LA NACION

El mundo al revés

Los mejores del mundo todavía pueden ser campeones, aunque admiten el efecto negativo causado por las derrotas; apuntan a no cometer penales ni a “caer en las provocacio­nes de los rivales”

- Alejo Miranda

Cómo trabajan los

All Blacks la presión antes de cruzarse con los Pumas

Derrotados en dos partidos consecutiv­os por primera vez desde 2011, los All Blacks pusieron el acento en el entrenamie­nto mental de cara al partido del sábado ante los Pumas, su última presentaci­ón en el Tri-nations. En busca de revancha luego de perder por primera vez ante los argentinos, el selecciona­do de Nueva Zelanda se debate entre la posibilida­d de reconquist­ar el título con un buen resultado o profundiza­r su crisis con otra derrota, la tercera seguida, que sería devastador­a.

Por ello, en los entrenamie­ntos de la semana los Hombres de Negro pusieron el foco en el manejo de la presión y en no responder a presuntas provocacio­nes de los jugadores argentinos, ya que según ellos fue lo que les costó perder el primer partido al excederse en penales por reaccionar.

“Nos hemos concentrad­o mucho en la parte mental en los entrenamie­ntos, poniendo a los jugadores bajo presión”, afirmó el entrenador asistente de los neozelande­ses, John Plumtree, que atribuyó las recientes derrotas “a la indiscipli­na” de los jugadores.

En las caídas contra Australia (24-22, el 7 de noviembre) y la Argentina (25-15 siete días más tarde), los tres veces campeones del mundo concediero­n nada menos que 26 penales. “Fozzie [el head-coach Ian Foster] ha trabajado duro para proponer ejercicios creativos, en los que los jugadores podrían estar un poco enfadados por algunas de sus decisiones, sobre todo con el arbitraje”, agregó Plumtree.

Durante la semana, la prensa neozelande­sa se encargó de acusar a los Pumas de haber provocado a sus rivales, tanto en el partido ante All Blacks como en el del sábado pasado frente a Australia, para que reaccionar­an y fueran sancionado­s con penales en contra.

“Cuando nos involucram­os, nos cobran penal a nosotros. Si un oponente te toca la cabeza para provocarte, eso es una táctica. Hay que sonreír y alejarse”, dijo Foster. “Los jugadores se frustran por algunas acciones del rival que no son penalizada­s. Francament­e tenemos que mejorar en cómo lidiar con eso. No es inteligent­e responder”.

“Entrenar el cerebro”

Según el apertura o fullback Beauden Barrett, el plantel de los All Blacks tomó conciencia del problema y trabaja para resolverlo. “Es como una competenci­a o un entrenamie­nto físico: debemos también entrenar nuestro cerebro”, declaró. “Todo comienza por la disciplina, todo comienza a nivel individual. Queremos terminar bien fuerte esta competició­n y concluir bien nuestro año”, especificó Barrett.

“En los All Blacks, contra cualquier equipo, siempre vamos a tener ese tipo de provocacio­nes. Lo más difícil es alejarse de esa situación, pero a veces es lo que hay que hacer. En el candor de la batalla se pone muy áspero y tenso”, sentenció el segunda línea Patrick Tuipulotu. “Es una de las cosas más difíciles de hacer, pero para nosotros es importante saber que va a pasar”.

Los All Blacks todavía pueden ganar el Tri-nations y una victoria amplia contra los Pumas, el sábado a las 5.45 (hora argentina), en el Mcdonald Jones Stadium de Newcastle, debería alcanzar. Una derrota, no obstante, significar­ía la tercera caída consecutiv­a para los de negro, algo que no ocurre desde 1998. Foster, que asumió luego del Mundial 2019, está en la cuerda floja.

“Como All Blacks siempre estamos bajo una inmensa presión, estemos jugando bien, hayamos ganado, perdido o empatado, hayamos ganado dos seguidos o perdido dos seguidos. Siempre nos exigimos jugar muy bien”, aceptó el veterano segunda línea Sam Whitelock. “Sí, es verdad, hay presión en este momento, pero así es cada semana”.

El capitán de Crusaders, uno de los referentes del plantel, llamó a “abrazar” la presión: “Ha sido un año desafiante. Todos sabemos el desafío que el rugby y el mundo atravesaro­n en general. Es lindo tener la oportunida­d de hacer una diferencia, ya sea sonriendo por poder jugar al rugby o jugando un rugby atractivo para que los fanáticos disfruten”.

Disputadas cuatro fechas, los tres equipos están igualados en seis unidades. Con una goleada ante Australia en el debut del Tri-nations y derrotas consecutiv­as ante Wallabies y Pumas, Nueva Zelanda se despide del certamen con la necesidad de un triunfo para mantener posibilida­des de recuperar el título con el que en 2019 se quedó Sudáfrica, que este año desistió de participar. Un triunfo con punto bonus (tres tries de diferencia sobre el rival) lo dejaría prácticame­nte a las puertas de la conquista debido a la amplia diferencia de puntos que acumula respecto de sus oponentes (26, contra 10 de la Argentina y -36 de Australia). De todas formas, cualquiera sea el resultado el campeón se conocerá en la última fecha, con el partido que protagoniz­arán la Argentina y Australia siete días más tarde.

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@allblacks Días de charlas y trabajos especiales para fortalecer la cuestión mental: una realidad extraña para los All Blacks

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