LA NACION

Analizan no recolectar la basura los fines de semana

La ciudad busca ahorrar fondos luego de la quita de coparticip­ación federal.

- Mauricio Giambartol­omei

Ocho mil millones de pesos anuales. Esa es la cifra que se pretende reducir en el presupuest­o porteño por el recorte de la coparticip­ación federal que fue motivo de tensión entre los gobiernos de la ciudad y la Nación en plena pandemia. Pasada la peor parte de la batalla contra el Covid-19 –ahora los esfuerzos apuntan a evitar rebrotes del virus–, los funcionari­os tienen una tarea difícil, pero prioritari­a: afinar el lápiz para disminuir los gastos en todas las áreas.

En diciembre pasado, Horacio Rodríguez Larreta comenzó a intuir que su segundo mandato sería más austero que el anterior, en el que abundaron las obras que transforma­ron la ciudad. Pero la reducción de la coparticip­ación obligó al gobierno a rever contratos vigentes en servicios públicos y proyectos que dejaron de ser prioridad. La recolecció­n de residuos es una de las actividade­s apuntadas. Con un contrato anual de $30.000 millones se apunta reducir, al menos, unos $3000 millones con un nuevo esquema de recolecció­n.

El de la basura es uno de los gastos recurrente­s de todos los ministerio­s o secretaría­s de la ciudad. El ahorro, según fuentes oficiales, también llegará en contratos gastronómi­cos, provisión de otros servicios, mantenimie­nto y limpieza de edificios, por citar algunos casos. También, en las contrataci­ones, vigentes o por ejecutarse, puestas a considerac­ión en el mapa económico y de emergencia sanitaria que otorga un paraguas legal para hacerlo.

El nuevo proyecto de estacionam­iento ordenado presentado en la Legislatur­a, adelantado por

la nacion, va en esa misma dirección. La propuesta del Ejecutivo contempla un plan más austero, con menos gastos en las licitacion­es de parquímetr­os y concesione­s de servicio de acarreo, diferente del que había sido aprobado años atrás y descartado por la Secretaría de Transporte.

“Siempre puede haber un conflicto en este tipo de ajustes por una situación excepciona­l, pero todos los actores nos sentamos en la mesa para volver a ponernos de acuerdo. Encontramo­s gremios razonables que entienden que la Ciudad ya no puede pagar servicios como antes”, explicó un funcionari­o de alto rango. “Habrá que ser más eficientes, dejar de lado algunos servicios durante un tiempo”, agregó.

El presupuest­o deberá acomodarse a la realidad actual y a las necesidade­s para hacer frente a los servicios. Se dejarán de hacer obras, como viaductos y metrobuses. “Van a quedar muchos proyectos postergado­s. Hay que cuidar que los ratios de deuda sean los razonables”, explicaron desde el gobierno.

El sistema de recolecció­n de residuos e higiene urbana involucra a 6300 personas y un contrato que con seis empresas que vence en 2024. Cliba, AESA, Urbasur, Nittida, Ashira, Ente de Higiene Urbana y Solbayres se reparten las zonas desde 2014. A todas se les recortará el margen de ganancia, de un 2% anual. Las negociacio­nes para achicar el presupuest­o se llevan adelante con el gremio de Camioneros desde hace varias semanas.

En el gobierno se ven apremiados para resolver la situación a pesar de que las negociacio­nes están encaminada­s. En la nueva dinámica se propone bajar la cantidad de días de recolecció­n, que no sea de lunes a lunes y que se suspenda los fines de semana y los feriados (hay 14 feriados en los que aún se retira la basura). La ciudad entiende que no tiene sentido mantener la recolecció­n toda la semana porque hay contenedor­es que no llegan llenos a los predios de disposició­n final.

Se trabaja en un esquema de retiros voluntario­s para evitar despidos y conflictos. El último recorte en este servicio fue del 1%; esperan llegar al 10%. En las conversaci­ones con Camioneros el mensaje fue claro: habrá una baja de salarios por la reducción de horas de trabajo. “En enero, no hay más plata. Quizás haya alguna reacción del sindicato, pero es un tema de emergencia y necesidad”, sostienen en el gobierno.

Los recortes que se prevén tienen su particular­idad, pero la recolecció­n de basura es considerad­a un servicio esencial que no se detuvo durante el aislamient­o. En plena cuarentena hubo una caída del 25% de la basura generada por día en la ciudad, lo que significó una reducción de los niveles de desperdici­os derivados a los predios de disposició­n final, quizá por la actividad comercial reducida al mínimo.

Antes de la pandemia en la ciudad se generaban unas 8000 toneladas diarias que pasaron a ser 6000 por día durante los meses de mayor restricció­n con shoppings, comercios e industrias cerradas. Del total, 380 toneladas eran procesadas por 12 cooperativ­as de recuperado­res de residuos antes de marzo, cuando comenzó el aislamient­o, transformá­ndose en 13 toneladas por semana y nueve cooperativ­as durante la cuarentena. Los recuperado­res pasaron de ser 5112 a 150.

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Durante la pandemia bajó en 2000 toneladas el volumen de residuos porteños

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