Más allá de los gestos opositores, Cristina ordena avanzar con los cambios en la Procuración
El kirchnerismo le lanzó una dura advertencia al juez Daniel Rafecas, candidato de Alberto Fernández para la jefatura de los fiscales; el magistrado había tomado distancia de la estrategia de la vicepresidenta en el Senado
A pesar de las advertencias del juez federal Daniel Rafecas, quien dijo que no asumiría el cargo si se modificara la mayoría de dos tercios del Senado que exige la ley para designarlo procurador, la vicepresidenta Cristina Kirchner tiene decidido avanzar con la modificación de la ley orgánica del Ministerio Público Fiscal.
Por lo pronto, la Comisión de Justicia, que preside el kirchnerista Oscar Parrilli (Neuquén), continuará hoy, a las 15, con el debate de los proyectos que proponen cambios en la ley que rige los destinos de la Procuración.
En la reunión están invitados a exponer los juristas Alberto Binder y Maximiliano Rusconi y el juez de la Corte Suprema de Santa Fe Daniel Erbetta.
Pero eso no es todo. En muchos despachos del Senado no pasó desapercibida la dura advertencia al juez Rafecas lanzada por el senador Martín Doñate (Río Negro), miembro de La Cámpora y presidente de la Comisión Bicameral de Control del Ministerio Público, en la sesión del último jueves. “Los senadores no aceptamos condicionamientos ni de asesores ni de jueces ni tampoco de aquellos que pretendan condicionar sus pliegos o postulaciones a la confección o tratamiento de determinada ley o que quieran presionar o imponernos condiciones”, dijo Doñate.
A nadie le quedaron dudas de que las palabras del legislador apuntaron contra Rafecas. Pero para más de un senador, tanto en la oposición como en el oficialismo, la frase del rionegrino implicó una clara señal de que el candidato propuesto por Alberto Fernández “tiene el boleto picado”, de que perdió el apoyo de Cristina Kirchner.
Quienes hacen esa lectura destacan que la amenaza fue lanzada apenas una pocas horas después de que Elisa Carrió saliera a pedir el apoyo de la oposición a la nominación de Rafecas para evitar que el kirchnerismo, mediante la modificación de la ley para relajar las mayorías legales, designe en la Procuración a un candidato afín a la vicepresidenta.
“Si intentaban darle una mano, con las declaraciones de Carrió terminaron de hundirlo”, opinó un legislador oficialista que todavía se resiste a caer en la uniformidad discursiva que la vicepresidenta viene imponiendo a la bancada del Frente de Todos.
Para la macrista cordobesa Laura Rodríguez Machado, la frase del rionegrino no hizo más que confirmar las sospechas que lanzó diez días atrás, cuando dijo que la decisión del kirchnerismo de modificar la ley del Ministerio Público tenía por objetivo matar dos pájaros de un tiro: reducir la mayoría necesaria para elegir al procurador y, en el mismo movimiento, forzar a Rafecas a cumplir con su palabra y renunciar a la candidatura.
La incertidumbre
Ante estas fuertes señales políticas, desde Juntos por el Cambio se iniciaron sondeos para saber qué camino piensa seguir el Frente de Todos con la postulación de Rafecas en la Comisión de Acuerdos. Quieren saber, sobre todo, qué va a pasar con el pliego que propone al juez como jefe de los fiscales en la comisión que preside Anabel Fernández Sagasti (Mendoza).
En un fuerte contraste con la actividad que la senadora kirchnerista le imprimió al tratamiento de otros acuerdos judiciales, el de Rafecas permanece inactivo desde que ingresó, en marzo último.
Es que las vicisitudes políticas de los últimos días en torno a la Procuración, cuya conducción se encuentra vacante desde el primer día de 2017 tras la renuncia de Alejandra Gils Carbó, no solo han conmocionado la vida del oficialismo en el Senado.
De hecho, las palabras de Elisa Carrió también pegaron de lleno en el bloque de senadores que preside Luis Naidenoff (Ucr-formosa), donde se escucharon fuertes cuestionamientos contra la líder de la Coalición Cívica.
De hecho, el senador Ernesto Martínez terminó haciendo catarsis en plena sesión de la Cámara alta, el jueves pasado.
El cordobés, uno de los legisladores más cerebrales de la oposición en el Senado, no pudo disimular su malestar y tras aludir a Elisa Carrió como “una señora gorda” la acusó de hacer “operaciones de prensa” para presionar al bloque.
“Nuestra bancada no admite ni admitirá influencias externas, tengan el peso que tengan”, concluyó Martínez.
La respuesta de Elisa Carrió llegó el sábado pasado: anunció por sus redes sociales que le iniciará al legislador una demanda por discriminación.
En medio de tanta incertidumbre, en la conducción de la bancada opositora aseguraron que las palabras del senador Martínez no expresan la postura de Juntos por el Cambio y que la decisión sobre Rafecas será la que tome la mesa nacional de la coalición en los próximos días.