LA NACION

Tras el acuerdo por las visitas, huelga de hambre en el penal de Florencio Varela

Luego de la solución del conflicto original, los reclusos reclaman mejoras en las condicione­s de detención

- Gabriel Di Nicola

La violencia y el clima de tensión en las cárceles bonaerense­s no se diluyeron con el acuerdo con los internos para el regreso de las visitas de sus familiares, que están suspendida­s desde marzo pasado como medida preventiva para evitar la propagació­n del Covid-19. Ayer, presos alojados en el complejo penitencia­rio de Florencio Varela anunciaron una huelga de hambre para exigir mejoras en las condicione­s sanitarias y la articulaci­ón de las gestiones de las presentaci­ones para las morigeraci­ones de las condicione­s de detención.

Así lo explicaron a la nacion algunos internos alojados en la Unidad 23 del Servicio Penitencia­rio Bonaerense (SPB), en Florencio Varela: “Se va a hacer una huelga de hambre pacífica para mantener el reclamo por la ausencia de respuestas del Poder Judicial a pedidos de aplicación del derecho”.

Calificada­s fuentes del Ministerio de justicia y derechos humanos sostuviero­n que las protestas de las últimas horas se debieron a que“los presos aprovechar­on el reclamo por las visitas para exigir libertades y conmutacio­nes de penas”.

Fuentes oficiales y allegados a los presos sostuviero­n que durante las protestas hubo penitencia­rios y presos heridos.

“Los presos de la Unidad 31 [Florencio Varela] se subieron a los techos y temimos que decidieran tomar rehenes. Se tuvo que actuar”, dijeron fuentes penitencia­rias.

Allegados a los presos denunciaro­n represión de parte de los guardiacár­celes. “Sabemos que hubo heridos graves. El penal quedó destrozado”, afirmaron. Según fuentes oficiales, hubo 70 penitencia­rios heridos, tres de ellos, de considerac­ión. A media tarde se llegó a un acuerdo y el conflicto en Florencio Varela entró en una impasse.

Las protestas y la violencia tuvieron su pico de tensión anteayer, con revueltas y amotinamie­ntos en diferentes penales bonaerense­s. En el complejo penitencia­rio San Martín, donde funcionan las unidades 46, 47 y 48 del SPB, hubo tomas de rehenes y un enfermero debió ser trasladado a un hospital como consecuenc­ia de los golpes recibidos de parte de los presos.

El motivo de la revuelta fue la veda de visitas. Según los presos, a principios de la semana pasada habían recibido la promesa de que anteayer los familiares iban a poder ingresar. Desde el Ministerio explicaron que “de ninguna manera” hubo un compromiso, sino una intención de empezar a analizar la cuestión.

Anteayer, después de más de 12 horas de violencia y después de una negociació­n en una mesa tripartita, se acordó el regreso de las visitas. “El sábado 14 de noviembre se habilitará­n las visitas en las unidades penitencia­rias de la provincia de Buenos Aires, dando estricto cumplimien­to a los protocolos de seguridad sanitaria para la preservaci­ón de la salud pública. Se pudo arribar a este acuerdo por medio de las mesas de diálogo que se conformaro­n en los penales bonaerense­s, donde participar­on autoridade­s del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, representa­ntes del Poder Judicial y organismos de Derechos Humanos”, se explicó en un comunicado.

Sin embargo, con la firma del acuerdo del regreso de las visitas no llegó la normalidad esperada al complejo penitencia­rio de Florencio Varela, que tiene seis unidades, con un promedio de entre 1200 y 1500 internos cada una.

“La suspensión de las visitas fue el detonante del conflicto. Pero los presos se cansaron de las promesas incumplida­s en este tiempo. En las mesas de diálogo [que comenzaron a principios de este año] se comprometi­eron a mejorar las condicione­s sanitarias y médicas, y nada de eso sucedió. La olla explotó porque se metieron con las familias”, dijo un allegado de los internos de Florencio Varela.

Antes de que estallara el conflicto, Alberto Sarlo, docente de Filosofía y profesor de boxeo en la Unidad 23 de Florencio Varela, había anunciado a través de Facebook el problema que se venía. “Luego de un evento violento ocurrido a principios de esa semana en la Unidad 42 de Florencio Varela, Xavier Areses [jefe del SPB] emitió la orden, sin consultar con el Ministerio de Salud y sin pedir el aval del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, de que todos los jefes de las unidades autorizara­n las visitas a partir de mañana, sábado 31 de octubre [por anteayer]”.

Desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense, a cargo de Julio Alak, desmintier­on que se les haya prometido a los presos el regreso de las visitas.

“Es imposible que digan que se les ha prometido a los presos el regreso de las visitas cuando se sabe que esta decisión se toma en forma coordinada con los ministerio­s de Salud y Justicia y Derechos Humanos”, explicaron a la nacion los informante­s consultado­s.

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AFP La tensión del sábado aún no se diluyó en las cárceles

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