Cayó el Polaco, el destinatario de una carga de cocaína robada por policías
Luis Tourn recibió en Santa Clara del Mar, a fines de 2013, 500 kilos de droga que le envió un sargento, hoy prófugo
Adrián Baeta y Luis Tourn se conocen desde hace más de 25 años. Se criaron juntos en Quilmes. El primero es sargento de la policía bonaerense y está prófugo desde hace poco más de tres meses. El segundo acaba de ser detenido. Hasta ahora vivía en Santa Clara del Mar y gozaba de una prisión domiciliaria, procesado en una causa por comercio de estupefacientes.
Pero ahora no solo comparten una amistad: también, una imputación en un expediente de alto impacto en los tribunales de San Isidro. Es el caso donde se investiga una asociación ilícita presuntamente liderada por el fiscal Claudio Scapolan e integrada, eventualmente, por dos de sus secretarios, efectivos de la fuerza de seguridad provincial y abogados defensores de narcos.
Tourn, conocido como el Polaco, está acusado de ser quien recibió en Santa Clara del Mar parte de un cargamento de 500 kilos de cocaína que Baeta y otros uniformados bonaerenses les habrían robado a una banda narco durante un procedimiento en el que intervino Scapolan.
Así se desprende de una investigación que la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado delegó en el fiscal federal Fernando Domínguez. La causa tomó estado público el 24 de julio pasado, cuando la magistrada, por pedido del representante del Ministerio Público, ordenó una veintena de detenciones y numerosos allanamientos.
Según consta en el expediente judicial, además de haber recibido la cocaína robada durante el procedimiento policial, el Polaco Tourn habría tenido la misión de comercializar la droga en la Costa atlántica durante el verano de 2014.
Sobre la base de la prueba reunida hasta el momento, los investigadores sostienen que Baeta y sus cómplices habrían llevado a Santa Clara del Mar diez de los 26 o 28 bolsos donde ocultaron la droga robada en el denominado operativo Leones Blancos, por el cual oficialmente se comunicó el secuestro de poco más de 500 kilos de cocaína.
Seis años y medio después se supo, a partir de la declaración de imputados “arrepentidos” y de testigos de identidad reservada, que, en realidad, la policía bonaerense había secuestrado una tonelada de cocaína, pero informó el decomiso de la mitad.
Un personaje omnipresente
La otra parte del cargamento, según el expediente judicial, habría terminado en manos de Diego Xavier Guastini, un contador y lavador de dinero narco ejecutado el 28 de octubre del año pasado en Quilmes. Baeta fue el primero en llegar a la escena del crimen de Guastini y se presentó como un hombre de confianza y de amistad de la víctima.
“Se ve robustecida la hipótesis respecto de que una parte del material estupefaciente sustraído de los procedimientos fue entregado a la organización liderada por Guastini, y que luego podría haber sido contrabandeado fuera del país, dadas las probadas vinculaciones e influencia de Guastini en el ámbito portuario”, detalla la resolución de Arroyo Salgado en la que procesó a parte de la banda del fiscal.
A partir de su relación con Guastini, Baeta obtuvo el dato para armar y judicial izar el operativo leones blancos, ejecutado el 29 de diciembre de 2013 en Boulogne, San Isidro.
Según la investigación del fiscal Domínguez, la media tonelada de cocaína robada primero fue escondida en un local de la zona sur del conurbano, propiedad del sargento bonaerense. Días después la cocaína fue trasladada en una camioneta a Santa Clara del Mar, donde habría sido recibida por el Polaco. Así lo sostuvo un imputado colaborador: “Le entregamos la droga a él en la casa y de ahí lo acompañamos a dejarla en unas cabañas que tiene sobre la costanera de Santa Clara”.
Cuando, por pedido del fiscal Domínguez, la jueza Arroyo Salgado ordenó una serie de detenciones y procedimientos, se hicieron allanamientos en las propiedades del Polaco para comprobar el relato hecho por el “arrepentido”.
“Tengo la idea, pero no lo puedo afirmar, de que parte de la droga robada se llevó a Mar del Plata y otra parte se envió a Brasil y desde allí, hacia Europa, pero esto son solo rumores...”, dijo una persona que declaró bajo identidad reservada en el inicio de la investigación, en junio de 2016.
En los últimos días no solo fue detenido el Polaco Tourn: también fueron arrestados dos policías bonaerenses que habrían participado de aquel operativo en el que fue robada la cocaína de Leones Blancos.
Baeta no es el único prófugo de la causa. También es buscado el penalista y defensor de narcotraficantes Gustavo Semorile. Según consta en el expediente judicial, parte de las personas extorsionadas por la “banda del fiscal” eran clientes de Semorile, que en 1994 fue abogado de Carlos Telleldín, acusado de haber sido el proveedor de la Trafic con la que fue volada la AMIA.
“Concretamente, a lo largo de estos años tuve otros episodios que, analizados al día de hoy, con todo el conocimiento que hoy tengo, me llevan a la sospecha de que si Semorile tenía el dato de que un cliente suyo estaba haciendo dinero de manera legal o que algún cliente hacía plata de manera ilegal, en el primer caso iba a [haber] lo que se denomina ‘venta de humo’ y en el otro, una extorsión. Y de esta manera, independientemente de cuál fuera el caso, en una investigación legítima con procedimientos legítimos se intentaba mejorar algo –la situación de sus defendidos con un supuesto ‘arreglo’– o bien [se hacía] el armado de una causa a personas totalmente inocente”, afirmó otro imputado colaborador que declaró en la causa.