Liderado por China, nace el mayor bloque comercial del mundo
Lo integran 15 países, con 2100 millones de consumidores y el 30% del PBI global; desafío para el gobierno de Biden
PEKÍN.– En lo que representa una gran victoria para China, el principal promotor del proyecto desde que comenzó a negociarse, en 2012, 15 países de Asia y Oceanía firmaron ayer el acuerdo para formar el mayor bloque comercial del mundo. La Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) excluye a Estados Unidos, pero abarcará a 2100 millones de consumidores y el 30% del PBI mundial.
China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda suscribieron el pacto junto a los diez países miembros de la Asean (la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, integrada por Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Myanmar, Camboya, Laos y Brunéi) al término de la cumbre de esa organización, celebrada este año por videoconferencia debido a la pandemia. La India, que había decidido retirarse el año pasado de las negociaciones debido a la preocupación de que bienes baratos chinos pudieran inundar su mercado, tendrá la posibilidad de incorporarse en el futuro si lo desea. Cada país celebró su propia ceremonia, en la que el ministro de Comercio respectivo firmaba el documento bajo la mirada de su jefe de gobierno o de Estado.
El éxito de las negociaciones, y la firma del acuerdo, representa un espaldarazo económico y político para Pekín. Como principal motor de esta iniciativa, consolida su influencia en Asia en detrimento de Estados Unidos. Envía el mensaje de que es Pekín, y no Washington, el gobierno que está de verdad interesado en la región. Va a poder jugar un papel clave en el desarrollo de las reglas comerciales del continente. El pacto abre nuevos mercados a sus exportaciones en momentos de incertidumbre sobre la marcha de la economía global. Y pule las credenciales que busca como defensor global del multilateralismo, en medio de una tendencia a la desglobalización que la pandemia de Covid ha acelerado.
El pacto representa una alternativa al TPP, el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica. La administración de Barack Obama concebía el ambicioso acuerdo entre ambas orillas del Pacífico, del que China estaba ausente, como el pilar económico para apuntalar la influencia de Estados Unidos en la región. A su llegada a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump ordenó la retirada del pacto, que otros 11 países habían ratificado.
La salida estadounidense asestó un golpe casi mortal al TPP y dio alas a los argumentos de quienes aseguraban que la primera potencia mundial no tiene interés en implicarse realmente en la región. La decisión de Trump reavivó las negociaciones sobre el RCEP, que habían languidecido durante años tras su lanzamiento en Camboya. El interés de los gobiernos regionales por encontrar vías de estímulo a sus economías, perjudicadas primero por la guerra comercial y tecnológica entre Estados Unidos y China y por la pandemia después, terminó de hacer el resto.
La alianza elimina aranceles sobre más del 90% de los bienes intercambiados entre los miembros. El acuerdo también incluye protecciones sobre la propiedad intelectual y capítulos sobre inversiones y comercio de bienes y servicios. Igualmente, estipula mecanismos para la resolución de disputas entre los países.
En total, la RCEP reduce aranceles y establece reglas en una veintena de áreas. Entre otros, elimina impuestos en un 61% de las importaciones de productos agrícolas y pesqueros de la Asean, Australia y Nueva Zelanda, junto a un 56% de China y un 49% de Corea del Sur.
Tras la firma del acuerdo, aumenta la presión sobre el presidente electo estadounidense, Joe Biden, para demostrar el compromiso de su futuro gobierno con la región, que acumula el mayor potencial de crecimiento en los próximos años. Biden aseguró que tratará de renegociar el TPP para que Estados Unidos vuelva a sumarse, algo que no se presenta como una tarea fácil. © El País, SL