que no se rinde en los estados decisivos, capaces de decidir el resultado de las elecciones.
Por su parte, el promedio de Real Clear Politics, que trabaja con todas las encuestas nacionales, le da 51,1% de votos a Biden y 43,9% a Trump.
El déficit de Trump en los sondeos se basa en la erosión del apoyo de dos grandes partes de su coalición, ganadora en 2016 (los blancos sin título universitario y la población de mayor edad), así como en la desaprobación pública de su manejo de la pandemia, que se ha convertido en el asunto dominante en la carrera presidencial.
Pero, aunque todavía está rezagado en los sondeos, el presidente –según The Wall Street Journal y NBC– busca ponerse al día y redujo la diferencia a solo seis puntos en los estados indecisos.
Para The Washington Post, Trump está por delante en Florida, aunque con mucho margen de error de las encuestas. Para The New York Times, en cambio, Biden saca ventaja en Arizona (+6), Florida (+3), Pensilvania (+6) y Wisconsin (+11), cuatro estados en los que Trump le ganó a Hillary Clinton en 2016.
Frente a los números cambiantes, la campaña de Biden se mantiene cauta e invita a no entregarse al entusiasmo fácil, recordando la bofetada de las últimas elecciones presidenciales.
Trump, en cambio, hace alarde de confianza y espera repetir el milagro de hace cuatro años, cuando, contra todos los pronósticos, conquistó la Casa Blanca.
Un objetivo que Trump cree posible y por el que lucha con todas sus fuerzas, como lo demuestran los mítines en cinco estados que realizó solo ayer. En Michigan, donde ya empezaron a caer los primeros copos de nieve, Trump invitó a la gente a votarlo en masa y a darle la misma satisfacción que en 2016, cuando ganó en el estado con una diferencia muy pequeña, del 0,23%.
“Joe Biden quiere un bloqueo, incluso durante años”, dijo Trump desde su estrado. “El Green New Deal destruirá nuestro país, que conmigo está experimentando el crecimiento económico más rápido de su historia”, arenga.
Pensilvania, en la mira
Biden, en cambio, apuesta todo por Pensilvania, donde concentra sus últimos esfuerzos electorales, dejando a Barack Obama, del que fue vicepresidente, a cargo de Florida.
Tranquilizando sobre el fracking
y prometiendo hacer todo lo posible para controlar la pandemia, el candidato demócrata explicó cómo sería en su opinión Estados Unidos con otros cuatro años más de “oscuridad” en manos de Trump y cómo habría futuro “para todos” en caso de ser él el elegido.
Durante estas elecciones está en juego –y sobre esto Biden y Trump acuerdan– “el alma de Estados Unidos”. Los estadounidenses parecen ser conscientes de eso y acudieron ampliamente a sufragar: dos días antes del día de las elecciones, 92 millones de personas ya habían votado, la mayoría de ellas por correo, sistema que corre el riesgo de crear problemas en el conteo final dadas las diferentes reglas postales vigentes entre los distintos estados.
Mientras Trump consiguió el apoyo del Pittsburgh Post-gazette, Biden logra el respaldo indirecto de Anthony Fauci, el experto estadounidense en enfermedades infecciosas que aconseja a Trump y es muy escuchado por los estadounidenses (ver aparte).
La pandemia es precisamente uno de los puntos débiles del presidente. Más de las tres cuartas partes de los estadounidenses dicen estar personalmente preocupados por la crisis de salud, y casi el 60% desaprueba la respuesta de Trump, según una encuesta de Reuters/ipsos.
Entretanto, en medio de un clima de fenomenal tensión, los departamentos de policía de todo el país se preparan para una elección plagada de incertidumbres. Los más grandes han realizado simulacros que incluyen enfrentamientos violentos entre partidarios de Biden y Trump, la aparición repentina de un grupo paramilitar armado, un ciberataque o una bomba. “Este es un ambiente muy polarizado y mucha gente está enojada”, dijo a The New York Times John D. Cohen, excoordinador de contraterrorismo de Seguridad Nacional con 34 años de experiencia en la aplicación de la ley. En Nueva York, el clima de crispación llevó a varios locales a tapiar sus frentes ante eventuales incidentes en la noche del martes.
Los ciudadanos también tienen miedo. Según una encuesta de USA Today y la Universidad de Suffolk, tres cuartas partes de los votantes admiten que están preocupados por posibles hechos de violencia, mientras que solo uno de cada cuatro dice que está “muy seguro” de que el traspaso será pacífico si Biden gana las elecciones.