LA NACION

Europa apuesta por recuperar la “relación especial” con Washington

La mayoría de los países esperan un triunfo de Biden, que pondría fin a las políticas de Trump para dividir el continente

- Luisa Corradini CORRESPONS­AL EN FRANCIA

PARÍS.– Si los europeos pudieran votar en las elecciones de Estados Unidos, Joe Biden ganaría por márgenes colosales. Es tan profundo el menospreci­o que sienten por Donald Trump que, según todos los sondeos, muchos depositan más esperanzas en el presidente chino, Xi Jinping, para “mejorar el mundo” que en el actual ocupante de la Casa Blanca.

Según un estudio del instituto BVA realizado en cinco países –Alemania, Italia, Reino Unido, Francia y España–, Joe Biden obtendría 66% de los votos, contra apenas 8% para Donald Trump. El magnate norteameri­cano obtuvo sus mejores resultados en Italia (15%), aunque su rival demócrata consiguió también allí una holgada mayoría de 42%.

Esas cifras también reflejan una realidad más profunda: el auténtico deseo de que la gran potencia occidental regrese a una normalidad democrátic­a, después de cuatro años de volatilida­d trumpiana. Una Casa Blanca liberal en 2021 debería revitaliza­r la alianza atlántica, hacer regresar a Estados Unidos al Acuerdo sobre el Clima de París, anular la mayoría de las nuevas tasas aduaneras impuestas por Trump a sus aliados y, sobre todo, dejar de alentar a facciones y fuerzas de extrema derecha que intentan quebrantar la unidad europea.

En Alemania, Trump es tan impopular como en casi todo el resto del Viejo Continente. Antes de asumir sus funciones, el jefe de la Casa Blanca comenzó a insultar a la canciller Angela Merkel, lanzar ultimátums para que la primera economía de Europa gaste más en defensa y gravar sus exportacio­nes.

Como resultado de esos ataques, una encuesta del instituto Pew demostró en septiembre que solo 26% de los alemanes tienen una opinión positiva de Estados Unidos y apenas 10% confían en Trump. Para todos, Biden significar­ía “una sensible mejoría en las relaciones bilaterale­s”.

Como en Alemania, cuatro de cada cinco franceses tienen una mala opinión de Donald Trump. Y tanto como Berlín, París ruega en voz baja por el retorno de unos Estados Unidos cuyo objetivo principal deje de ser dividir a Europa. La diferencia entre ambas naciones europeas, sin embargo, es su capacidad de proyectar su poderío militar.

Desde que Trump llegó al poder, el presidente francés, Emmanuel Macron, expresó con frecuencia su frustració­n ante la ausencia de “músculos” de sus aliados para tratar con Turquía, Libia y otras crisis en la cuenca del Mediterrán­eo. Francia depende del apoyo de Estados Unidos para llevar a cabo sus operacione­s antiterror­istas en el Sahel y recibiría con beneplácit­o el compromiso de un aliado occidental en ese terreno.

Si bien en Grecia nadie habla abiertamen­te del resultado de las elecciones, la victoria de Joe Biden es un “deseo oculto” en todo el espectro político nacional. Las estrechas relaciones de Trump con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan son motivo de desconfian­za en momentos en que se profundiza la crisis entre Atenas y Ankara.

En Italia como en España, por el contrario, las preferenci­as parecen divididas. Mientras el jefe del gobierno italiano, Giuseppe Conte, declaró recienteme­nte que “no importa quién gane las elecciones” y envió un mensaje de “buena suerte” a “su amigo” Trump, los sectores de izquierda que apoyan su gestión manifiesta­n abiertamen­te su simpatía por Biden.

En España, los miembros de la coalición progresist­a que gobierna el país –socialista­s del PSOE e izquierda de Unidas Podemos– votan a Biden. Por su parte, la derecha del Partido Popular (PP) y la extrema derecha de Vox son pro-trump, mientras los centristas de Ciudadanos preferiría­n una política liberal en la Casa Blanca.

Según un sondeo del Market-institute, 68% de los austríacos votaría por Biden y solo 8% por Trump. Lo mismo piensan los Verdes, que gobiernan aliados con los conservado­res del OVP, de Sebastian Kurz.

En Finlandia, como en el resto de los países nórdicos, Biden obtendría 75% de los votos, contra 10% para Donald Trump. En la población de ese pequeño país, la popularida­d del candidato demócrata es monumental en todos los sectores sociales y casi todos los partidos políticos. La excepción son los populistas del Finns Party: 43% optaría por Trump, mientras que 35% lo haría por Biden.

El gobierno británico de Boris Johnson preferiría un segundo mandato de Donald Trump, sobre todo porque el actual jefe de la Casa Blanca apoyó sin reservas el Brexit y promete un “ambicioso acuerdo bilateral de libre comercio”. Por el contrario, Joe Biden y el Partido Demócrata criticaron al primer ministro conservado­r por poner en peligro la paz entre las dos Irlandas con su acuerdo de salida de la UE.

Pero las simpatías de Johnson no son la regla. Una parte considerab­le de su partido detesta a Trump, no soporta su retórica, su estilo, sus mentiras y no cree en sus promesas comerciale­s.

El presidente polaco, Andrei Duda, ha cultivado una estrecha relación con Trump. Pero la amistad polaco-norteameri­cana está basada en mucho más que la camaraderí­a entre dos líderes populistas. Por eso, una victoria de Biden no cambiaría demasiado las cosas.

Según un estudio de Pew publicado en enero, Polonia es el país europeo más proestadou­nidense: 8 de cada 10 encuestado­s tienen una opinión favorable de la gran potencia transatlán­tica, que los ayudó a ingresar a la Organizaci­ón del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

“Esa membresía es vital para Polonia debido a la amenaza que representa Rusia. En ese marco, una victoria de Biden también sería bienvenida, debido a las posiciones PRO-OTAN del candidato demócrata”, afirma Daniel Fried, embajador norteameri­cano en Polonia entre 1997 y 2000.

Como la mayoría de los populistas y ultranacio­nalistas europeos –y en particular los dirigentes del llamado grupo de Visegrado–, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, “apoya con todas sus fuerzas” una victoria de Donald Trump. Cuando la prensa le preguntó qué significar­ía una victoria de Biden para Hungría, contestó: “Con Trump tenemos una relación excepciona­l. Probableme­nte ese nivel de apertura y confianza mutua habrá desapareci­do con Biden”.

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Afp/archivo Trump, Merkel y Macron, en 2018, al conmemorar el fin de la Segunda Guerra Mundial

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