Trump y sus aliados agitan teorías conspirativas para frenar el escrutinio
Batería de tuits, SMS, falsas denuncias y videos subidos a las redes sociales
WASHINGTON.– El presidente Trump, su hijo Eric y los máximos referentes de su campaña lanzaron anteayer una andanada de teorías conspirativas sin fundamento sobre el proceso de escrutinio y denuncian fraude de los demócratas en el recuento final.
Eric retuiteó un video originalmente publicado en una cuenta vinculada con la teoría conspirativa de ultraderecha conocida como Qanon. En el video, supuestamente se ve a alguien quemando votos emitidos a favor de Trump. Pero los papeles quemados resultaron ser boletas de muestra, y Twitter rápidamente suspendió la cuenta original que hizo circular ese video.
Además del hijo de Trump, varios funcionarios de la Casa Blanca, como la secretaria de prensa, Kayleigh Mcenany, denunciaron falsamente que el presidente había ganado en Pensilvania, aunque todavía no había definición al respecto. Twitter luego puso una etiqueta de alerta sobre esos posteos. El vocero de la campaña, Tim Murtaugh, denunció sin evidencia alguna que la presencia de la fuerza antimotines en el centro de procesamiento de votos de Detroit era un intento de frustrar la reelección del presidente.
“Después de meses de cuestionar la votación por correo, ahora cambiaron de táctica y denuncian una manipulación del proceso de votación y de conteo de votos”, dice Joan Donovan, del Centro Shorenstein de Medios, Política y Políticas Públicas de la Universidad de Harvard. “Están preparando a la opinión pública y sentando los precedentes para después denunciar ante la Justicia las supuestas irregularidades en el voto por correo”.
Las empresas de redes se esmeraron por colocar rápidamente etiquetas de advertencia sobre las publicaciones engaños as, yen la mayoría delos casos Facebook agregó un texto que avisaba que el escrutinio no había terminado. Twitter aplicó estándares más estrictos, ocultando directamente algunas de las afirmaciones y restringiendo el alcance de los tuits, pero en general era demasiado tarde y los mensajes ya se habían viralizado.
Los tuits de Trump y los miembros de su familia tuvieron rápida y amplia resonancia en los grupos de ultraderecha.
Mark R. Warner, senador por Virginia y máximo referente demócrata en el Comité de Inteligencia del Senado, dice que la catarata de cuestionables tuits de Trump y sus aliados demuestra que las protecciones introducidas por Silicon Valley resultaron insuficientes.
El intento de generar una sensación de fraude generalizado e irregularidades en el escrutinio se choca de frente con la evaluación de los propios funcionarios de la administración Trump. Chris Krebs, director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad del Departamento de Seguridad Nacional, celebró a través de un comunicado “el arduo trabajo de las autoridades electorales estatales y locales, y de los socios del sector privado, que han centrado sus esfuerzos en mejorar la seguridad y la resiliencia de las elecciones”.
Las redes sociales no fueron el único canal usado por Trump y su equipo de campaña para llegar a sus potenciales partidarios mientras seguía el escrutinio. Desde la medianoche del martes hasta el mediodía del miércoles, según datos compilados por la aplicación de bloqueo de llamadas Robokiller, el equipo de campaña de Trump bombardeó los celulares de los estadounidenses con unos 9 millones de mensajes de texto. En algunos de esos mensajes se acusaba a los demócratas de intentar robar las elecciones, y se les pedía a los destinatarios que donaran dinero para solventar la batalla legal de Trump ante la Justicia.
“¡Tenés que defender a Estados Unidos! No podemos permitir que los demócratas perjudiquen nuestra elección”, decía uno de los mensajes de texto, que incluía un enlace donde los destinatarios podían hacer un donativo para contribuir con el “contraataque” del presidente.
Los aliados conservadores de Trump también recurrieron a los mensajes de texto en busca de apoyo. Freedomworks alienta a las personas a donar dinero y a unirse a su llamada Fuerza de Protección Electoral. Lo cierto es que desde el miércoles a la tarde, cuando Trump se declaró ganador sin el menor fundamento, no ha surgido ninguna denuncia de fraude electoral que sea creíble.