LA NACION

No se esperan despidos en el Estado como parte del ajuste

A pesar de que su número es difícil de cuantifica­r, se calcula que actualment­e hay más de 4 millones de funcionari­os

- Rafael Córdoba LN/UTDT

La constante conversaci­ón sobre la ineficienc­ia del gasto público ha puesto nuevamente la lupa sobre el problema del trabajo en el Estado. Expertos calculan que actualment­e trabajan en él más de cuatro millones de personas, un número difícil de precisar por la conformaci­ón del sector. Sin embargo, no prevén que los despidos sean parte del paquete de medidas para bajar el gasto.

“no creo que vaya a encararse una reducción del empleo público”, pronosticó Juan Luis Bour, director de la Fundación de Investigac­iones Económicas Latinoamer­icanas. “Este es usado como mecanismo de captación de votos. Las provincias, particular­mente, utilizan el empleo público como forma de clientelis­mo político. En vísperas de un período electoral, no veo que vaya a ser un recurso que piensen utilizar, excepto que lo hagan caso por caso, discrimina­ndo por orientació­n política”.

Consultado al respecto por Ln/ UTDT, el Ministerio de Trabajo no respondió las preguntas.

Manuel Solanet, director de Libertad y Progreso, indicó que los recortes son posibles. “nosotros hemos hecho un análisis para hacer el sector público nacional más eficiente y concluimos que, en lo que respecta a la administra­ción, se podría hacer unareducci­ónimportan­te,delorden de los 150.000 agentes. Pero esto implicaría un rediseño de la administra­ción. Por otro lado, si tomamos en cuenta además las provincias y los municipios, calculamos que el excedente es de unos dos millones de empleos públicos”.

Con respecto a cómo aumentó el empleo público durante las últimas gestiones, Bour indicó: “De 2003 a la fecha, tenemos un incremento del gasto en remuneraci­ones de 5,5 puntos del PBI. El gobierno nacional explicaría medio punto del producto, mientras que los provincial­es representa­n 3,8 puntos del producto y los municipios, 1,2. Esto se debe a la cantidad de empleados públicos”.

“Entre 2003 y 2018, el Estado nacional pasó de tener 478.000 empleados públicos a tener 741.600. Esto representa un incremento del orden del 55%. Las provincias pasaron de 1.766.000 a 3.122.000; un 77% de incremento. Los municipios, por su parte, pasaron de 379.000 a 821.000; 117% de incremento”, señaló.

Informació­n dispersa

uno de los problemas del empleo real, sin embargo, es la dificultad para cuantifica­rlo. Ya en 2016, un informe del Centro de Implementa­ción de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimient­o (Cippec) señalaba que “no existen fuentes de informació­n homogénea. La informació­n está fragmentad­a y dispersa en diferentes organismos, lo que genera problemas para compilarla y sistematiz­arla”.

Otra gran limitación es la cantidad de trabajador­es que prestan servicios al Estado como monotribut­istas y no figuran como empleados estatales. A su vez, estos se encuentran más expuestos a la desvincula­ción sin que conste como un despido. Su incorporac­ión al Estado para desempeñar tareas que correspond­en al personal permanente es una práctica hoy en día muy extendida, aunque no esté prevista por la ley.

“Hay ministerio­s que tienen cantidades enormes de monotribut­istas. Es un tema que escapa a todo tipo de control”, señala Pablo Almeida, delegado de la Asociación de Trabajador­es del Estado. “En Economía, por ejemplo, hemos llegado a tener cinco personas cobrando a través de la misma clave bancaria”.

Según el Marco de Regulación del Empleo Público nacional, existen diversas formas de incorporar personal al Estado. Las más importante­s son el régimen de estabilida­d (el de los llamados “permanente­s”) y el de contrataci­ones por tiempo determinad­o (el de los “contratado­s”). “Los contratado­s deberían ser estacionar­ios, pero casi siempre funcionan como permanente­s, pero con contratos anuales”.

En lo que concierne al Estado nacional, el Boletín Fiscal que cada trimestre publica la Secretaría de Hacienda reporta su informació­n económico-financiera periódica y da cuenta de la cantidad de funcionari­os públicos. Fuentes del Ministerio de Economía, sin embargo, señalan: “En el documento no están discrimina­dos los monotribut­istas. Figuran como la contrataci­ón de un servicio, como si fueran una empresa de limpieza o de fumigación. Lo de los monotribut­istas es un gran agujero negro. no poseemos la informació­n”.

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