La magia y la fantasía animada de las consolas
Las casi centenarias fantasías de Walt Disney se expresan, en este 2020, más enel streaming que en los parques de diversiones, limitados por la pandemia. Sin embargo, esta semana, con el lanzamiento global de la versión 5 de la Playstation de Sony y el reciente de la serie X de Microsoft X-box, los analistas reactivaron un debate: el de los mundos artificiales creados dentro de videojuegos como Minecraft, Fortnite o Roblox. A diferencia de sus (con perdón) análogos analógicos, como Disneyland, estos universos tienen la particularidad de que cada jugador crea su entorno con sus acciones, engendra virtudes y dificultades en un set de opciones. El reciente documental Guerra de consolas pone el foco en la década del 90, entre Sega y Nintendo, sus ideologías, y culmina con la llegada de la primera Playstation. Ayer, el sitio Vox detallaba el furor por las nuevas consolas en un año en que esos entretenimientos fueron refugio para los encerrados en sus hogares. Globalmente. Considerarlas meros “juegos” parece, además de un arcaísmo, un menosprecio: son más que los deslumbrantes parques temáticos.