Biden. En busca del premio soñado para una larga carrera política
Después de una de las campañas más atípicas y polémicas de la historia, Joseph Robinette Biden Jr. soñaba anoche con coronar su larga carrera política y consagrarse como el hombre más longevo en alcanzar la presidencia de Estados Unidos.
Con 50 años de carrera política y dos décadas de intentos por alcanzar la presidencia, el rival de Donald Trump luchó para recibir uno de los desafíos más grandes de su vida profesional. En un Estados Unidos atravesado por la pandemia, Biden se preparó para heredar un país consumido por la cantidad de muertes y la división social que, según dijo, deviene de una presidencia mancillada por las mentiras del mandatario republicano.
“Cada familia que ha experimentado una pérdida desgarradora debe encontrar su propio camino en tiempos difíciles, y Joe lo comprende”, dijo su mujer, Jill Biden. Y destacó: “Porque lo ha vivido”.
Desde los comienzos de su carrera política, Biden ha sido atravesado por el dolor y las pérdidas. A los 29, en su primer año como senador por Delaware, sufrió la muerte de su primera mujer, Neilia, y de su hija Naomi. En 2015, vio morir a su hijo Beau de cáncer de cerebro, una experiencia que, según reveló, hizo que casi abandonara la política.
En la fe católica, Biden encontró una forma de paliar su sufrimiento. Esas tragedias le permitieron cimentar empatía con la gente. Su narrativa quedó solapada en su discurso político, y su campaña se marcó por la construcción de esos vínculos con el electorado.
Hasta llegar a convertirse en candidato, su propio partido estaba seriamente fracturado. Hubo un momento en que los demócratas tuvieron unos 20 candidatos presidenciales: no se veía una figura que pudiera unir a todos. “Había una división seria, y él pudo reunir al partido. Lo que él ofrecía como candidato es que se presentó como alguien que hablaba por todo el país”, explicó a la nacion Samuel Issacharoff, exasesor del presidente Barack Obama.
Después de tres intentos, Biden llegó a estos comicios con una ambiciosa misión que le ha ganado comparaciones mediáticas con el expresidente Franklin Delano Roosevelt: unir a un Estados Unidos sumergido en una de sus peores crisis, y diagramar un plan que rediseñe los esquemas de la sociedad.
Sus casi 50 años de carrera política, su carta de presentación. Producto del establishment, Biden trazó su camino hacia la Casa Blanca fiel a su estilo moderado, pero con promesas de alinearse a políticas progresistas. En este sentido, la elección de Kamala Harris como compañera de fórmula fue un fuerte gesto especialmente dirigido al ala progresista del partido, y algo que también le valió fuertes críticas de Trump, quien tildó a Biden y su compañera de socialistas.
En términos reales, el rol que podría llegar a ocupar la exsenadora de California en el gobierno de Biden todavía no fue aclarado, pero según Issacharoff hay una lectura posible. “En las presidencias sanas de los últimos 20 años, bajo Clinton, bajo Bush, bajo Obama, el vicepresidente es una parte importante del aparato de gobernar: la presidencia es simplemente demasiado complicada como para que el presidente tenga la capacidad de ocuparse de todo; y eso ha sido una evolución en el rol del vicepresidente”, dijo el letrado que asesoró al expresidente demócrata, y remarcó: “Si Biden gana, ese rol va a seguir creciendo con Harris”.
Durante años, Biden ha cultivado la personalidad de alguien de clase media y raíces duras. Abogado de profesión, aunque prácticamente no ejerció, es el hijo de un vendedor de autos que en la década del 50 perdió su empleo y debió migrar de Scranton, Pensilvania, a Wilmington , Delaware. En Wilmington, Biden trabajó como guardavidas en una pileta de un barrio humilde, donde, según confesó, aprendió de las injusticias y desigualdades, lo que despertó su interés por la política.
Orgulloso de sus orígenes, Biden apeló a esta faceta para compararse con Trump en reiteradas oportunidades. “Veo esto como una campaña entre Scranton y Park Avenue”, dijo, al marcar un contraste entre su ciudad industrial y el lujoso estilo de vida de Trump en Manhattan.
En una elección entre opuestos para nada complementarios, Biden instó a los votantes a hacer un cambio para recuperar “el alma de la nación”.
“Mi padre siempre decía: ‘Campeón, cuando te derriban, te levantas’”, recordó Biden a principios de este año. “Me han derribado muchas veces en mi vida, como a muchos estadounidenses, pero siempre me vuelvo a levantar. Esa es la resistencia del pueblo estadounidense. Si tenemos la mitad de la oportunidad de luchar, no hay nada que no podamos hacer”, continuó.