Por la suba en alimentos, la inflación de octubre llegó a 3,8% y fue la más alta del año
Es la marca más elevada desde noviembre pasado; fue impulsada por el aumento de frutas y verduras; acumula 26,9% en 2020; el IPC núcleo registró un incremento de 3,5%
Los precios tampoco respetan la cuarentena. Aunque el Gobierno mantenía desde marzo hasta ayer varios productos con valores congelados, incluidas las tarifas de servicios, la inflación de octubre registró una fuerte aceleración en momentos en que la actividad económica muestra un poco más de movimiento gracias a las reaperturas y a las burbujas de consumo vinculadas al dólar. Esto se da en un marco de elevada emisión monetaria y tensión cambiaria.
El índice de precios al consumidor (IPC) del Indec marcó el mes pasado una suba de 3,8%, la más alta desde noviembre de 2019 –cuando registró 4,3%– y, por lo tanto, el avance más importante de 2020.
En diez meses, la inflación acumula un alza de 26,9%, mientras que la medida interanual reflejó un aumento de 37,2%. En octubre, el IPC núcleo, que no incluye precios regulados ni estacionales, subió 3,5%. El capítulo de alimentos y bebidas, el de más peso en el índice, creció 4,8%.
Particularmente, tuvieron allí un fuerte impacto los productos estacionales, como frutas y verduras.
El rubro de Prendas de vestir y calzado tuvo el mayor aumento del mes (+6,2%). Cerca le siguieron Alimentos (4,8%), Equipamiento y mantenimiento del hogar (+4,5%) y Transporte (+4,2%). Comunicación mostró una deflación de -0,1%.
Algunos analistas privados ya preveían un piso más elevado para octubre pese a la muy gradual actualización del tipo de cambio oficial que impulsa el Banco Central (BCRA) y al congelamiento de las tarifas de los servicios públicos.
Tal expectativa se basaba en que el régimen de Precios Máximos había sufrido una actualización, lo mismo que los combustibles. Se sumaba además el cierre de varias paritarias gremiales. Algunas consultoras privadas proyectaban para fin de año un piso más alto que el registrado en los últimos meses y una suba de precios para 2021 mucho más elevada que la prevista por el Gobierno en sus estimaciones.
En la Casa Rosada y el Ministerio de Economía reaccionaron de inmediato. Apenas conocido el dato del Indec, matizaron: “En los primeros diez meses del año la inflación acumulada es de 26,9%, siendo 15,3 puntos menor al 42,2% acumulado en el mismo período de 2019”. Destacaron que la suba interanual fue de 37,2%, “muy inferior al 50,5% registrado en octubre de 2019”, y estimaron para fin de año una inflación casi 20 puntos inferior a la del año pasado.
El BCRA hizo lo propio con el objetivo de aplacar ansiedades. “La inflación de octubre medida por el IPC del Indec marcó una suba significativamente por encima de la del mes previo. Diversos factores se conjugaron para que la tasa de inflación mensual fuera transitoriamente más elevada: fuertes aumentos de carácter estacional, que en parte se revertirían en el corto plazo; actualizaciones pendientes de precios de alimentos en el marco de los programas de Precios Máximos, y subas en los valores de los combustibles”, estimaron.
La entidad que dirige Miguel Pesce hizo una comparación similar a la que hicieron los técnicos del Palacio de Hacienda con los precios en 2019 y agregaron: “Sobre esta dinámica de menor inflación, favorecida por la acotada volatilidad del tipo de cambio influyeron, entre otras cosas, el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos y las políticas de administración de precios dispuestas por el gobierno nacional”. Según el BCRA –y a diferencia de lo que ven los analistas privados–, los indicadores de alta frecuencia “muestran que la inflación volvería a ubicarse en el nivel de los meses previos a octubre”.
Reconocieron que hay un “reacomodamiento de precios conforme avanza la normalización de la economía luego del período de ASPO (aislamiento)”, pero estimaron que el proceso de gradual baja en la tasa de inflación “seguirá afianzándose en 2021”, en línea con lo que prevé el presupuesto.
Más allá de esta visión optimista, el BCRA anunció una suba de tasas de hasta tres puntos (ver aparte).
A fines del mes pasado, las consultoras que componen el panel del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) recalcularon a la baja, entre medio y 1,1 punto porcentual, la inflación general que proyectan para este año (estiman que cerrará entre 35,1% y 35,8%), pero al mismo tiempo elevaron 1,4% sus pronósticos para el año que viene, que ahora estiman dejaría una suba del 48,9% en el IPC general, es decir, ajustes promedio levemente por encima del 4% por mes. El presupuesto 2021, que tiene media sanción de Diputados, prevé para el año próximo una inflación de 29%, con una variación que puede ser cuatro puntos mayor o menor.
“La inflación aceleró un punto contra el registro de septiembre y se ubicó por encima de lo esperado”, afirmó la economista de la consultora LCG Julia Segoviano, que precisó además que durante ese mes “se registró un marcado incremento en los bienes estacionales (+9,6%), que aceleraron 1,7 puntos contra el alto registro que ya habían mostrado en septiembre (7,9%)”.
“La suba vino más que nada por frutas y verduras, que tuvieron aumentos de 8,8% y 15,8%, respectivamente. La inflación núcleo también se aceleró 1,2 puntos, mostrando inercia alta. La única categoría que desaceleró contra el mes anterior fue precios regulados”, dijo.
“La inflación está un poco por arriba de lo esperado”, afirmó Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina, donde esperaban un registro por debajo de 3,5%. “Hay muchas razones para esta aceleración. Fue un mes caliente en términos de brechas cambiarias y restricciones a importaciones; hubo autorizaciones de subas para Precios Máximos y cuestiones estacionales. Los regulados contienen el IPC. Fue un mes malo, el más alto desde noviembre. Es una señal de alerta que se concreta”, agregó el economista, que espera que la inflación se vaya acomodando en variaciones mensuales más cerca de 4% que de 3% durante los próximos meses.
“Desde marzo, la canasta de precios libres sube a un ritmo mensual acumulativo de 3,23%”, alertó Jorge Vasconcelos, economista jefe del Ieral, y cerró: “Anualizado, eso da una tasa de inflación de 46,4%”.