LOS GANADORES: QUÉ NEGOCIOS RESISTIERON AL COVID
El comercio electrónico, los supermercados, los locales de venta de bicicletas usadas, las plataformas de envío y los comercios de proximidad, los rubros beneficiados por la pandemia
Desde la anteúltima crisis que vivió España -la que tuvo su origen en 2008se repite a menudo casi como un mantra que “un momento económicamente complicado puede ser una desgracia para muchos y una oportunidad para otros”. En tiempos de pandemia y de coronavirus esta sentencia parece estar más viva que nunca y muestra que en un presente plagado de incertidumbres, miedos e inestabilidades económicas hay algunos negocios que parecen no solo haber sobrevivido, sino que además lograron salir más fuertes y con nuevas potencialidades. Entre ellos se destacan el comercio electrónico, los supermercados regionales, la producción de conservas, el mercado de las bicicletas usadas, los pedidos de comida a domicilio y los negocios vinculados con el comercio de proximidad.
Una lucha cabeza a cabeza
Sin dudas, en este presente tan inesperado como complicado, los dos ganadores en el sector español del gran consumo fueron los supermercados y el comercio electrónico. Los primeros lograron sumar muchos clientes durante el confinamiento y luego, con la flexibilización y la apertura de los protocolos de distanciamiento social, pudieron mantenerlos. En este marco las cadenas de supermercados regionales como Consmu, Ahorramas o Bon Preu fueron las que mejor lograron capitalizar este presente. Por su parte, el comercio electrónico ha dado un salto en volumen hasta situarse en niveles que el sector de la distribución no esperaba hasta dentro de tres o cuatro años.
En un año marcado por la pandemia, el sector de la distribución ha crecido un 14,2% en valor respecto al año anterior, y un 12% en volumen. “En las semanas más duras del confinamiento, el crecimiento ha llegado hasta el 25,7% en valor y el 25% en volumen, debido al cierre del canal hotelero (rubro que nuclea restaurantes, bares, cafeterías y pubs en España)”, según revela un informe de la consultora Kantar.
Asimismo, las medidas restrictivas impuestas por la emergencia sanitaria impulsaron el canal online hasta niveles que los expertos auguraban para dentro de tres o cuatro años. Los datos son abrumadores. Por un lado, el 47% de los consumidores de todo el mundo realizó más de la mitad de sus gastos a través del e-commerce, según la consultora Capgemini.
Por el otro, desde otra consultora, ipsos, se subraya que el 45% de los españoles compra más por internet ahora que antes de la pandemia. En la misma línea, del informe de Kantar se desprende que en España la compra online pasó de una cuota del 0,7% al 3,6% durante el confinamiento y, una vez terminado, se mantuvo en el 2,5%, aunque en Madrid y Barcelona llega hasta el 5%. otro dato interesante que se desprende de Kantar es que la pandemia hizo ganar a este canal unos 380.000 clientes.
Conservas
La cuarentena y el encierro trajeron a la denominada compra búnker. Este concepto se utiliza para describir un aprovisionamiento masivo que se realiza en los días o semanas previas a un confinamiento o a la introducción de medidas restrictivas de la movilidad. El objetivo de estas compras es el de neutralizar la sensación de miedo generalizado, garantizando la existencia de víveres durante un período de aislamiento en casa. Sin dudas, los españoles no escaparon a este fenómeno y comenzaron a adquirir y acumular artículos de primera necesidad, conservas y productos de droguería. En cuanto a los productos más beneficiados, los diferentes relevamientos indican que tras el confinamiento decretado por el Gobierno español el 14 de marzo, se observó un incremento de la demanda de leche en polvo del
173,3%, seguida por el amoníaco
(85,7%), el vino (41,9%), la lavandina (36,8%), el alcohol (26%), y las pastas (17%). El séptimo puesto del ránking de los más requeridos lo ocuparon las conservas, con un 16,8%, según el portal de estadística online Statista.
Al observar la subida de las demandas y de las ventas de las conservas, la firma Ferba (que produce conservas de espárragos, champiñones, setas, legumbres, tomates, pimientos y maíz, entre otras y que tiene sede en Aldeanueva de Ebro -La Rioja-) hizo una rápida apuesta a una estrategia de crecimiento. “Tuvimos que aumentar nuestra dotación de personal, no solo por las nuevas medidas de seguridad que nos pedía el Estado, sino también para satisfacer la fuerte demanda, principalmente durante los primeros meses de la pandemia”, relata su director comercial, Jesús Miguel Fernández. En sus palabras, el incremento, que rondó un 20% entre marzo y abril, se explica por “la compra exagerada de todos los consumidores que llegaron a dejar los supermercados agotados de productos por miedo al desabastecimiento. Algo que nunca sucedió”, agrega.
El inesperado crecimiento, sin embargo, se dio solo en el canal retail (supermercados) y se vio compensado por “ventas nulas en la hostelería durante el confinamiento total”, destaca Fernández. Y agrega: “Nuestra empresa, a pesar de la pandemia, se mantuvo en niveles de facturación similares a los del año pasado”.
Bicicletas
En cuanto el Gobierno español flexibilizó algunas de las medidas y permitió salir de las casas para que la gente pudiera practicar alguna actividad deportiva individual, los vecinos de todas las grandes ciudades se lanzaron a correr casi de forma masiva por las calles, las plazas y los parques.
No por casualidad, a finales de mayo, una encuesta de la consultora ipsos recogía la intención del 88% de los españoles de integrar el ejercicio físico al aire libre en su rutina. Y el ciclismo no estuvo excluido de esta elección. Según Tuvalum, una página web que pone en contacto a los vendedores de bicicletas usadas con potenciales compradores, la pandemia se convirtió en un punto de inflexión e hizo que mucha gente se sume a practicar este deporte y que, además, se redujeran los tiempos de las operaciones comerciales. “Antes del confinamiento la media de días que tardábamos en vender una bicicleta era 55; y, desde junio, es 18. Algunos modelos específicos se venden el mismo día que se sube el anuncio. Para nosotros la pandemia ha sido un verdadero punto de inflexión”, dice Alejandro Pons, director general de la firma que comenzó a funcionar en 2015.
Los registros de la empresa dan cuenta que entre marzo y septiembre, a través del sitio, se vendieron unas 2200 bicicletas, casi la misma cantidad que en todo 2019.
La pandemia provocó otro cambio. “Los últimos tres años siempre hemos vendido más bicicletas de montaña, pero tras el confinamiento la tendencia se ha invertido: el 60% ahora son de carretera”, apunta Pons. Y añade: “El ticket medio también se ha incrementado en casi 200 euros, llegando a alcanzar los 1400 euros”.
Para Pons, las razones del éxito estriban en cómo la llegada del covid-19 ha transformado nuestro día a día. “Antes de la pandemia la rutina más extendida era apuntarse a un gimnasio; con el coronavirus, sin embargo, cada vez menos gente quiere meterse en un lugar cerrado . En gran parte, fruto del covid-19, muchas personas que no practicaban ciclismo han comenzado a mirar con cariño a las bicicletas”, agrega.
Comida a domicilio
Estos tiempos trajeron muchos cambios de hábitos, los cuales se vieron reflejados -casi de manera inmediata- en el consumo. Por ejemplo, el 23% de los españoles asegura que, durante el confinamiento, ha incrementado el consumo de comida a domicilio. Además, el 63% de los consultados revela que ha utilizado algún servicio de delivery como Just Eat, Glovo, Deliveroo o Uber Eats y, de éstos, el 18% ha elegido incluso por probar lugares nuevos.
Entre aquellos españoles que han optado por la comida a domicilio durante la pandemia, un 19% asegura preferir los mismos locales en los que ya consumía. Antes de la llegada de la covid-19, el delivery era ya una forma habitual de consumo para el 54% de los españoles, concentrado durante los fines de semana (51%) y en un contexto de planes con amigos (47%), según una encuesta de ipsos impulsada por Unilever Food Solutions, junto con Facyre y Hostelería de España.
Tienda del barrio
Si bien la crisis causada por la emergencia sanitaria ha golpeado con fuerza, entre otras, a las pequeñas empresas, no es menos cierto que con el distanciamiento social la ciudadanía tomó más conciencia y hasta comenzó a ver con otros ojos a los comercios de proximidad. Éstos, sin dudas, lograron revalorizarse y ganar un lugar entre las preferencias del público. Según un estudio realizado por la firma Mastercard, tres de cada cuatro españoles compran ahora en los comercios de sus barrios, un registro que se incrementó si se lo compara con
2019. Además, hoy el 66% está gastando más en las tiendas del barrio. Según el trabajo, este desembolso hoy se realiza de forma consciente con el fin de ayudar a las comunidades locales a recuperarse. “Esta crisis está afectando con dureza a las pymes, ya que casi el 70% de los negocios españoles atraviesa dificultades para hacer frente a gastos corrientes como el pago de nóminas o del local a raíz de la pandemia”, señala la directora general de Mastercard España, Paloma Real.
Pese a que la llegada de la pandemia agudizó la crisis económica del comercio minorista, hay datos alentadores sobre la posibilidad de que pueda reinventarse y volver a florecer. ocho de cada diez españoles (es decir, un
77%), por ejemplo, ahora valoran más los locales de su vecindario. Las razones que han llevado a los consumidores a descubrir negocios en sus barrios respectivos es la limitación de la movilidad
(58%), la conveniencia (37%) y el deseo de evitar las colas en grandes superficies (36%).•
el 45% de los españoles afirma que compra más por Internet que antes de la pandemia: el confinamiento sumó unos 380.000 nuevos usuarios