El abanderado contra la corrupción que no controló nunca el poder
El mandatario peruano Martín Vizcarra, que tuvo a la lucha contra la corrupción como su principal bandera política desde que llegó al poder y fue destituido anteayer por el Congreso en medio de acusaciones de sobornos, se convirtió en el segundo presidente que deja el cargo durante este período gubernamental de cinco años, que comenzó en julio de 2016.
Ingeniero, Vizcarra, de 57 años, asumió el poder en marzo del 2018 tras la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, quien abandonó la presidencia acorralado por denuncias de corrupción, un flagelo que ha afectado a sus últimos cuatro expresidentes. Vizcarra, que no era una figura conocida cuando asumió la presidencia, ganó reconocimiento siendo gobernador de la región minera de Moquegua, en el sur de Perú, donde logró cerrar un acuerdo para frenar un conflicto que amenazaba un proyecto de cobre de 5000 millones de dólares de Anglo American.
Saltó a la arena política nacional cuando fue convocado por Kuczynski para integrar su fórmula presidencial en 2016, debido a sus dotes para desactivar conflictos en un país donde las comunidades reclaman mayores beneficios por la explotación de recursos naturales.
Tras asumir el mando, Kuczynski lo incluyó en su gabinete para ocupar la cartera de Transportes y Comunicaciones, cargo al que tuvo que renunciar en mayo del 2017 tras duras críticas por aprobar cambios en un contrato de 520 millones de dólares para construir un aeropuerto.
Su renuncia fue considerada por muchos injusta porque el contrato para construir el aeropuerto Chinchero del Cuzco había sido suscripto en el anterior gobierno.
El mayor reto de Vizcarra durante su paso por la presidencia fue la disolución del anterior Congreso en septiembre de 2019, luego de duros enfrentamientos con el Poder Legislativo, dominado por el partido Fuerza Popular, de la excandidata presidencial Keiko Fujimori. Y justamente el Congreso fue el que truncó las esperanzas de completar su mandato en el segundo proceso de juicio político en su contra.
El espigado político graduado en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), casado y con cuatro hijos y un nieto, tiene también la fama de haber ubicado a la región Moquegua como líder en el ranking de educación en Perú entre 2011 y 2013, tras solucionar deudas económicas y sociales con maestros en la zona sur del país.