Tras las críticas, Carrió responsabilizó a la UCR por no apoyar a Rafecas
Aunque coinciden en que el juez es el “mal menor” como procurador, los radicales dicen que la líder de la CC-ARI dinamitó la negociación
Nadie quiso levantar demasiado la voz ni acentuar antiguas y renovadas diferencias. Pero desde la conducción de la UCR creen que la jugada de Elisa Carrió en defensa del pliego de Daniel Rafecas para encabezar la Procuración General de la Nación terminó por “dinamitar” cualquier chance de acuerdo de la oposición con el gobierno de Alberto Fernández para consensuar un nuevo jefe de los fiscales.
La jugada de Carrió, apoyada el viernes por el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y centrada en la teoría del “mal menor”, fortaleció –según los popes del radicalismo– la posición de Cristina Kirchner, que con holgada mayoría en el Senado avanza con la reforma de la ley del Ministerio Público Fiscal: a partir de un proyecto para modificar la duración del mandato del procurador, el oficialismo podría alterar también el método de selección y las mayorías necesarias (hoy se requieren dos tercios de los senadores presentes) para designar al jefe de los fiscales.
Rafecas ya advirtió que si se modifican las mayorías necesarias –ante el rechazo de Juntos por el Cambio de darle su acuerdo– renunciará a su candidatura. Tras la advertencia, lejos de frenar su marcha, el kirchnerismo avanzó en el debate para modificar la ley de la procuración.
“Se venía hablando, aunque muy despacio, con el Gobierno. Ahora Rafecas les renuncia en cualquier momento”, dicen cerca del titular de la UCR, Alfredo Cornejo, quien durante el fin de semana dejó en claro que el partido estaba dispuesto a “olvidar” viejas cuentas con Rafecas –procesó a Fernando de la Rúa por el caso de las coimas en el Senado– e impulsar un acuerdo, siempre y cuando tuviera “garantías” del Presidente que hoy no perciben posibles. Una postura diferente a la de Mauricio Macri y los “halcones” de Pro, quienes rechazan cualquier apoyo a Rafecas y critican a Carrió y Rodríguez Larreta por impulsarlo.
Ayer, la líder de la CC-ARI salió al ruedo de las críticas de la UCR y del expresidente: les adosó la “responsabilidad histórica” por no apoyar a Rafecas. “Concuerdo con Mauricio Macri: la decisión y responsabilidad histórica corresponde a los senadores de Juntos por el Cambio”, escribió en Twitter.
Con la sensación de haber perdido la batalla aun antes de jugarla, desde la UCR creen que la postura pública debe ser consensuada desde la mesa de conducción de Juntos por el Cambio, cuya próxima reunión (pautada en principio para el lunes que viene) podría adelantarse para las próximas horas.
Si hace 15 días había algún margen para negociar con el Gobierno una nueva ley para el procurador, esa posibilidad ya “no existe”, se lamentaron dos figuras parlamentarias de los bloques de la UCR, que encabezan Luis Naidenoff (Senado) y Mario Negri (Diputados).
“La defensa de Carrió, sin tener en cuenta lo que pasa en el Senado, donde la llave de todo la tiene Cristina, complicó cualquier posibilidad de acordar. Hubo un error de estrategia”, resumió otra fuente radical, que sin embargo le dio la razón a la líder de la CC-ARI cuando afirma que la opción Rafecas es “mucho mejor” que un procurador propuesto por Cristina.
“Lilita tiene razón, pero los acuerdos con el Gobierno llevan tiempo y Cristina maneja a los senadores”, terció otra fuente del partido, cuyos distintos sectores aparecen alineados en este tema.
A media mañana, y ya conociendo las críticas internas, la propia Carrió reivindicó vía Twitter su derecho a impulsar a Rafecas “sin secretismos”, aunque reconoció que “la decisión y responsabilidad histórica en relación con la designación del procurador general corresponde a los senadores de Juntos por el Cambio”, una cámara en la que ni la CC-ARI ni el sector de Rodríguez Larreta tienen representantes.
En nombre del bloque de la CCARI y del partido de Carrió, el diputado Maximiliano Ferraro afirmó: “Este es un tema que no es nuevo, hace meses que lo veníamos hablando”, dijo a la nacion, y reafirmó que, más allá de las disidencias, “la unidad del espacio de nuestra parte está garantizada”. Pero “no hay que confundir unanimidad con uniformidad”, aclaró.