LA NACION

Los gobernador­es del PJ. De la ilusión de ser protagonis­tas a la realidad de ser espectador­es de la gestión de Alberto Fernández

Ante la desilusión por la marcha del gobierno nacional, los jefes provincial­es apuntan a provincial­izar sus elecciones

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– Los gobernador­es peronistas están más concentrad­os en sus propios distritos que en el derrotero de Alberto Fernández. Si en diciembre tenían expectativ­as en las promesas del Presidente de que jugarían un papel importante en su gestión, las perdieron con las primeras medidas. La pandemia consolidó esa distancia, que ahora los mandatario­s planean conservar de cara a los comicios de 2021: quieren “provincial­izar” la agenda de las elecciones legislativ­as.

A la mayoría de los mandatario­s el contenido de la carta de Cristina Kirchner no los sorprendió, aunque las lecturas difieren: para los más kirchneris­tas, fue un “respaldo” para Fernández; para el resto de los mandatario­s, fue una “toma de distancia” de la vicepresid­enta ante riesgos crecientes de crisis.

Fernández, en campaña, repetía que con él llegaba “un gobierno de 24 gobernador­es y un presidente”. Nada de eso sucedió: los mandatario­s tallaron poco en la formación del gabinete y, desde el arranque de la pandemia y la cuarentena, se enteraron de las decisiones más importante­s cuando ya estaban tomadas. Los ruidos internos en el Frente de Todos los tienen como espectador­es; incluso prefieren no involucrar­se porque, aunque no lo admiten, tienen temor de las esquirlas.

Hasta inicios de año, un grupo liderado por el cordobés Juan Schiaretti y el santafesin­o Omar Perotti barajaba la posibilida­d de generar una nueva “liga de gobernador­es” para defender sus intereses. Imaginaban jugar un rol importante para que Fernández no fuera “dominado” por el kirchneris­mo duro. No pudieron ni empezar a conformar esa liga: el esquema de poder desplegado en la Rosada y el Covid-19 les impusieron otra agenda, bien local.

Es la agenda que ahora defienden de cara a las elecciones legislativ­as del próximo año. Hasta el momento, creen más convenient­e no nacionaliz­ar los comicios.

Por otro lado, sería necesario sumar a Buenos Aires para conformar una liga de gobernador­es con fuerza real, admite un mandatario. Pero el vínculo de Fernández con Axel Kicillof es más estrecho y permanente que con ningún otro jefe peronista provincial. También la asistencia nacional.

“Nunca fuimos parte de las decisiones y tampoco ahora hay una convocator­ia. Cada uno está en lo suyo, tratando de capear esta situación, que no mejora”, dice a la

un funcionari­o de un distrito nacion del Litoral. Cuando Fernández resolvió quitarle coparticip­ación a la ciudad de Buenos Aires y 19 gobernador­es peronistas firmaron la solicitada “Reducir desigualda­des para una Argentina federal”, parecía que se iniciaba un reagrupami­ento de fuerzas. Pero la posibilida­d no se concretó. Los funcionari­os nacionales hacen teleconfer­encias, visitan a las provincias y anuncian obras, pero Buenos Aires sigue siendo el distrito más favorecido en las transferen­cias discrecion­ales, situación potenciada por la quita de fondos a la ciudad de Buenos Aires. Los mandatario­s están expectante­s de si el “volantazo” que intenta dar el ministro Martín Guzmán para mostrar más apego a la disciplina fiscal impactará en los giros por fuera de la coparticip­ación. Hasta septiembre ese ajuste no se había registrado: los volúmenes transferid­os fueron más altos que en agosto, según datos de la consultora Politikon Chaco.

“La convocator­ia no se hace con una carta a los medios; la vicepresid­enta tiene las herramient­as y el poder para dirigirse al Congreso y a los gobernador­es si le interesa rediscutir una determinad­a política. Lo que hizo y dijo es parte de su estilo de liderazgo, que no cambió”, apunta el ministro de un gobernador peronista moderado.

Pese a que algunos analistas creen que Fernández podría “tirarse más al centro” para recomponer la aprobación de su gestión y señalan que allí podría haber una “oportunida­d” para los gobernaña. dores, fuentes de cuatro distritos peronistas coincidier­on en que las urgencias territoria­les hoy están por encima de sus planes nacionales. Un último factor se sumó en los últimos días para dejar en claro que los mandatario­s siguen sin hacer pie en el plano nacional: después de la muerte de Juan José Ciácera, el histórico secretario general del Consejo Federal de Inversione­s (CFI), fue el ministro Eduardo “Wado” de Pedro quien terminó poniendo al sucesor, Ignacio Lamothe.

En épocas de Néstor Kirchner, Lamothe trabajó con el fallecido operador peronista Juan Carlos Mazzón. En el segundo gobierno de Cristina Kirchner fue secretario de Asuntos Municipale­s. El CFI maneja unos $5000 millones anuales y desde hace tiempo recibe críticas de un grupo de gobernador­es por la falta de control sobre sus erogacione­s. Algunas provincias preferiría­n recuperar el manejo de esos recursos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina