Dickinson, una mujer moderna encerrada en un mundo que no puede comprenderla
Figura emblemática de las letras anglosajonas, heroína de la poesía y personaje histórico cuya leyenda aporta muchas conjeturas pero escasas certezas, Emily Dickinson es el centro de esta comedia que, como su obra, toma riesgos creativos inusuales para contar su historia. Protagonizada por Hailee Steinfeld, la serie imagina la vida de la escritora moldeada por los mandatos familiares y la sociedad de mitad del siglo XIX y como aun en ese contexto hostil para el desarrollo artístico femenino acumuló una obra brillante que solo se conoció después de su muerte. La tragedia de esa genialidad condenada al anonimato es tomada por Alena Smith como punto de partida para construir al personaje que parece existir entre las palabras y las frases de sus poemas. Para hacerlo utiliza un tono cercano a la comedia y un estilo de escritura rupturista, un homenaje al cuadrado. Así, liberada del corset de los relatos biográficos, Dickinson hace que su personaje central hable con modismos y expresiones actuales, una mujer moderna encerrada en un mundo que no puede comprenderla. En la primera temporada –habrá dos más–, cada episodio lleva el título de un poema y ensaya una hipótesis sobre sus fuentes de inspiración. La muerte, el deseo y la opresión ponen en marcha la imaginación de la escritora que Steinfeld interpreta con notable habilidad. Ese espíritu peculiar se contagia a la puesta en escena de esta ficción que juega con la expectativa de los espectadores, sean o no conocedores de la escritora, al musicalizar sus desventuras con canciones de hoy que integran una banda de sonido exquisita. Disponible en Apple TV+