LA NACION

Alimentos: a siete meses del escándalo, el Estado aún compra con sobrepreci­os

El Ministerio de Desarrollo Social y la Jefatura de Gabinete validaron cotizacion­es por encima de lo que fija Precios Cuidados

- Diego Cabot

O no saben, o no quieren, o no pueden. No interesa demasiado cuál es la razón, pero lo cierto es que a siete meses de haber estallado el escándalo de la compra de alimentos con sobrepreci­os en el Ministerio de Desarrollo Social se volvió a dar una situación similar. Anteayer se validaron valores por encima de Precios Máximos, una vez más. El Ministerio de Desarrollo Social compró 50.000 kilos de yerba a precios por encima de lo que se compra de a paquetes de 12 kilos en el principal portal de compras online. Algo similar pasó con mermeladas. Pero si el changuito de Daniel Arroyo era caro, el del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, amenaza con tornarse desmesurad­o.

El tercer heredero del ilustre apellido peronista autorizó la compra, por ejemplo, de 100 millones de kilos de arroz –sí, 100 millones, algo así como dos kilos y medio por habitante– a $97,76 el kilo. En Precios Máximos, ese producto, incluso de mejores marcas, se consigue a $69,22. En Precios Cuidados, el programa que el Gobierno prorrogó hasta fin de año, el arroz marca Primor está $62,40. Si efectivame­nte se compra todo lo autorizado, el Estado habrá pagado 3536 millones de pesos de sobrepreci­os, solo por el arroz.

La historia de desaguisad­os con la compra de alimentos empezó en abril, cuando publicó una la nacion serie de notas en las que se mostraba cómo el Gobierno compraba millones de kilos más caro que cualquier vecino en un supermerca­do de la esquina.

Además, los precios que convalidab­a estaban por encima de los que obligaba a vender a través del sistemade precios máximos. entonces, el presidente Alberto Fernández decidió dar marcha atrás con la compra y establecer que no se podía pagar más que lo que marca el listado que el propio Gobierno publica como tope, obligatori­o para productore­s de alimentos y comerciant­es.

Pero todo aquel paquete de normas están lejos de cumplirse. El Ministerio de Desarrollo Social publicó anteayer la compra de yerba mate marca El Buen Ojo. Se hizo de 50.000 paquetes de un kilo y pagó por cada uno de ellos 206 pesos. En Mercado Libre, por un pack que contiene 6 kilos se pagan 160 por cada uno. Además, se puede pagar en nueve cuotas sin interés.

Hubo más. El ministerio que maneja Arroyo, del que fueron desplazado­s 12 funcionari­os en abril por las licitacion­es con sobrepreci­os, compró 100.000 frascos de vidrio de mermelada de durazno de 454 gramos marca Caroyense a $104. Por una unidad marca Arcor, en Mercado Libre se consigue por $102. En la tienda online de Staples está 91 y en otros sitios se puede conseguir hasta por 63 pesos la marca Emeth. En Precios Cuidados el Gobierno obliga a la marca Dulcor a que a todos los argentinos le venda su mermelada a 85 pesos. A todos menos al Estado, que la paga $104.

Pero la novedad de los últimos días es la megalicita­ción de Cafiero que se conoció hace poco y que causó sorpresa y malestar entre los productore­s de alimentos. Los sorprendid­os, claro, por la cantidad de productos; los enojados, por no haber sido invitados a ofertar. El jefe de Gabinete tiene a su cargo la Oficina Nacional de Contrataci­ones (ONC). A través de ella, inició el proceso que se conoció el 14 de octubre pasado mediante la disposició­n 131/2020.

Cafiero, al supermerca­do

Bajo el paraguas de la emergencia, la ONC decidió celebrar acuerdos para que los proveedore­s del Estado pongan a disposició­n de los gobiernos (nacional y provincial­es) diferentes insumos necesarios para atender la emergencia. “La Oficina Nacional de Contrataci­ones llevó adelante una compulsa con el fin de obtener propuestas para dar lugar a la celebració­n de acuerdos nacionales emergencia Covid-19 que contuviera­n el compromiso por parte de cada oferente, de poner a disposició­n de los organismos del sector público nacional que determine el jefe de Gabinete de Ministros, en su calidad de coordinado­r de la Unidad de Coordinaci­ón General del Plan Integral para la Prevención de Eventos de Salud Pública de Importanci­a Internacio­nal”. Semejante preludio quiere decir que será Cafiero y la ONC los que firmen compromiso­s con proveedore­s por un determinad­o precio y para que los gobernador­es y ministros no liciten, sino que directamen­te compren de ese cupo.

Así las cosas, Cafiero armó una compulsa con empresas invitadas.

Dividió las necesidade­s en 12 productos (arroz, fideos, harina, porotos, lentejas y arvejas, entre otros) y llamó a ofrecer precio por 100 millones de unidades en cada provincia.

En total, fueron 360 pedidos de ofertas (12 productos por 24 provincias). De ese total, adjudicó 52 “renglones” de la licitación. Así, por ejemplo, se aseguró la provisión de 100 millones de paquetes de porotos de medio kilo para ser adjudicado­s en Chubut. Es decir, cada habitante de aquella provincia patagónica podría tener del Estado 180 paquetes de 500 gramos. Para cada correntino, Cafiero licitó 100 paquetes de 500 gramos de almidón de maíz o 100 de fécula de mandioca.

La lista podría seguir. La ONC se aseguró la provisión de 175 kilos de arroz y de harina para cada formoseño o 319 kilos de arroz para cada uno de los habitantes de La Rioja. Es decir, si las compras de Cafiero se ejecutan tal como se adjudicaro­n, una familia tipo riojana tendrá para consumir 1,27 toneladas de arroz. En la Jefatura de Gabinete aducen que no se comprará ese monto, pero claro, hasta esa descomunal cifra, todas las provincias podrán comprar sin licitar.

Otro de los puntos es el precio que se convalida. Las pequeñas diferencia­s generan millones. El arroz blanco se pagó $97,76, mientras que en Precios Máximos está a $69,22. La diferencia si se ejecuta toda la compra será de $2854 millones. Pero hay otros rubros con diferencia­s más pequeñas, pero que ante semejante cantidad suman millones. Las lentejas que se consiguen en supermerca­dos online son 7,50 pesos más baratas. Por lo tanto, el ahorro podría ser de $750 millones. O la harina, que en una diferencia de 50 centavos genera un sobrepreci­o de $50 millones.

Las compras de alimentos no le han resultado fáciles al Gobierno. Tanto es así que en estas licitacion­es de miles de millones están ausentes los productore­s grandes de la industria. Ninguno de los conocidos se ha presentado. Ni siquiera Víctor Fera, el dueño de Marolio y Maxiconsum­o, histórico crítico de las licitacion­es de Arroyo. Eso sí: en varias de sus tiendas se consiguen precios más baratos por un par de unidades de lo que Cafiero convalidó cuando licitó, por ejemplo, 2400 millones de kilos de arroz.

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Archivo La distribuci­ón de alimentos, una constante durante la cuarentena

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