LA NACION

Agónico voto a voto en EE.UU.

El magnate se imponía en Florida, un estado clave, y se estimaba que podría llevar horas o días conocer al ganador; fue uno de los comicios con mayor participac­ión de la historia

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– En vilo y atenazado por la tensión y el nerviosism­o, Estados Unidos seguía esta madrugada con enorme ansiedad los primeros resultados de la elección presidenci­al, que auguraban una pelea voto a voto, estado a estado entre el presidente Donald Trump y su rival demócrata, Joe Biden, con un desenlace incierto que puede llegar a estirarse por varios días y abrir una cruda batalla legal.

Los primeros resultados apuntaban a una contienda mucho más reñida de la que anticipaba­n las encuestas, parecida a la de hace cuatro años. Trump lograba sacar una clara ventaja en Florida, Georgia y Texas, un bastión republican­o donde los sondeos sugerían que era posible un triunfo demócrata, llevando la pelea con Biden a los decisivos estados de Pensilvani­a, Michigan y Wisconsin, donde se decidió la elección en 2016. Ambos candidatos se imponían en los estados tradiciona­lmente demócratas y republican­os.

Con una participac­ión histórica de votantes –se calculaba que fue la más alta en más de un siglo–, Estados Unidos cerró una de las elecciones más críticas de su historia fracturado, hundido en una crisis económica y en el peor momento de la pandemia del coronaviru­s, que ya causó más de 230.000 muertos. El temor a protestas violentas y a una cruda pelea política por una elección disputada, con denuncias de fraude y un recuento que se estire varios días se arraigó con el paso de las horas.

“Los presidente­s no deciden qué votos se cuentan y no se cuentan. Los votantes determinan quién es el presidente. No importa lo que haga, no importa lo que diga, los votos serán contados”, anticipó Biden. Anoche le adjudicaro­n Arizona, un estado clave.

Confiado, y luego de un maratónico cierre de campaña del cual recién regresó a la Casa Blanca a las 3 de la mañana, apenas unas horas antes de que se abrieran las casillas de votación, Trump comenzó el día temprano con una entrevista en Fox News en la cual negó que fuera a declarar su victoria antes de que terminara el recuento. “No hay razón para jugar juegos”, dijo. Luego, en una visita a una de sus oficinas de campaña en Virginia, volvió a mostrarse seguro de lograr un triunfo. En los últimos días de su campaña, Trump había prometido una “ola roja”.

“No estoy pensando en el discurso de concesión ni en el discurso de aceptación todavía. Con suerte, solo haremos uno de esos dos. Y saben, ganar es fácil, perder nunca es fácil, no para mí, no lo es”, afirmó.

Tal como ocurrió hace cuatro años, Florida, el más grande los estados pendulares, le daba a Trump su primera gran victoria de la noche. Con un significat­ivo respaldo entre los latinos, Trump sacaba una ventaja de casi 380.000 votos, superior a la que obtuvo hace cuatro años. Arizona le daba una esperanza a Biden. La elección podía ir para cualquiera de los dos con el avance del recuento.

Antonio López, de 54 años, un venezolano con padre cubano que se mudó hace dos años a Kissimmee, cerca de Orlando, en el centro de Florida, votó por Trump empujado por el temor a que los demócratas pudieran llevar el país al socialismo.

“Soy de Venezuela y mi papá es cubano, es decir que hemos perdido dos países. Cualquier venezolano o cubano que no vote por Donald Trump es como una vaca votando por un carnicero”, dijo. Su problema con Biden, explicó, no es Biden, sino “los que vienen detrás”, que quieren llevar al país “a la extrema izquierda”. “Cuba, siendo el país azucarero exportador más grande del mundo, no tiene azúcar, Venezuela, siendo el país petrolero más grande del mundo, y la Argentina, siendo uno de los principale­s productore­s de carne, ya le falta la carne”, despotricó.

Protestas

Antes de que cerrara la votación, decenas de personas se congregaro­n en Black Lives Matters Plaza, frente a una Casa Blanca que estaba acuartelad­a detrás de dos líneas de alambrado. Un grupo de manifestan­tes estiró una enorme bandera negra con el mensaje: “Trump miente todo el tiempo”. El centro de Washington cerró el día de la elección con una fuerte presencia de patrullero­s y policías, y casi todos los locales comerciale­s tapiados ante la posibilida­d de disturbios y violencia, una imagen que se repitió en otras ciudades del país, como Nueva York o Los Ángeles. Pero cerca de la Casa Blanca se vivía un ambiente de fiesta, con música, cantos, y hasta algunas personas disfrazada­s. Muchos confiaban aún en un triunfo de Biden.

Peter Denis, un abogado de 39 años, fue con un sombrero y un pañuelo con los colores de la bandera de Estados Unidos. Había votado por correo hace varias semanas en Maryland, un bastión demócrata. Estaba animadísim­o. “El ambiente es una fiesta, hay música, canto, la gente está entusiasma­da, de buen humor. Tengo mucha fe en que Estados Unidos tomó la decisión correcta. Soy abogado. Trump ha sido el presidente más corrupto de la historia. Estoy avergonzad­o por nuestro país y nuestra democracia. Estoy entusiasma­do de ver a Joe Biden como presidente”, afirmó. “Creo que en el pueblo estadounid­ense y creo en la democracia y creo que esta noche vamos a sacar a Trump de una manera tan abrumadora que no va a poder hacer nada al respecto, no va a poder negarlo”, siguió.

Grisel Ramírez, mexicana y ciudadana norteameri­cana, fue una de los más de 100 millones de personas que votaron anticipada­mente. Lo hizo por la fórmula demócrata en Austin, Texas.

“Es la primera vez que voto y fue una de las cosas más importante­s de mi vida, y por eso quiero estar aquí en la capital, haciendo escuchar mi voz y mi voto”, dijo con un enorme cartel con una foto de Kamala Harris en una mano. “Mucha gente se ha dado cuenta de que este hombre no dio la solución que nos tenía que dar y no está tomando la pandemia tan en serio cómo debería, entonces muchos texanos nos estamos dando cuenta de que no vale la pena este hombre, entonces ni modo”, afirmó. “Sabes qué, al principio tenía mucha esperanza en él, pensaba que iba a ser bueno porque no es un político, fue un hombre de negocios y pensé que iba a hacer algo bueno, pero a fin de cuentas me decepcionó y me entristecí y pues ya, perdió mi voto”, dijo.

Por la mañana, en Virginia, Stephen Armstrong, un historiado­r retirado de 87 años que se declaró “gran fanático de Buenos Aires”, había votado por Trump, aunque sin mucha expectativ­a de que fuera a triunfar. Como muchos, había comprado el panorama que pintaban las encuestas, que daban por ganador a Biden. Si ese escenario se convertía en realidad, esperaba lo peor. “Creo que vamos hacia el socialismo. Vamos a ser otra Venezuela. Así que creo que vamos a probar eso durante unos 50 o 100 años como Rusia lo hizo. Los rusos tienen una larga historia con la tiranía. Nosotros no. Así que es desafortun­ado”, lamentó.

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Biden hizo campaña ayer en Filadelfia durante la elección
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Afp Trump, en su búnker en arlington, Virginia
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Dos votantes de Biden siguieron anoche los resultados en Miami
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Partidario­s de Trump, anoche, en el restaurant­e Versailles de Miami
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Chandan khanna / AFP
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Joe Raedle / AFP

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