La intimidad de cómo Macri recibió la noticia
Dialogó con Coppola y revivió sus encuentros y desencuentros con el futbolista
Para Mauricio Macri transcurría un miércoles de reuniones con dirigentes de Pro bonaerense y un almuerzo con su hija Antonia cerca de sus oficinas, en Olivos, cuando la noticia de la muerte de Diego Maradona lo conmovió. “Una pena, en los últimos veinte años no pudo con su vida, fue siempre para abajo”, les dijo a sus íntimos, con tono nostálgico y como resumen de una relación de alto voltaje, que tuvo décadas de vigencia con Boca como escenario. Fue un vínculo signado, casi siempre, por desencuentros y diferencias casi irreconciliables.
“Guillote, vos junto con Claudia fueron los que más lo sufrieron”, le dijo el expresidente a Guillermo Coppola, según reconstruyó LA NACION. El llamado a Coppola fue su reacción casi instantánea y el comienzo de las charlas compartidas con su reducido grupo de colaboradores, que componen Fernando de Andreis, Darío Nieto y Gustavo Gómez Repetto. Macri reflexionó sobre “lo difícil que era tener tanto poder y no marearse”. El expresidente tenía en estas horas muy presente el contrato que la empresa de su padre, Franco Macri, Sevel, le propuso a un Maradona joven y recién campeón del mundo, en 1987. “Le dimos veinte autos para él y su familia como nos pidió, a cambio de ser embajador de nuestra marca. Yo lo admiraba, pero el día de la visita a la planta lo estuvimos esperando y no vino”, recordó.
Años después llegaría su forzada convivencia en Boca, con Maradona en su última etapa como futbolista y Macri en sus primeros años como presidente del club. Hacia 1994 compartieron equipo en aquel partido amistoso entre jugadores y personalidades en Ferrocarril Oeste en el que Maradona le dio un pase perfecto al entonces empresario y Macri terminó la jugada con un zurdazo defectuoso.
Ya como presidente del club, Macri recuerda las llegadas de Maradona a los entrenamientos, con un camión, rodeado de un “séquito” de nueve personas, con seguimiento de prensa constante. “Nunca me perdonó que lo echase del club”, rememoró el expresidente, aunque Maradona (que lo denominaba “el cartonero Báez” por no dar aumentos de sueldo a los jugadores) se retirara por decisión propia en 1997. Allí la distancia entre ambos se ahondó todavía más, aunque cuatro años después, Macri le organizó el partido homenaje, donde Maradona afirmó: “Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”. Macri prefirió olvidar las durísimas críticas que le profirió Maradona, y que llegaron a los gritos de “Macri, andate a vivir a Tailandia” que le envió desde el balcón de la Casa Rosada en febrero. “Hay que quedarse con lo que nos dio a todos los argentinos”, reflexionó luego de su tuit, en el que con lenguaje neutro describió como “un día muy triste para todos los futboleros del mundo, especialmente los argentinos. Serán imborrables las enormes alegrías que Diego nos dio”, escribió.