Las memorias de Isabel Allende, por ella misma
Presentó por Zoom Mujeres del alma mía
Whisky, marihuana, pastillas para dormir y Valium. Con este combo, en diferentes dosis, sobrelleva Isabel Allende la angustia sobre el resultado de las elecciones en los Estados Unidos. “Este país opta por un neoautoritarismo, en vez de por la democracia. La exclusión, en lugar de la inclusión. Tengo que tener los ojos más abiertos porque aunque gane Biden, la mitad de la gente votó por Trump”. Allende es dueña de definiciones contundentes. Ninguna de ellas grises: el feminismo, el lenguaje inclusivo, Chile, Michelle Bachelet y Donald Trump fueron algunos de los temas sobre los que la escritora de 78 años opinó en una conferencia de prensa virtual donde presentó su último libro, Mujeres del alma mía (Plaza &Janés), una memoria que recorre su trayectoria como narradora y como feminista. Si bien el mundo editorial ha ido evolucionando, incorporando las voces de mujeres que habían estado “minimizadas, silenciadas e ignoradas”, la asimetría entre autores y autoras aún es amplia, destaca Allende. La madre de la autora, Panchita, murió recientemente. Entre madre e hija hay una colección de cartas, una comunicación epistolar diaria que se comienza a digitalizar y que ronda los 24.000 folios. “Ahora la vida se va volando. Los días y las noches se vuelven una sola. La echo de menos”, dice Allende. Fue precisamente Panchita quien le advirtió: “Vas a recibir mucha agresión, ten cuidado. Pero por cada cachetada que recibí, pude dar dos. No siento que haya sido un precio alto a pagar, siento que el esfuerzo valió la pena y volvería a hacerlo igual”. El feminismo, define Allende, es una postura filosófica ante la vida, “una sublevación ante el patriarcado, un sistema imperante de opresión política, social, económica y religiosa que le da privilegio al género masculino. Allí los oprimidos son todos los que no están en el círculo del poder, integrado por hombres blancos”.
Allende se refirió ala maternidady agradeció alas otras mujeres que la ayudaron con los cuidados de sus hijos para que ella pudiera escribir. Su hija Paula (“Ella está siempre bajo mi piel”), quien murió hace 27 años, ronda cada día a la autora, no solo con su presencia, sino con las cartas que recibe de quienes también han perdido a un ser querido y se sienten conmovidos con la lectura de su libro Paula.