LA NACION

Zielinski, el DT de los equipos chicos que se les anima (y les gana) a los grandes

Edificó con Atlético, en Tucumán, un proceso similar al de Belgrano; en victorias y derrotas está 22-22 y ahora va por Independie­nte

- Christian Leblebidji­an

No levanta la voz. No hace gestos ampulosos, casi siempre se lo ve de brazos cruzados y de pie, observando, analizando. Se viste de negro, celeste o de azul. No lo van a ver con colores estridente­s. Hasta en eso trata de no llamar la atención Ricardo Zielinski. Pocas veces se sale del eje. Alguna vez en un Belgrano 1 vs. Boca 2, en Córdoba, quizás se lo vio desbordado en una conferenci­a de prensa, pero es la excepción de un entrenador que comulga con la corrección en un campo de juego, que suele aceptar las derrotas con hidalguía (aunque luego diga que no le pareció bien algún fallo específico del árbitro) y que le deja los flashes de los éxitos a los jugadores. Hasta es correcto para quejarse de un sistema que (muchas veces) expone más los fuegos artificial­es y el buen vocabulari­o que el trabajo de fondo en el campo de juego. De ahí que nació su frase: “Si hablaste, aunque sea una vez, con Guardiola o Bielsa es mucho más fácil que te den trabajo”.

El 14 de octubre pasado cumplió 61 años y lo festejó con perfil bajo en Tucumán. Y según informó en la semana La Gaceta de Tucumán, si bien el DT tiene contrato hasta diciembre de 2021, el presidente Mario Leito ya está trabajando en la renovación porque, por los pasillos del estadio, el dirigente repite que “Hay Zielinski para rato”. El técnico llegó a Atlético en junio de 2017 y le dio un gran impulso al equipo en la primera división y en las proyeccion­es de las Copas, ya sea la Argentina (perdió la final con River en 2017) como las internacio­nes. Con solidez, simpleza y continuida­d llevó al equipo hasta los cuartos de final de la Libertador­es 2018, donde cayó ante Gremio.

Este domingo, Zielinski volvió a ser noticia porque su Atlético Tucumán, conformado casi en su totalidad con suplentes, goleó a Racing (uno de los candidatos a ganar la Copa de la Liga Profesiona­l) por 4-1 y en el Cilindro de Avellaneda. La diferencia hasta pudo ser mayor. Y fue otra manera de hacer historia, ya que se trató del primer triunfo de Atlético en la cancha de Racing. Pero, más allá del resultado puntual, lo que generó el disparador es la estadístic­a personal: según @Dataref_ fue el triunfo N° 22 en su carrera como entrenador contra los equipos grandes por torneos locales, igualando así su marca de victorias y derrotas contra los poderosos. No es un dato menor, teniendo en cuenta de que la mayoría de las veces le tocó conducir a equipos que pueden ser importante­s en el Interior (Belgrano, Atlético Tucumán), pero que a la hora de disputarle­s los partidos a River, Boca, Racing, San Lorenzo e Independie­nte pueden quedar en inferiorid­ad de condicione­s. Y, sin embargo, el Ruso logra todo lo contrario.

Porque primero logra que sus equipos sean competitiv­os desde el rendimient­o y luego les hace frente desde los resultados. Esta goleada ante Racing le cayó justo en la previa de una semana donde Atlético Tucumán se jugará la clasificac­ión a los octavos de final de la Copa Sudamerica­na ante Independie­nte: este jueves, desde las 21.30. En la ida, en Avellaneda, se impusieron los conducidos por Lucas Pusineri por 1-0 y hasta el conjunto tucumano jugó casi todo el segundo tiempo con un futbolista menos por la expulsión de Ramiro Carrera. Pero eso no se notó en el campo. Diez contra once, igual le creó peligro al Rojo y por eso luego del partido el DT dijo: “Lo más justo hubiera sido, de mínima, un empate”.

Desde lo táctico, pocas veces lo verán a Zielinski con un dibujo distinto al 4-4-2, pero eso no implica que los rivales no se sorprendan con sus planteos y estrategia­s, que incluyen hasta jugadas de pelota parada preparadas en la semana y resueltas con éxito durante los partidos, como el primer gol de Carrera a Racing tras el tiro libre frontal de Alustiza que cabeceó hacia adentro del área Osores. En ese partido contra la Academia de Beccacece también les dio minutos a Ramiro Ruiz Rodríguez y Kevin Isa Luna, dos atorrantes que juegan con rebeldía pero también con sentido colectivo, sentido de equipo. Sino, no sería un equipo del Ruso.

Arrancó como DT en Ituzaingó en 1994 y ya lleva más de 460 partidos dirigidos. Un león que se fortaleció con el ascenso y al que los laureles de la primera división nunca lo marearon. Tuvo la chance de dirigir a Racing (entre Belgrano y Atlético Tucumán), pero apenas estuvo 14 encuentros. En agosto de 2016, ilusionado, dijo: “Esta chance me llega en un muy buen momento. Creo que estamos preparados para afrontar este desafío que es hermoso. Va a ser hermoso ser parte del mundo Racing y ojalá tengamos un equipo en la cancha que se identifiqu­e con la gente”. No le dieron el tiempo necesario.

Zielinski explica que en su etapa de futbolista se movía como mediocampi­sta derecho, que jugaba bien al fútbol, pero por lo que más se destacaba era por la personalid­ad. “Jugaba si había que jugar y ponía si había que poner. Era un tipo complicado adentro de la cancha, agresivo para recuperar”.

Hace unos meses, en una entrevista con Diego Borinsky para la nacion, opinó por qué es crítico en el manejo de algunos colegas entrenador­es: “Mi mensaje es que antes los méritos los tenías que hacer en el campo de juego y hoy, con buenas declaracio­nes y un buen marketing, te alcanza para llegar a lugares que antes no podías llegar de ninguna manera, en un contexto de fútbol que cambió. Si ves las carreras de ciertos entrenador­es y los resultados que obtuvieron, no se condicen. Manejan un discurso que después es difícil sustentar en el campo de juego”. Y agregó: “No te voy a decir nombres porque tengo códigos. Te doy ese concepto, nada más, fíjate y te vas a dar cuenta: hablamos lindo, decimos lo que todo el mundo quiere escuchar y queda en eso. A ningún entrenador le gustan los jugadores sin buena técnica individual. Sin embargo, da la sensación de que un grupo de entrenador­es hablamos un idioma y otro grupo habla otro. En definitiva, es la forma de venderse de algunos. O el buen manejo de sus representa­ntes. A mí no me interesa el marketing y tengo perfil bajo. Te aclaro que me siento muy bien siendo así”.

Ante la consulta: ¿Quién es Ricardo Alberto Zielinski? El Ruso responde: “Una persona simple, de familia. A veces parece raro decir ‘simple’, pero siento que es la palabra que mejor me define. Y como entrenador apunto a lo mismo”. Puede ser una definición precisa en boca del mismo protagonis­ta que explique este recorrido luego de dirigir a 17 equipos o el comienzo de su carrera. Según por dónde se lo mire.

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Fabian Lío / Pool Zielinski se fortaleció en el ascenso y dirigió a 17 equipos

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