Tras la hazaña, el equipo reúne vigor y se enfoca en el partido contra Australia
Con la alineación titular confirmada y el regreso de tres referentes en el banco de suplentes, el seleccionado se mentaliza en seguir sumando puntos en la segunda ronda
Cuando Brad Weber perdió el balón a veintidós yardas del in-goal en el minuto 78, los All Blacks entendieron que ese día, en ese estadio, no había camino posible para penetrar el esquema defensivo rival. El calor de los cánticos argentinos subía con fervor desde las tribunas del Sydney Bank Stadium, pero ni un alma se atrevía a festejar antes del pitido final. Los hinchas se frotaban las manos y atacaban el reloj con la mirada. Hasta que sucedió. Richie Mo’unga erró la conversión en el minuto 89, y el árbitro Angus Gardner dio el encuentro por terminado. Los Pumas habían conseguido un triunfo histórico sin vaticinios.
“No hay fórmula mágica, el secreto son los jugadores, y mis jugadores estuvieron impecables durante este año de pandemia”, aseveró Mario Ledesma, lleno de estupor, ante las preguntas de los periodistas australianos. La Argentina había conseguido su primera victoria ante el seleccionado neozelandés, por 25 a 15. Hoy, los jugadores se mentalizan en seguir sumando puntos.
Mañana, en horas de la madrugada, Los Pumas se enfrentarán con Australia, que también viene de ganarle a Nueva Zelanda, por 24 a 22 –siete días antes, esos dos equipos se habían enfrentado en el partido de ida, en el cual los All
Blacks vencieron por 43 a 5–. El historial marca que de 32 encuentros disputados el conjunto oceánico ganó 25, mientras que la Argentina cosechó seis victorias. Hubo tan solo un empate.
De los seis triunfos, en los últimos seis años se dieron los dos más importantes, ya que, a diferencia de los anteriores, que habían sido en test-matches, estos fueron por el Rugby Championship. En 2014, Los Pumas derrotaron a los wallabies por 21 a 17, en el estadio Malvinas Argentinas. Cuatro años después, consiguieron los tres puntos, por 23 a 19, en el Robina Stadium, en Queensland.
De cara al encuentro de mañana, ambos equipos afilan tácticas y formaciones en un clima de puro hermetismo. Desde el lado argentino quieren aprovechar el envión anímico generado por el triunfo del fin de semana pasado. “Tenemos un gran equipo con muchos jugadores jóvenes que tienen muy claro qué significa esta camiseta en la Argentina”, sentenció Pablo Matera, capitán argentino, en rueda de prensa.
En atención a lo táctico, cada plantel tiene un valor agregado. Australia apuesta a su potencia física y a un juego desestructurado, de rotación de posiciones. Para eso formará con Ned Hanigan en lugar de Lachie Swinton, Taniela Tupou por Allan Alaaalatoa y Scott Gio reemplazando a James Slipper (expulsado). En el puesto de apertura se ubicará Reece Hodge, en lugar del lesionado James O’connor. Aquí es donde el conjunto argentino deberá estar atento. Si el pack de forwards consigue anticipar la maniobra australiana, los backs podrán atacar con espacios a un equipo descompensado en defensa.
Los Pumas cuentan con tres ventajas: la vuelta de Imhoff, una mayor calidad de jugadores de recambio y una fresca condición física, ya que no tienen desgaste por competencias previas. El cuerpo técnico argentino también tiene a Michael Cheika, excoach de Australia, quien conoce en detalle las debilidades del rival.
El conjunto argentino formará con Santiago Carreras; Bautista Delguy, Matías Orlando, Santiago Chocobares y Juan Imhoff; Nicolás Sánchez y Tomás Cubelli; Rodrigo Bruni, Marcos Kremer y Pablo Matera; Matías Alemanno y Guido Petti; Francisco Gómez Kodela, Julián Montoya y Nahuel Tetaz.
“Los chicos hablan mucho de ganar cada momento; ganar los entrenamientos, ganar las reuniones, ganar los partidos [...] cuando uno habita más el presente, no piensa en el futuro, que es lo que genera ansiedad”, dijo ayer Ledesma. En un entorno de familiaridad, Los Pumas apuestan a la fortaleza anímica y mental.