El doble esfuerzo de las escuelas rurales
Los maestros llevaron a los alumnos cuadernillos impresos enviados por la Nación para mantener la continuidad escolar en las zonas más alejadas del interior del país; se sumaron programas de radio y TV
En las zonas rurales del interior del país, donde la tecnología es escasa, seguir con las clases en medio de la pandemia significó un gran esfuerzo para los docentes. Entre marzo y julio, repartieron a caballo o en mula guías y cuadernillos de ejercicios impresos para los alumnos (como muestra la foto, tomada en San Juan). Sin embargo, pese a la entrega de los maestros, el virus profundizó las desigualdades entre los estudiantes.
Poco se conoce acerca de lo que significó para los docentes mantener el contacto con los alumnos en muchas zonas rurales del interior del país durante la pandemia. Los esfuerzos realizados para continuar con las trayectorias escolares han implicado crear nuevas formas de enseñar allí donde la geografía es inhóspita y los recursos, escasos. Camionetas 4x4, motos y mulas fueron los medios de transporte que hubo que emplear para recorrer el terreno agreste. El año lectivo, tan inusual, está por finalizar y ya se están planteando cómo se recuperarán los contenidos en 2021.
Para Verónica Canto, docente de la escuela 12 de Agosto, situada en Pocito Quinto Cuartel, en San Juan, la tarea no es sencilla y se trabaja contra reloj para que en el menor tiempo posible los estudiantes reciban el material y puedan seguir la escolarización. “Para llegar a cada una de las viviendas de los estudiantes nos enfrentamos con muchas complicaciones en el terreno; además, hay que tener en cuenta las condiciones climáticas. Si llueve o sopla viento intenso, se complica aún más la distribución”, explica.
El objetivo es impostergable: los chicos deben recibir sus cuadernillos de trabajo escolar. Fernando Rozzi, docente de la misma escuela, cuenta: “También se deben calcular la cantidad de elementos a cargar en las mulas y el personal que irá. La cabalgata se inicia por la madrugada, para aprovechar la luz del día. En algunos casos llegar al hogar lleva unas siete horas de viaje, bordeando precipicios y por donde solo pasa una mula a la vez”.
Tomás Gregorini, director ejecutivo de la asociación civil Voy con Vos, explica que la organización ha implementado apoyo escolar en las zonas de Tres Isletas y El Impenetrable, en Chaco. “La suspensión de clases presenciales dificulta la educación rural. Los alumnos no tienen computadoras en sus casas ni teléfonos celulares; no hay conectividad de internet en los parajes en donde se quedan, por eso les acercamos sus actividades escolares en formatos impresos. Además, implementamos un programa de radio en 90.7 FM Girasol, que brinda contenidos educativos a los alumnos. Trata de responder los interrogantes que los alumnos tengan acerca de las actividades”.
Sonia López, coordinadora general en Chaco de Voy con Vos, agrega: “Además, damos apoyo telefónico de materias como matemática, química y física a lo largo de toda la cuarentena. A partir de noviembre, los alumnos asisten a clases presenciales de apoyo de estas tres materias. Es obligatorio presentarse para poder pasar de año”.
Erika Nera, mamá de Eugenia, de 12 años, residente de Margarita Belén, Chaco, sostiene: “A lo largo de la cuarentena recibimos guías pedagógicas impresas y cuadernillos, y vimos el programa de televisión Nuestra aula en línea. dependiendo de la señal, mi hija podía acceder a través de Whatsapp, utilizando los datos del celular, a tareas extras que les enviaban las maestras semana de por medio”.
“Va a ser muy difícil volver a las escuelas el año que viene si no se empieza a trabajar ya. Las escuelas rurales son una realidad insoslayable en países como la Argentina, donde el extenso territorio está habitado en forma heterogénea. Para la educación primaria rural el país cuenta con 11.186 unidades educativas, en donde hay 483.354 alumnos matriculados, y para la educación secundaria contamos con 4006 unidades educativas y 302.984 estudiantes matriculados. No se puede sumar el total de escuelas porque en una misma unidad educativa convive, muchas veces, más de un nivel”, explica Aldana Nazar, coordinadora de prensa del Observatorio Argentinos por la Educación.
Para Natalia Zacarias, miembro del consejo asesor de Voy con Vos, es de suma importancia empezar a implementar estrategias niveladoras en lo fundamental, lectoescritura y matemática. “Si esperamos a marzo del año entrante vamos a tener que empezar con una base muy diferente en cada chico. En varias escuelas rurales de la zona estamos clasificando a los alumnos en tres grupos diferentes; según en qué grupo se encuentren, les asignamos una tarea distinta. El primero va a estar conformado por quienes hayan podido realizar todas las actividades en las guías del material que repartimos; el segundo será para quienes hayan hecho la mitad, y el último, para quienes no hayan resuelto ninguna guía”.
“El modelo de trabajo de la escuela rural implica flexibilidad y agrupamientos de alumnos por nivel, que contrastan con la rigidez del modelo común, centrado en la formación simultánea y gradual, donde todos los alumnos de la misma edad agrupados en un mismo grado supuestamente aprenden lo mismo al mismo tiempo”, explica Claudia Romero, profesora e investigadora a tiempo completo del área de Educación de la universidad di Tella.
“Este año expuso las desigualdades de nuestro sistema educativo y es una excelente oportunidad para visibilizar este problema; también, las incrementó fuertemente. Y, tan anticipable como trágico, quienes resultan más afectadas son las poblaciones más vulnerables y más aisladas”, afirma Irene Kit, referente del Observatorio Argentinos por la Educación y especialista en fracaso escolar. “Es urgente desmitificar lo que se viene y revertirlo. Las escuelas rurales están construidas en el imaginario colectivo como el lugar privilegiado para tener clases presenciales en el contexto de pandemia: instituciones pequeñas, con pocos estudiantes, casi burbujas naturales”, dice.
“Es necesario establecer recorridos flexibles para cada alumno, aceptando que el aula es un territorio común, pero para la atención de necesidades educativas diferentes”
Claudia Romero Profesora de La escuela en educación de La universidad di TELLA