LA NACION

Una obra de teatro rememora la tragedia de Epecuén, a 35 años

Las encadenada­s, de Juan Mako, recuerda lo ocurrido con aquella villa turística que hoy es una ciudad fantasma

- Alejandro Lingenti

La historia de Villa Epecuén es muy particular. Ubicado en el partido de Adolfo Alsina, a 7 kilómetros de la ciudad de Carhué, este pueblo del sudoeste de la provincia de Buenos Aires fue fundado en 1921 a orillas de un lago, llegó a tener unos 1500 habitantes y se transformó en un destino muy apreciado por los turistas hasta que, en 1985, quedó completame­nte sumergido después de una sudestada.

Las aguas del lago Epecuén, parte de la cuenca hidrográfi­ca Lagunas Encadenada­s del Oeste, tienen propiedade­s parecidas a las del Mar Muerto, muy indicadas para curar patologías reumáticas y de la piel. Pero después del desastre de aquel entonces, el pueblo quedó deshabitad­o y en ruinas.

Actor, dramaturgo, director y licenciado en Dirección Escénica en la UNA (Universida­d Nacional de las Artes), Juan Mako montó una obra teatral inspirada en esa trágica historia: estrenada en 2018 en el Abasto

Social Club, Las encadenada­s combina el suspenso con la comedia. Mónica Driollet, Cecile Caillón y Claudio Depirro le dan vida a una pieza de tono documental en la que reaparecen recuerdos incómodos de un pasado traumático en un ambiente donde sobrevuela­n los fantasmas de la muerte.

Este 10 de noviembre se cumplirán 35 años de la dramática crecida de la laguna que sufrieron los que vivían en Villa Epecuén, una buena razón para reprograma­r la obra en streaming: estará disponible desde hoy, a las 20, hasta la medianoche del martes 10, con entradas a la gorra, desde 100 pesos en adelante. Las reservas se pueden hacer a través de alternativ­ateatral.com. El registro audiovisua­l es muy bueno: se hizo a tres cámaras full HD, con una calidad óptima de imagen y sonido.

“Empecé a escribir esta obra cuando estaba estudiando artes dramáticas en la UNA –recuerda Mako–. Cursaba dramaturgi­a con Andrea Garrote, gran actriz y gran docente, y tenía la idea de hacer algo con dos mujeres que trabajan en un cementerio, entonces Andrea me pidió que eligiera un lugar concreto para desarrolla­r la historia, y ahí me acordé de lo que me habían contado mis abuelos, que vivían en Carhué, muy cerquita de Villa Epecuén. Las charlas con ellos, más lo que investigué con otros familiares y lo que encontré de informació­n en internet, me dieron la pauta de que había descubiert­o el universo perfecto para lo que estaba queriendo contar. Es una obra que tiene que ver con la identidad de un pueblo, con una herida que quedó abierta porque hubo una gran negligenci­a política y también un alto grado de avaricia de algunos personajes del lugar. Está bueno recordarlo porque esto se replica en cosas que suceden todo el tiempo en nuestro país. Pareciera que es necesario que llegue la tragedia para generar un punto de inflexión. Nunca terminamos de aprender”.

Finalmente, Mako hizo en 2017 un trabajo de acopio de toda la informació­n que había reunido y viajó a la ruinas de Villa Epecuén, habló con algunos de sus exhabitant­es y quedó impactado por esos relatos y por el paisaje fantasmagó­rico con el que se topó: “Es como una película de Tim Burton”, define con mucha elocuencia.

El tono de Las encadenada­s refleja los intereses de Mako como teatrista: “Es un realismo en el que todo se va volviendo cada vez más raro. No hablaría de realismo mágico, pero sí de realismo extrañado”, explica el director, formado con Alfredo Badalament­i, Pompeyo Audivert, Emilio García Wehbi y Alejandro Catalán. “Con Alfredo estudié en Temperley, un lugar donde viví muchos años y con el que tengo un vínculo emocional muy estrecho. Fue clave para mí –señala–. Y haber estudiado actuación con Pompeyo me abrió mucho la cabeza. Todo su trabajo con lo corporal, lo gestual y lo pictórico me resultó importantí­simo”.

En esta época de cambios obligados en las formas de consumo cultural, Mako sostiene que “hay que aprovechar lo mejor de las nuevas herramient­as digitales” y remarca que “lo más importante es el deseo de seguir haciendo teatro; ya hicimos el duelo por la suspensión de lo presencial –analiza–, ahora no tiene sentido quedarse inmóvil”. Siguiendo ese razonamien­to, el 14 de noviembre estrenará como actor y director Hábitat, un texto de Laura Correa que fue uno de los diez ganadores del concurso Teatro sin teatro, organizado por Timbre 4 y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Hubo 125 participan­tes que presentaro­n obras relacionad­as con la cuarentena y los protocolos motivados por la actual pandemia. El elenco lo completan la propia Laura Correa, Carolina Nogueira y Martín Berra, y la obra se podrá ver en streaming a través de la plataforma del teatro fundado por Claudio Tolcachir. Las entradas pueden conseguirs­e www.timbre4.com y en Alternativ­a Teatral.

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Una escena de Las encadenada­s, filmada como para cine

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