Corrupción K. Cristina no mejoró su situación judicial como sus aliados
A casi un año de haber reasumido en el poder, la Justicia mantiene abierta la mayoría de sus causas; pero los exfuncionarios y empresarios sí se vieron beneficiados
Al kirchnerismo le fue mejor que a su jefa, Cristina Kirchner, en la Justicia. A casi un año de retornar al poder como vicepresidenta, Cristina Kirchner no tuvo mucho éxito en mejorar sus problemas judiciales: sus juicios siguen en marcha a pesar de la pandemia y la Corte, aunque tenía la posibilidad de frenarlos, hasta ahora no lo hizo.
En cambio, este año les fue muchos mejor a los exfuncionarios kirchneristas y a los empresarios cercanos al gobierno anterior, que se beneficiaron con la libertad, arrestos domiciliarios o el cierre de sus causas.
A pesar de los esfuerzos técnicos de su abogado Alberto Beraldi con escritos y activas intervenciones en cada causa y de las gestiones discretas de los hombres de confianza de la vicepresidenta para tratar de mejorar sus casos, el horizonte judicial de Cristina Kirchner sigue siendo de incertidumbre. Una situación que con el correr del tiempo puede complicarse a la par de la pérdida del envión inicial que movió al Gobierno desde que asumió, el 10 de diciembre del año pasado. La denuncia del lawfare no le alcanzó.
Siguió adelante en la cuarentena el juicio oral y público por la obra pública, con audiencias virtuales, que se realizan dos veces a la semana a instancias del Tribunal Oral Federal 2, a cargo de Rodrigo Giménez Uriburu, Jorge Gorini y Andrés Basso. La defensa de la vicepresidenta planteó nueve recursos, que están en la Corte. Son planteos donde se cuestiona que le negaron pruebas, testigos, un peritaje, hay pedidos de nulidad de toda la causa y cuestionamientos que pueden fulminar el juicio. Pero esos expedientes no se movieron en la Corte y cada vez que puede Cristina se los recuerda por Twitter. Al contrario, los testigos en la causa que también involucra a José López y Lázaro Báez siguen declarando con más ritmo de lo que lo hicieron el año pasado.
Los hoteles
Aún no tiene fecha de inicio el juicio por los casos Los Sauces y Hotesur, donde la vicepresidenta está acusada de lavar dinero de la corrupción y están procesados sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner. Se realizan peritajes en ambos casos unificados y el proceso oral y público no arrancaría hasta fines de 2021. Los jueces son Adrián Grünberg, Daniel obligado y Adriana Palliotti. Allí la Oficina Anticorrupción se retiró como querellante, como lo hizo en otros casos contra kirchneristas en problemas. La Unidad de Información Financiera también se retiró en otras causas.
El juicio oral por la venta de dólar futuro aún no comienza, pero la acusación está herida seriamente. Un peritaje oficial ordenado por el tribunal determinó que no hubo perjuicio para el Estado en la práctica de vender dólar a futuro a un precio por encima del de mercado cuando Cristina dejó el gobierno. El fiscal Diego Velasco pidió iniciar el juicio donde está acusado también el gobernador Axel Kicillof, que entonces era ministro de Economía. La jueza María Gabriela López Iñiguez, su colega Juan Michilini y Antonio Basílico integran el tribunal, que convocó a una audiencia previa para el 26 de noviembre. Llueven los pedidos de sobreseimiento.
En la causa por la firma del memorándum con Irán el caso no tiene fecha de juicio oral, pero avanza con medidas de prueba. Allí la vicepresidenta tuvo una buena noticia porque el exjefe de Interpol Ronald Noble fue sobreseído y podrá declarar como testigo en el juicio. Noble viene diciendo que con la firma del pacto con Irán nunca estuvieron en riesgo los pedidos de captura de Interpol contra los iraníes sospechosos de volar la AMIA. Tal era la acusación que realizó el fiscal Alberto Nisman poco antes de morir. El testimonio de Noble debilita la acusación.
La causa más comprometida
Finalmente, la causa de los cuadernos de la corrupción, la más grave que enfrenta Cristina Kirchner, como jefa de una organización que recaudaba fondos de empresarios que terminaban en su departamento de Recoleta y en su casa de Santa Cruz, sigue activa en el Tribunal Oral Federal N° 7. El juez Germán Castelli ganó la pulseada por ahora y, a pesar del fallo de la Corte sobre los traslados, se queda en el tribunal, aunque expuesto a ser recusado. Lo acompañan Enrique Méndez Signori y Fernando Canero. La fiscal Fabiana León prepara el caso a toda máquina.
Allí Cristina Kirchner logró anular su prisión preventiva, pero sigue procesada. La causa, iniciada por las anotaciones del chofer de Roberto Baratta, Oscar Centeno, reveladas por la nacion, tiene 172 personas procesadas, de las cuales
71 ya fueron confirmadas por la Cámara Federal y están listas para el juicio oral. Del total de procesados se puede hacer otro desglose: hay
136 empresarios, 22 exfuncionarios y 14 supuestos testaferros. No es todo: entre aquellos 172 procesados hay 31 “arrepentidos”.
El futuro del caso está en manos de un fallo de la Cámara de Casación que se conocerá en los próximos días (ver aparte). Las defensas cuestionaron la constitucionalidad de la ley del arrepentido y la falta de “medios técnicos” para registrar sus declaraciones. La jueza Ana María Figueroa prepara un voto para fulminar el caso, pero sus colegas Daniel Petrone y Diego Barroetaveña, que la acompañan en la sala, tienen la última palabra. Si el planteo kirchnerista no prospera, será otra causa que interesa a Cristina Kirchner que terminará en la Corte.
El único éxito judicial del año que festeja Cristina Kirchner es el cierre de la causa por enriquecimiento ilícito que se reactivó cuando el juez Norberto Oyarbide confesó que lo “agarraron del cogote”, con asistencia de la EX-SIDE, para cerrar el caso y que se reunió brindando con champagne con el contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, para cuadrar los números. La jueza María Eugenia Capuchetti entendió que no había motivo para desarchivar el caso y dejó firme la absolución por el salto patrimonial de los Kirchner del 572 por ciento.
Los amigos del poder
Pese a la escasa fortuna judicial de la vicepresidenta, a sus viejos aliados les fue mucho mejor este año. Al menos 16 presos del kirchnerismo que estaban en prisión preventiva recuperaron la libertad o terminaron cumpliendo arresto en sus casas, aunque las causas en su contra sigan adelante, algunos con condenas confirmadas por la Casación y a las que solo resta para terminar de quedar firmes un fallo de la Corte. Ayudó la pandemia de coronavirus y que estaban vencidos los plazos de prisión preventiva sin condena firme.
El último detenido que se fue con arresto domiciliario es Lázaro Báez, aunque se encamina a una condena casi segura en el juicio oral que está por finalizar por lavado de dinero en la causa de la ruta del dinero K. Sus hijos, acusados allí, están en la misma senda.
Salieron libres el exvicepresidente Amado Boudou, con arresto domiciliario, a pesar de que la Casación confirmó su condena por el caso Ciccone; Daniel Pérez Gadín y José María Núñez Carmona, el amigo de Boudou; César Milani, absuelto en un juicio oral; Gerardo Ferreyra, propietario de Electroingeniería, acusado en la causa de los cuadernos de la corrupción; Fernando Esteche, el exlíder de Quebracho, excarcelado en la causa del memorándum con Irán; Cristóbal López y Fabián de Sousa, excarcelados y dispuestos a recuperar su fortuna.
También se vieron beneficiados Carlos Kirchner, primo del expresidente, que salió en libertad; Julio De Vido, excarcelado en varias causas; Roberto Baratta, excarcelado en el caso de los cuadernos; Anastasio Pérez Osuna, exintendente de Río Turbio, excarcelado en un caso de fraude tras una condena a 4 años; Oscar Thomas, exfuncionario de Yacyretá, excarcelado en el caso de los cuadernos; el sindicalista Juan Pablo “Pata” Medina, que tiene arresto domiciliario, y Luis D’elía, a quien le confirmaron su condena por la toma de la comisaría 24, pero está detenido en su casa.
Estos son algunos ejemplos, aunque siguen presos Ricardo Jaime, José López y Juan Pablo Schiavi porque la Corte confirmó las condenas por la tragedia de Once.
Lograron mejorar su horizonte judicial Ricardo Echegaray, que se libró de una causa de enriquecimiento ilícito, del caso Ciccone 2 y fue absuelto por la importación de un auto de un diplomático extranjero.