Johnson anuncia el mayor gasto militar desde la Guerra Fría
Destinará US$22.000 millones para un mando espacial, una agencia de inteligencia artificial y una fuerza cibernética
LONDRES.– Aislado tras un contacto con un parlamentario afectado por Covid-19, el primer ministro Boris Johnson anunció ayer la mayor inversión militar realizada desde el fin de la Guerra Fría en Gran Bretaña, que incluirá un mando espacial, una agencia de inteligencia artificial y una fuerza cibernética.
El programa, que destinará 22.000 millones de dólares en los próximos cuatro años, fue presentado por Johnson ante el Parlamento por videoconferencia desde Downing Street.
“He decidido que la era de los recortes en defensa debe terminar y termina ahora”, afirmó llamando a poner fin al “repliegue” para reforzar la influencia británica en el mundo.
“He tomado esta decisión en medio de la pandemia porque la defensa del reino debe ser la prioridad”, agregó.
Sumada a su promesa electoral de incrementar cada año el presupuesto militar británico un 0,5% por encima de la inflación, esta inversión adicional sin precedente en los últimos 30 años significa 27.000 millones de dólares más para las Fuerzas Armadas.
Este aumento llevará el presupuesto militar a más de 200.000 millones de dólares en los próximos cuatro años, reforzando la posición del Reino Unido como país europeo que más gasta en Defensa (2,2% de su producto bruto interno) y segundo de la OTAN detrás de Estados Unidos.
Sin embargo, en medio de una pandemia que ha golpeado al país con 53.000 muertos y la peor recesión de su historia reciente, el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, se preguntó “cómo se pagará este anuncio”.
“¿Habrá endeudamiento adicional o aumento de impuestos? Y si es así de cuáles, ¿o el dinero tendrá que venir de otros ministerios?”, lanzó, sin obtener una respuesta precisa.
Johnson se negó a responder si los fondos procederán de un recorte de la muy generosa ayuda británica al desarrollo, actualmente fijada en el 0,7% del PBI.
Por su lado, el ministro de Defensa, Ben Wallace, señaló que el acuerdo es “suficiente” para que las
Fuerzas Armadas se modernicen, y también se negó a explicar si parte de los nuevos fondos procederán del presupuesto británico de ayuda exterior.
“Esto significa que podemos tener una discusión sobre cuáles son nuestras ambiciones globales y sobre cómo las vamos a financiar”, dijo en declaraciones a Sky News.
En los últimos meses ha aumentado la preocupación ante la presunta búsqueda del gobierno de fórmulas para reducir su compromiso con la ayuda internacional, en parte porque las finanzas públicas se han resentido por el costo de la pandemia.
Wallace insistió en que Londres no está “abandonando el campo de batalla de la ayuda internacional”, pero añadió que las “decisiones sobre las cifras” serán presentadas por el ministro del Tesoro, Rishi Sunak, la próxima semana.
Con amenazas crecientes de países como Rusia y China, “la situación internacional es más peligrosa e intensamente competitiva que en cualquier otro momento desde la Guerra Fría, y Gran Bretaña debe ser fiel a su historia y apoyar a sus aliados”, afirmó el primer ministro en un guiño aparente al presidente electo de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden.
Limitarnos a “esperar lo mejor” frente a las amenazas del “terrorismo” o de los “Estados hostiles” no es una opción prudente, sostuvo Johnson.
Mientras tanto, no duda en rechazar la retirada de Afganistán anunciada por su amigo, el presidente saliente Donald Trump, reservándose el derecho a discutir la seguridad de ese país y el futuro de los contingentes británicos en otras áreas de conflicto con los nuevos “amigos estadounidenses de la administración electa” de Biden.
Ante nuevas amenazas como los ciberataques, Gran Bretaña se propone también “ser pionero en nuevas tecnologías”, aseguró, anunciando la creación de una nueva agencia dedicada a la inteligencia artificial, de una Fuerza Cibernética Nacional y un nuevo Comando Espacial, capaz de lanzar su primer cohete para 2022.
Son “tecnologías que revolucionarán la guerra”, aseguró Johnson.
Así, “un soldado en territorio hostil será alertado de una emboscada lejana por los sensores de los satélites o drones, que transmitirán instantáneamente una advertencia, usarán la inteligencia artificial para diseñar la respuesta óptima y ofrecerán una serie de opciones, como ordenar un ataque aéreo por drones o paralizar al enemigo con armas cibernéticas”, explicó.
“Desde el sector aeroespacial hasta los vehículos autónomos, estas tecnologías tienen una amplia gama de aplicaciones civiles y abrirán nuevas perspectivas de progreso económico” que crearán hasta 40.000 empleos, dentro y fuera de las Fuerzas Armadas, afirmó.
Johnson prometió también desarrollar una nueva generación de buques de guerra que “estimulará un renacimiento de la construcción naval británica en todo el Reino Unido”, impulsando el trabajo en los astilleros del territorio.