Sondeos. Una vez más, las encuestadoras quedaron en la mira
El mayor desafío que enfrentan es realizar un relevamiento más preciso estado por estado
Una vez más, las encuestadoras norteamericanas quedaron en la mira en la predicción del resultado de los comicios.
Las principales consultoras habían anunciado tres factores que esta vez jugarían a su favor para dar un pronóstico más acertado. Pero el talón de Aquiles sigue siendo el desafío de no dejarse encandilar por el voto popular y poner más el foco en el resultado final del comicio estado por estado. Un candidato puede obtener la mayoría de los votos de la gente, pero si pierde en estados claves no suma suficientes delegados en el colegio electoral.
Básicamente los expertos confiaron en tres grandes factores que esta vez jugaban a favor de la credibilidad de sus pronósticos y que parecían darles un cuadro más ajustado del panorama del votante norteamericano 2020.
Lo primero es que muchos de los que votaron al republicano Donald Trump en 2016 son población blanca, sin estudios terciarios, y que además no es propensa a colaborar y contestar los sondeos de opinión. Por este último motivo, se hallaban subrepresentados en las encuestas anteriores. El Pew Research estimó que en 2016 el 44% de los votantes eran blancos sin título terciario.
El primer cambio que hicieron entonces las encuestadoras para este año fue minimizar el peso de los reportes en los que no se hallaba adecuadamente representado el votante blanco sin estudios terciarios.
Los estadounidenses blancos nunca habían estado tan polarizados según su nivel educativo, dijo Chris Jackson, director de encuestas políticas de la agencia Ipsos. Por eso, después de lo ocurrido en 2016, Ipsos y otras agencias buscaron la forma de diseñar encuestas teniendo en cuenta este factor.
Otra diferencia que esta vez parecía jugar a favor de las encuestadoras fue que en 2016 el número de indecisos rondaba el 20% hasta pocas semanas antes de los comicios. Ni Trump ni la demócrata Hillary Clinton habían despertado el atractivo de otros expresidentes.
Pero para este año, según la última encuesta de Reuters/ipsos, el número de indecisos era de apenas el 7%, lo que permitía contar con datos más ajustados de cómo sería el voto popular.
Pero el desafío más importante que enfrentan las consultoras es un sondeo más preciso del resultado estado por estado, que es lo que finalmente define cada elección, especialmente en los “estados pendulares”, que votan alternativamente por los republicanos y los demócratas.
De acuerdo con el particular sistema de votación indirecta, un candidato puede ser el más votado, pero el comicio se decide en el colegio formado por los electores que envía cada uno de los estados. Y casi la totalidad de los estados tienen un sistema en el que todos los electores de ese distrito son asignados para el partido ganador, aunque haya habido un solo voto de diferencia.
Las encuestas estado por estado de Reuters/ipsos anticipaban una elección muy reñida entre Biden y Trump en Arizona, Florida y Carolina del Norte, mientras que Biden mantenía su ventaja en Wisconsin, Pensilvania y Michigan. Pero anoche, por lo pronto, Florida ya había quedado en manos de Trump.
Las consultoras siguen haciendo entonces un adecuado diagnóstico de la voluntad popular, pero los comicios en Estados Unidos se siguen definiendo por la cantidad de delegados que aporta cada estado al colegio electoral.