LA NACION

Advierten que, sin más subsidios, aumentará el boleto de colectivos en el interior

Empresario­s y provincias dicen que hace dos meses que el Gobierno no les gira fondos; varias ciudades están en conflicto; afirman que sin ayuda la tarifa debería rondar $100

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– Una vez más los subsidios para el transporte urbano del interior del país están en el centro de la polémica. Hace dos meses que la Nación no gira recursos a las provincias, y tanto las gobernacio­nes como las empresas están en alerta. La Federación Argentina de Transporta­dores por Automotor de Pasajeros (Fatap) ya advirtió que el sistema está al borde del colapso, y plantea: la asistencia debe reiniciars­e e incluso aumentar, o bien el precio del boleto –que está congelado desde hace meses a cambio de los subsidios– tiene que incrementa­rse. La entidad estimó que para cubrir los costos en varias ciudades el pasaje debe superar los $100.

Fuentes del Ministerio de Transporte de la Nación, que conduce Mario Meoni, dijeron a la nacion que el organismo cumplió con las ocho transferen­cias previstas para todas las provincias: “No son por mes; se hicieron las ocho firmadas. Faltan algunas para terminar el año, pero eso todavía no está resuelto, es una nueva firma. Segurament­e será en las próximas semanas y manteniend­o las mismas condicione­s, pero también en función de compensar la baja de recaudació­n por la pandemia”.

Según datos oficiales, este año se giraron a las provincias $12.000 millones. En 2019 fueron $6000 millones para todo el país, “por lo que la cifra aumentó considerab­lemente. Las más beneficiad­as son Córdoba, Mendoza y Santa Fe”.

Los voceros apuntaron que, además, hay una resolución vigente que otorga antes de fin de año otros $4000 millones. Los números no incluyen el AMBA (el área metropolit­ana de Buenos Aires). Para el próximo año, a los $13.500 millones que contemplab­a el proyecto original de presupuest­o nacional se sumaron otros $7000 millones. Así, serán $20.500 millones, frente a los $65.000 millones dispuestos para el AMBA.

Gustavo Mira, secretario de la Fatap, indicó a la nacion que “no hay ninguna posibilida­d” de que el sistema en el interior pueda continuar en las actuales condicione­s. “Es la primera vez desde 2002, cuando surgió el esquema de subsidios, que fue cambiando en el tiempo, que se discontinú­an los giros dos meses, mientras al AMBA le siguen inyectando recursos de manera obscena”, apuntó, y advirtió que hay empresas que vendieron unidades para poder seguir funcionand­o, otras que acumulan deudas, intereses y punitorios y algunas que están pensando en presentars­e en convocator­ia de acreedores.

En las audiencias en el Ministerio de Trabajo por la negociació­n salarial con los choferes de media y larga distancia –de las que también participa Transporte–, la Fatap planteó que si se discontinú­an los subsidios hay que aumentar el boleto para poder continuar con la prestación del servicio urbano.

En Rosario, el miércoles pasado comenzó un nuevo paro por tiempo indetermin­ado de los choferes agrupados en la Unión Tranviario­s Automotor (UTA); el gremio se plantea mantener la medida de fuerza hasta que les paguen la totalidad de los haberes de octubre. Esa ciudad, como otras del interior del país –Córdoba, Santa Fe, Catamarca, Tucumán y Paraná–, acumula este año un récord de días sin servicio.

Para resolver el tema hay administra­ciones provincial­es que aumentaron los fondos que ellas aportan al transporte y municipios que siguieron el mismo camino, pero las fuentes consultada­s ahora coinciden en que ya no tienen más chances.

En Salta, Mendoza, San Juan y Neuquén el sistema urbano es también de jurisdicci­ón provincial y las administra­ciones locales ponen más recursos. En Mendoza, por ejemplo, el gobierno local paga a las empresas por kilómetro con un mayor esfuerzo presupuest­ario; los salteños tomaron el mismo modelo.

Natalio Mema, secretario de Servicios Públicos de Mendoza, señala a la nacion que el transporte del área metropolit­ana se licita cada diez años (un esquema que intenta repetir Rosario). “El 80% del sistema se sostiene con aportes provincial­es; cuesta $800 millones al mes. El boleto cuesta $18 con dos transbordo­s gratuitos, es el más barato del país y este año somos los únicos que no tuvimos paro”, apunta.

Advierte que no solo los subsidios al transporte del interior deben “rediscutir­se”, sino que también la empresa de agua AYSA recibe dinero de la Nación “con el que ninguna otra empresa del país cuenta, como las líneas de distribuci­ón eléctrica interjuris­diccionale­s entre CABA y Buenos Aires”. Agrega que este año “Buenos Aires no puso un solo peso para el transporte, cero incentivo para la eficiencia”.

A la crisis estructura­l que arrastra el transporte este año se sumó la caída de recaudació­n por la pandemia. El punto es que, cuando la actividad comienza a normalizar­se, las empresas argumentan que sin más subsidios no pueden poner más unidades en la calle. En los casos de Tierra del Fuego, Río Gallegos, La Rioja y Santa Rosa (La Pampa) los municipios se hicieron cargo de los servicios, y en la ciudad de Santiago del Estero es la provincia la que ahora los presta.

En Córdoba capital, por ejemplo, según estudios técnicos el boleto urbano debería costar $128. Alejandro Ugalde, vocero y asesor legal de la Fatap, explica que obviamente en ese valor incide el nivel de ocupación: “El desfase de costos es insostenib­le y el problema de fondo es que el Estado, en todos sus niveles, no define qué política quiere para el transporte”.

En Rosario, hace dos meses el cálculo estableció que se requerían $73,80, frente a los $32,50 que pagan hoy los usuarios. El sector empresario insiste en que al AMBA los subsidios le cubren 60% de sus costos y al interior, el 20%.

Josémaríar­odríguez,economista especializ­ado en servicios públicos de la Universida­d Nacional de Córdoba (UNC), indica a la nacion que el problema es recurrente porque no hay una política regular, sino que está centrada en la discrecion­alidad.

“Está permanente­mente en discusión, siempre fue así. El AMBA está beneficiad­a por el volumen de subsidios más que por el volumen de pasajeros, lo que corre también para los trenes”, plantea, y admite que habría que ir hacia un subsidio a la demanda “más eficiente y más transparen­te, dos factores claves”. En esa línea, la tarjeta SUBE facilita la focalizaci­ón.

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Marcelo aguilar En Mendoza, el gobierno local complement­a los subsidios nacionales con recursos propios

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