Los ejes del acuerdo que se negocia

Guzmán propuso al FMI un programa que contempla más plazo para pagar, pero más ajustes

La semana pasada, el Gobierno le pidió al Fondo Monetario Internacional un cambio de programa para poder repagar la deuda de US$44.000 millones que mantiene con el organismo de crédito, pendiente de pago desde el final del gobierno de Mauricio Macri. La clave del cambio está en que el equipo que lidera el ministro de Economía, Martín Guzmán, solicitó cambiar el actual stand-by agreement (SBA) por un programa de facilidades extendidas (EFF, según sus siglas en inglés).

Este último requiere cumplir con mayores condicionalidades para ser aprobado por el directorio del

Fondo –sobre todo, poner en marcha distintas reformas estructurales– que el anterior sellado por la administración Macri.

Pero, a diferencia del SBA, este tipo de programas permiten estirar los plazos de pago y obtener un margen de tiempo para empezar a pagar. En este caso, la propuesta de la Argentina es obtener un período de gracia de cuatro años y medio, con la posibilidad de extender el plazo total hasta 10 años.

Guzmán recibió a los enviados del Fondo con varias señales de ajuste emitidas en simultáneo. Respecto del déficit fiscal, dejó trascender que tratará de reducirlo por debajo del

8% del PBI este año, como preveía hasta ahora, y por debajo del 4% en

2021 (cuando en el presupuesto enviado al Congreso se apunta al 4,5% del producto).

En este sentido, no solo confirmó que no continuará vigente el pago del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), adoptado como forma de moderar el impacto de la cuarentena en los sectores más humildes, sino que anunció un “consenso” sobre una nueva fórmula de cálculo de los haberes jubilatorios que, según distintos expertos, implicará una baja del gasto a través de una reducción de los ingresos de los pasivos. Para eso el Gobierno envió al Congreso un proyecto de ley para tratar la nueva fórmula, similar a la que rigió durante los últimos años de la presidencia de Cristina Kirchner.

Además, hace semanas que el ministro viene enviando señales a los empresarios privados y a los mercados sobre el rumbo económico que estaría tomando el Gobierno, buscando demostrar que bajará la emisión monetaria para financiar el enorme déficit fiscal.