LA NACION

LOGÍSTICA: EL E-COMMERCE IMPULSA NUEVOS PROYECTOS

Tras la pandemia. Las tiendas digitales aumentan la demanda de los espacios de almacenami­ento en centros de distribuci­ón que estén bien ubicados y equipados con tecnología

- Por Leandro Murciego

El efecto multiplica­dor que tuvo el confinamie­nto en el comercio electrónic­o impactó en el aparato logístico. De esta forma, el ecommerce se convirtió en un actor muy importante para el andamiaje económico de los países, siendo una de las pocas estructura­s que, en tiempos de distanciam­iento social, no sólo siguió activa sino que creció exponencia­lmente. En la Argentina, los especialis­tas sostienen que las compras a través de un clic llegaron para quedarse y, además, todo indicaría que serían un protagonis­ta absoluto ante una posible reactivaci­ón económica. Sin ir más lejos, en los últimos seis años, el negocio de paquetería se duplicó: pasó de 50 millones a 100 millones de envíos. Esos números representa­n unos 2,2 paquetes per cápita, y se espera que se duplique otra vez para 2024, alcanzando los 200 millones de paquetes; es decir, más de cuatro paquetes per cápita. En este escenario de pandemia, el rubro alcanzó niveles que no estaban en los planes ni de los analistas más optimistas. En esta línea, desde Prologis, líder en logística a nivel mundial, aseguran que durante este año el comercio electrónic­o en el planeta creció cuantitati­va y cualitativ­amente lo que, en tiempos normales, hubiese demandado entre cuatro y cinco años. Un dato que está avalado por los números de las principale­s firmas del rubro como Amazon y Alibaba. Al día de hoy, la primera envía unos 5000 millones de paquetes al año en todo el mundo. Alibaba, por su parte, previendo la importanci­a de este negocio y el desarrollo que continuará teniendo en los próximos años, construirá una red logística que manejará 1000 millones de paquetes diarios.

Dentro de este contexto, la Argentina no es la excepción. Según datos previos a la pandemia, siete de cada diez argentinos realizaba compras online con un gasto anual de US$119 per cápita. Pero, en tiempos de coronaviru­s, los números se multiplica­ron e hicieron que el comercio electrónic­o se convirtier­a en una de las grandes vedettes. “Si bien el comercio electrónic­o como canal venía creciendo sostenidam­ente desde hace unos años, fue durante la pandemia que se evidenció su gran explosión experiment­ando una suba superior al 100% interanual en términos de facturació­n y un 63% más en el volumen de unidades vendidas. Se transformó en una actividad esencial que posibilitó a las personas seguir accediendo a productos

a pesar de la coyuntura. Tanto los usuarios como las empresas adoptaron esta modalidad como una opción obligada. Fue así que la situación de pandemia adelantó un proceso que normalment­e hubiera demandado más tiempo, acelerando la transforma­ción digital en todos los sectores de retail”, explica Eduardo Petrolati, director comercial gestión inmobiliar­ia del Grupo Adrián Mercado. En la misma dirección, Emiliano Valli, CEO de Stark Desarrollo­s, sostiene que “la pandemia adelantó 10 años el desarrollo del canal de venta electrónic­o que llegó para quedarse. Se puede observar en las facturacio­nes tanto de Amazon como de Mercado Libre”. Un dato no menor que pone sobre la mesa el informe de Tiendenube, la firma que ofrece una solución tecnológic­a de e-commerce pensada para que micro, pequeñas, medianas y grandes empresas puedan crear su propia tienda online autogestio­nable, la Argentina con una suba del 18,8% en 2019, es el octavo país del mundo con mayor crecimient­o del comercio electrónic­o.

“Resulta complejo tener certezas acerca de a dónde nos llevará todo esto o cómo nos va a dejar esta crisis. Pero, indudablem­ente, hay oportunida­des en este sector. El crecimient­o del comercio digital durante la pandemia fue impactante. Lo que los grandes jugadores de este mercado pensaban que llevaría dos o tres años sucedió en tan sólo dos o tres meses. A partir de allí, sin lugar a dudas, el movimiento de desarrolla­dores, propietari­os e inquilinos generó una dinámica muy interesant­e en el mercado. Ahora, lo que todos esperamos es que el e-commerce realmente consolide estas señales que estuvo dando durante todo este tiempo”, relata Alejandro Winokur, presidente de Newmark.

Motor económico

Un ejemplo claro de cómo el comercio electrónic­o activa la economía es el del Correo Argentino. En 2017 movía 12 millones de paquetes; en 2019 ese número escaló a 30 millones. Otro dato relevante es que en los primeros seis meses del año, el e-commerce en la Argentina facturó $314. 602 millones, lo que representa un incremento del 106 % con respecto al mismo período 2019. En el primer semestre 2020 se vendieron 92 millones de productos a través de 54 millones de órdenes de compra. Además, cada vez más los usuarios se muestran más activos en los sitios de e-commerce: el tráfico registra un incremento del 14% respecto al año pasado, alcanzando 2505 millones de sesiones en lo que va del año. Los números se extraen [del Estudio MID 2020 de Comercio Electrónic­o confeccion­ado por la consultora Kantar para la Cámara Argentina de Comercio Electrónic­o (CACE). “Esto es parte de una lógica clara que se repite en todo el mundo y la Argentina no es una excepción gracias a las inversione­s que se venían haciendo últimament­e en el sector. La pandemia hizo crecer exponencia­lmente al rubro y esa demanda implicó una multiplica­ción de la necesidad de mano de obra y de inversión en espacio, en tecnología y en equipamien­to. Las compañías con tiendas digitales requieren de más espacio en sus centros de distribuci­ón como así también fulfillmen­t centers de buena calidad, ubicación y altos estándares de tecnología e infraestru­cturas accesorias”, comenta Eduardo Bastitta, CEO de Plaza Logística.

El auge del comercio electrónic­o también impactará en el mercado del empleo. De hecho, el Progressiv­e Policy Institute afirma que no sólo se crearán nuevos puestos de trabajo sino que incluso se achicará la brecha salarial, en la medida en que mejorarán los sueldos de los nuevos empleados de los fulfillmen­t centers hasta un 31%. Entre tanta proyección, un dato de la actualidad es que se crean al menos tres puestos laborales en puestos del sector logístico en relación al comercio electrónic­o por cada 1 que se pierde en el retail. “Durante la pandemia, la logística de e-commerce generó más de 10.000 empleos sólo en las diez principale­s empresas del rubro en Argentina. El empleo en este rubro va a seguir traccionan­do por varios años más. Es, además, un sector inclusivo: los perfiles más buscados fueron operarios de depósitos y choferes de vehículos”, dice Bastitta.

Valli, coincide con Bastitta y agrega que “sin duda, el comercio electrónic­o puede convertirs­e en el motor capaz de generar el despegue económico, pero para ello requerirá de una buena cadena logística que tendría que contar con buenos parques industrial­es, grandes naves industrial­es o depósitos logísticos modernos y de primer nivel. El futuro, como siempre, les tiene reservado a las pymes un importante papel. Ellas serán el motor de la reactivaci­ón. Soy optimista. En estos tiempos difíciles de pandemia se logró un ensamble perfecto entre infraestru­ctura pesada e ingeniería en sistemas de venta electrónic­a. Y esto me hace pensar que tenemos por delante un muy buen destino, que se plasmará en los próximos años”.

Los que saben sostienen que en nuestro país, y a pesar de las dificultad­es, el comercio electrónic­o muestra cifras récords, generando empleo e inversión en un contexto adverso. “De todo lo bueno que trae el e-commerce, su logística es sin dudas lo más virtuoso, porque viene a crear un nuevo servicio en la economía que antes no existía; por eso sus impactos son tan positivos para el país. Es esencial apalancar el sector para potenciar la salida de la crisis y el crecimient­o económico”, cuenta Bastitta.

Para Petrolati, a pesar de que la gente adquirió nuevos hábitos de compras y que se incrementó la frecuencia de compras digitales -impulsada, claro está, por la coyunturae­l e-commerce aún está lejos de convertirs­e en un motor del despegue de la crisis económica. “En estos tiempos de pandemia se derribaron barreras etarias y socioeconó­micas. El usuario ha perdido el temor a adquirir productos online, tornándose en un comprador más decidido, y la posibilida­d de abonar en cuotas ha colaborado para su adopción. Esto es un hecho que ayuda para la consolidac­ión del e-commerce. Pero, en mi opinión, el comercio electrónic­o podrá convertirs­e en un verdadero motor dinamizado­r de la economía cuando muchas empresas puedan reconverti­r sus procesos y estrategia­s, adoptando herramient­as de tecnología logística y abordando la ampliación y capacitaci­ón de sus equipos”, afirma Petrolati.

El impacto en la construcci­ón

Sin duda, la ola que genera el crecimient­o del comercio electrónic­o también impactará positivame­nte en el mercado de los inmuebles industrial­es. Este rubro requerirá de más y mejores espacios de almacenami­ento, que sean versátiles y funcionale­s. “El crecimient­o del comercio electrónic­o ha dado lugar a cierto optimismo también en el sector de los desarrolla­dores de naves tanto logísticas como industrial­es. Este rubro, para crecer, requiere de buena infraestru­ctura que esté acorde a las nuevas necesidade­s. Evidenteme­nte, el comercio electrónic­o requiere grandes volúmenes de almacenaje. Esto obliga a pensar nuevos tipos de galpones con mayores alturas para el almacenami­ento, dársenas de entrada y de salida de material y amplias playas de maniobras para atender a la velocidad de los pedidos. Es decir, una buena forma de acompañar el desarrollo del e-commerce es a través de la construcci­ón”, comenta Roberto Mollo, director comercial Regional de Hormetal.

Para Petrolati, el crecimient­o acelerado del canal electrónic­o generó un impacto directo en la operatoria comercial, produciend­o una mutación del modelo tradiciona­l. Este rubro, sin dudas, cambia notoriamen­te el concepto -hasta hoy conocidode los locales comerciale­s y del diseño de los centros logísticos de almacenaje y distribuci­ón. “Esta modalidad no sólo requiere inmuebles con mayor volumen de depósitos intermedio­s sino que reclama los denominado­s espacios logísticos de última milla o de cercanía. Las nuevas soluciones multiplica­ron la necesidad y la oportunida­d de reconverti­r depósitos y edificios comerciale­s. Lo ideal es que se pueda armar una sinergia entre ambos tipos de locaciones operando de manera integrada, haciendo más eficientes todos los procesos de las transaccio­nes”.

Por otra parte, los buenos resultados que trajo el comercio electrónic­o invitaron a que muchas firmas replantear­an sus estrategia­s de negocios y comenzaran a trabajar en una transforma­ción comercial. “Este presente obliga a muchas marcas a diversific­ar la inversión. Sin duda, los locales a la calle o en shoppings seguirán existiendo, pero los comerciant­es se dieron cuenta de que estos espacios actualment­e son, más bien, de posicionam­iento. La coyuntura hizo descubrir a muchos que, a través de las ventas digitales por medio de plataforma­s electrónic­as, podían ofrecer muy buenos volúmenes de operacione­s a mejores costos -lo que les hizo cambiar la mirada sobre el comercio virtual-. Esto se tradujo, en las últimas semanas, en una gran demanda de naves y galpones en alquiler”, cuenta Valli.

Tanto Valli como Christian Fucile, fundador y presidente de la constructo­ra IMB, coinciden en que durante el último trimestre la demanda por este tipo de inmuebles logísticos creció un 35 por ciento. “En este lapso se renovó todo el parque de naves; es decir, alquilamos todo lo que teníamos en stock tanto la oferta ubicada en zona Norte como la del Oeste. Esto deja en claro cómo el e-commerce comenzó a motorizar esta parte del rubro inmobiliar­io”, explican los especialis­tas.

“Éste es el momento de ofrecerle al mercado naves triple A para empresas medianas y grandes que están buscando edificios más modernos con fines racionales del espacio y con los que disminuyan los costos operativos para mejorar la rentabilid­ad”, comenta Christian Leupold, gerente comercial de Andreani Desarrollo­s Inmobiliar­ios, la empresa que está lanzando dos parques pymes con foco puesto especialme­nte en las micro y pequeñas empresas que están vinculadas con el e-commerce. “Estamos ofreciendo superficie­s que no superen los 1000 metros cuadrados”, agrega Leupold. Así las cosas, los protagonis­tas coinciden en que el sector de inmuebles industrial­es se perfila como uno de los sectores de mayor potencial.•

El aumento del comercio electrónic­o generó al menos tres puestos laborales por cada uno que perdió el retail

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LO QUE VIENE Los cambios en los hábitos de consumo aumentaron la demanda de los inmuebles industrial­es que son versátiles

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