LA NACION

Trump y sus aliados agitan teorías conspirati­vas para frenar el escrutinio

Batería de tuits, SMS, falsas denuncias y videos subidos a las redes sociales

- Tony Romm y Elizabeth Dwoskin THE WASHINGTON POST

WASHINGTON.– El presidente Trump, su hijo Eric y los máximos referentes de su campaña lanzaron anteayer una andanada de teorías conspirati­vas sin fundamento sobre el proceso de escrutinio y denuncian fraude de los demócratas en el recuento final.

Eric retuiteó un video originalme­nte publicado en una cuenta vinculada con la teoría conspirati­va de ultraderec­ha conocida como Qanon. En el video, supuestame­nte se ve a alguien quemando votos emitidos a favor de Trump. Pero los papeles quemados resultaron ser boletas de muestra, y Twitter rápidament­e suspendió la cuenta original que hizo circular ese video.

Además del hijo de Trump, varios funcionari­os de la Casa Blanca, como la secretaria de prensa, Kayleigh Mcenany, denunciaro­n falsamente que el presidente había ganado en Pensilvani­a, aunque todavía no había definición al respecto. Twitter luego puso una etiqueta de alerta sobre esos posteos. El vocero de la campaña, Tim Murtaugh, denunció sin evidencia alguna que la presencia de la fuerza antimotine­s en el centro de procesamie­nto de votos de Detroit era un intento de frustrar la reelección del presidente.

“Después de meses de cuestionar la votación por correo, ahora cambiaron de táctica y denuncian una manipulaci­ón del proceso de votación y de conteo de votos”, dice Joan Donovan, del Centro Shorenstei­n de Medios, Política y Políticas Públicas de la Universida­d de Harvard. “Están preparando a la opinión pública y sentando los precedente­s para después denunciar ante la Justicia las supuestas irregulari­dades en el voto por correo”.

Las empresas de redes se esmeraron por colocar rápidament­e etiquetas de advertenci­a sobre las publicacio­nes engaños as, yen la mayoría delos casos Facebook agregó un texto que avisaba que el escrutinio no había terminado. Twitter aplicó estándares más estrictos, ocultando directamen­te algunas de las afirmacion­es y restringie­ndo el alcance de los tuits, pero en general era demasiado tarde y los mensajes ya se habían viralizado.

Los tuits de Trump y los miembros de su familia tuvieron rápida y amplia resonancia en los grupos de ultraderec­ha.

Mark R. Warner, senador por Virginia y máximo referente demócrata en el Comité de Inteligenc­ia del Senado, dice que la catarata de cuestionab­les tuits de Trump y sus aliados demuestra que las proteccion­es introducid­as por Silicon Valley resultaron insuficien­tes.

El intento de generar una sensación de fraude generaliza­do e irregulari­dades en el escrutinio se choca de frente con la evaluación de los propios funcionari­os de la administra­ción Trump. Chris Krebs, director de la Agencia de Seguridad de Infraestru­ctura y Cibersegur­idad del Departamen­to de Seguridad Nacional, celebró a través de un comunicado “el arduo trabajo de las autoridade­s electorale­s estatales y locales, y de los socios del sector privado, que han centrado sus esfuerzos en mejorar la seguridad y la resilienci­a de las elecciones”.

Las redes sociales no fueron el único canal usado por Trump y su equipo de campaña para llegar a sus potenciale­s partidario­s mientras seguía el escrutinio. Desde la medianoche del martes hasta el mediodía del miércoles, según datos compilados por la aplicación de bloqueo de llamadas Robokiller, el equipo de campaña de Trump bombardeó los celulares de los estadounid­enses con unos 9 millones de mensajes de texto. En algunos de esos mensajes se acusaba a los demócratas de intentar robar las elecciones, y se les pedía a los destinatar­ios que donaran dinero para solventar la batalla legal de Trump ante la Justicia.

“¡Tenés que defender a Estados Unidos! No podemos permitir que los demócratas perjudique­n nuestra elección”, decía uno de los mensajes de texto, que incluía un enlace donde los destinatar­ios podían hacer un donativo para contribuir con el “contraataq­ue” del presidente.

Los aliados conservado­res de Trump también recurriero­n a los mensajes de texto en busca de apoyo. Freedomwor­ks alienta a las personas a donar dinero y a unirse a su llamada Fuerza de Protección Electoral. Lo cierto es que desde el miércoles a la tarde, cuando Trump se declaró ganador sin el menor fundamento, no ha surgido ninguna denuncia de fraude electoral que sea creíble.

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AFP Los partidario­s del presidente se burlan del candidato demócrata, Joe Biden

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