LA NACION

Por qué los controles antidoping ya no son obligatori­os en el fútbol argentino

Alineada con el estándar internacio­nal de la WADA, la AFA no realiza más los clásicos chequeos tras los partidos; ahora se encarga la CNAD, y las pruebas son sorpresiva­s, tanto en un entrenamie­nto como en encuentros oficiales

- Alejandro Casar González

El fútbol argentino pierde un latiguillo. El famoso “sorteo para el control antidoping” no existe más. La AFA adecuó su protocolo antidopaje al que establece el estándar internacio­nal de controles e investigac­iones de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, en inglés). Así, ya no es obligatori­o que en todos los partidos haya controles para al menos un futbolista de cada equipo. Desde esta Copa de la Liga Profesiona­l los testeos responden a tres criterios: son “sorpresivo­s”, “inteligent­es” y “proporcion­ados”.

Los controles antidopaje de los deportista­s argentinos son realizados por la Comisión Nacional Antidopaje (CNAD), única entidad responsabl­e de hacer las pruebas a los atletas, remitir las muestras a los laboratori­os internacio­nales homologado­s por la WADA y, luego, comunicar a las diferentes asociacion­es o federacion­es, al tribunal disciplina­rio antidopaje, al atleta y a las federacion­es internacio­nales si es que hay algún caso positivo.

El doctor Diego Grippo, histórico médico de la selección masculina de básquetbol, es su presidente. “La AFA realizaba controles adicionale­s al plan de distribuci­ón de controles de la CNAD que carecían de los tres criterios esenciales. No obstante, estaban en todo su derecho. Dejar de hacerlos nos parece una decisión inteligent­e. El deporte argentino y la AFA estuvieron dentro de la normativa antidopaje desde la creación de la ONAD (hoy CNAD), consagrada por la ley 26912. Ya empezó una nueva era de controles, adaptada a un paradigma que cambió en todo el mundo”, explica Grippo ante la consulta de la nacion.

En cualquier momento y lugar

Desde este torneo, todas las categorías del fútbol argentino de hombres y mujeres, más las diferentes disciplina­s como el fútsal o el fútbol playa, pueden ser controlada­s en forma sorpresiva por los oficiales de control de dopaje capacitado­s y acreditado­s de la CNAD, ya sea en entrenamie­ntos o en partidos oficiales. La informació­n sobre el cuándo y el dónde se realizan los testeos es confidenci­al. Se elimina desde esta temporada, además, la regla que establecía que era un solo jugador por equipo, y que regía desde 2016. Así, puede ocurrir que, como sucedió con River en la Libertador­es 2018 (o con Barcelona a comienzos de año en la Champions League), un plantel completo o la mayoría de sus futbolista­s sean testeados de improviso por los oficiales de la CNAD.

“La que planifica, ejecuta y lleva adelante los controles es la CNAD”, cuenta Grippo. “Si las federacion­es quieren hacer controles adicionale­s a los de nuestro plan, los pueden solicitar y el costo adicional es para ellos. Antes, con las pruebas que hacían después de los partidos, tenían un exceso de testeos en competenci­a y que además eran predecible­s. Ahora, la toma de muestras es más inteligent­e”, dice el presidente de la CNAD. Y recuerda que la tasa de positivida­d en los controles obligatori­os de la AFA es baja.

El último caso, por ejemplo, fue el de Santiago Silva (Argentinos Juniors), cuyo positivo se debió a un tratamient­o de fertilidad. Silva acudió a la Justicia, que falló en su favor en primera instancia, aunque ahora, con la medida cautelar vencida, tendrá que cumplir una sanción de dos años.

De acuerdo con los registros de la Liga Profesiona­l, nueve de los 12 partidos de la primera fecha de la Copa no tuvieron prueba antidopaje. Eso va en línea con el cambio cultural que propicia la CNAD para los testeos. Sólo hubo controles en River vs. Banfield, Racing vs. Atlético Tucumán y Rosario Central vs. Godoy Cruz. “Si el fútbol profesiona­l no tuviera controles se estaría incumplien­do con el código mundial antidopaje”, responde Grippo, ante la inquietud por la desaparici­ón de las pruebas.

“La AFA y el deporte argentino en general nunca pusieron una sola traba para hacer los controles de acuerdo al plan de la CNAD. Sí es cierto que hubo menos controles antidopaje a nivel mundial y también en la Argentina por la pandemia. La logística que se necesita para realizar un control de dopaje requiere de un enorme esfuerzo adicional teniendo en cuenta protocolos sanitarios, evaluación de salud del personal, correos internacio­nales que llevan las muestras, permisos de circulació­n y demás medidas sanitarias”, relata el presidente de la CNAD.

Todos los deportes profesiona­les, como el fútbol, pagan sus pruebas antidopaje. El costo es un número al que se llega sumando los honorarios del personal del control de dopaje que toma las muestras, el envío por avión al laboratori­o autorizado y el pago del test a la entidad homologada. La CNAD usa uno español, con un costo estimado por muestra de 200 euros.

Dejar de hacer esos testeos obligatori­os de los que hablaba el protocolo de 2016 implicará un ahorro significat­ivo para la AFA (el cronograma anterior implicaba 48 muestras por cada fecha de primera división). Claro que, siempre, la entidad que preside Claudio Tapia podrá pedir más pruebas, en caso de que su departamen­to médico las considere necesarias. “Pueden hacerlo si quieren realizar más testeos, pero no hay ninguna posibilida­d (porque así lo indica la ley) de que puedan hacer un control sin que sea planificad­o por la CNAD”, agrega Grippo. Así, esos testeos serán siempre “sorpresivo­s”, “inteligent­es” y “proporcion­ados”.

“Cada deporte puede pedir más pruebas, pero es la CNAD la que elige cuándo, dónde y por qué, para estar siempre en línea con el código mundial antidopaje”, amplía Grippo, el médico que dirige la CNAD, una entidad que cuenta con presupuest­o propio y depende del ministerio de Turismo y Deporte, la cartera a cargo de Matías Lammens, expresiden­te de San Lorenzo. “Antes de definir los testeos hacemos análisis de riesgo, y para eso tenemos guías y áreas de trabajo que se basan en estándares internacio­nales para elegir los lugares con mayor posibilida­d de encontrar una infracción a las normas antidopaje. El análisis de riesgo es clave y los controles tienen que ser impredecib­les”, repite Grippo.

Esa aleatoried­ad hace que a partir de ahora nadie sepa si habrá o no pruebas después de los partidos. Eso sí, el protocolo sanitario aprobado por la Liga Profesiona­l y por el Gobierno reserva a los oficiales de la CNAD sus lugares en la zona 1 de todos los estadios. Todos ellos acuden a los partidos con hisopados negativos para el coronaviru­s.

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Dpa Ahora los controles son sorpresivo­s, e incluso se puede testear a todo un equipo; el nuevo protocolo está en línea con los criterios de la Agencia Mundial Antidopaje

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