LA NACION

Nápoles quedó huérfana sin su ídolo máximo

Los napolitano­s volvieron a peregrinar al estadio San Paolo, que pasará a llamarse Diego Armando Maradona, donde recordaron las míticas batallas del máximo ídolo del club

- Elisabetta Piqué

“Los napolitano­s somos los argentinos de Italia. Y Diego no se olvida. Él nos hizo soñar, es como Dios, un dios del calcio”

Nápoles.–haypeluche­s,bufandas, camisetas, ramos de flores, rosas de plástico, carteles escritos a mano y dejados ahí, en la reja de la curva B del estadio San Paolo, que, ya es una certeza, pasará a llamarse Diego Armando Maradona.

“Grazie D10S, enséñales cómo se juega al fútbol a los ángeles”, dice un cartel escrito a mano con un marcador azul en una hoja de papel con forma de nube. “Estaba aquí cuando llegaste... No podía no estar ahora que te pusiste las alas. Para siempre uno de nosotros. Ciao Diego”, dice otro, apoyado encima de una bufanda albicelest­e del Napoli. Muy cerca, sobre un peluche celeste y blanco, otro mensaje dice: “El tiempo del calcio se ha detenido. Chau Diego”.

Nápoles se despertó ayer huérfana. El estadio San Paolo fue meta de un peregrinaj­e incesante, que no se detuvo ni siquiera a la noche. No importa el frío ni el confinamie­nto duro debido al coronaviru­s, el lockdown. Centenares de personas, familias, chicos que nunca conocieron a Diego pero a quienes desde chiquitos les inculcaron el mito, la leyenda de ese hombre que rescató a Nápoles y al pobre sur de Italia, que la hizo feliz, que le hizo recuperar el orgullo, llegaban hasta el estadio para despedirse. Cada uno a su modo.

Filippo, de 19 años, que no vivió la época del rescate, esos ocho años de gloria que significó él, Diego, para la ciudad del Vesubio y la pizza, se arrodilló en silencio frente a una bandera con la imagen del 10 que se ha vuelto uno de los cientos de altares levantados espontánea­mente aquí para despedir al ídolo. Vestía un buzo celeste con capucha con el nombre de Maradona y el número 10 en la espalda, zapatillas y se quedó el tiempo necesario para que los periodista­s lo filmaran frente a varias velas prendidas e imágenes de santos.

Mario Perrotta, de 21 años, que tampoco conoció a Maradona, prendió una vela y lloró. “No lo conocí pero lloro porque a mí Maradona me lo inculcaron desde que nací”, dijo, conmovido. “Diego y San Gennaro caminan juntos en Nápoles y Maradona fue un dios, un padre y Nápoles, que ya estaba muerta por el lockdown, ha muerto por segunda vez”, explicó a su papá, Patrizio la nacion Perrotta, que sí conoció al astro y esa “religión” que significa aquí. Es fanático como la mayoría de los napolitano­s y tiene en el cuerpo tres tatuajes de Maradona: dos con su rostro y uno con su firma original.

“tuveelpriv­ilegiodeco­noceramara­dona en persona”, contó Patrizio, sacando el celular y mostrando fotos del “rey” junto con él, los dos jóvenes y flacos. “tengo varias anécdotas con Maradona porque tuve la suerte de ser amigo de raffaele Di Fusco, que era el portero del Nápoles y gracias a él podía seguir los entrenamie­ntos al borde de la cancha”, evocó este tifoso que es preparador físico del San Giuliano, un equipo de la periferia de la ciudad, de la serie B. “Vi cosas extraterre­streseneso­sentrenami­entos.una vez Bruno Giordano me tiró sin querer un pelotazo que me tiró al suelo y Diego vino a socorrerme. Me agarró y me llevó al vestuario porque me salía sangre de la nariz”, destacó.

“Otra vez, cuando el Nápoli volvía de una derrota con el tolosa y Diego erró el último penal, le pregunté qué había sentido y él me dijo: ‘tiro penales desde hace diez años y en esos cinco metros cambio mil veces el ángulo’...”, contó eufórico. Emblema del dolor que se palpaba en Nápoles, Patrizio explicó que los napolitano­s “tenemos el calcio en el ADN”. “En Nápoles decimos que el domingo se come pan y pelota”, sentenció.

“¿Ve ese edificio rojo, allá? En el 89 Nápoles le ganó la final de la copa Uefa a la Juventus en el minuto 119 del suplementa­rio con un gol de Careca, realizado con un pase espectacul­ar de Diego. Y en ese momento ese edificio tembló... Pensaron que había sido un terremoto, pero le habíamos ganado a la Juventus”, recordó.

Andrea, su otro hijo, de 18 años, que tampoco conoció ese fenómeno social que fue Maradona, escuchaba en silencio. Pero al final intervino: “Yo también me voy a hacer un tatuaje de Maradona, ya lo tenía pensado desde antes”, aseguró.

“¡Olé, olé, olé, olé, Diego, Diego!”, cantaba la multitud, que aplaudía, agradecía y entonaba, cíclicamen­te, el otro clásico himno maradonian­o,

“Oh mamma, mamma, mamma, sai perché me batte el corazón, ho visto Maradona, ho visto Maradona...”.

Lejos del San Paolo, donde Nápoli ganó ayer por la Europa League, también reinaba el clima de luto, de orfandad, de desamparo. “No fui hasta el San Paolo o al mural del barrio de los españoles porque soy muy emotivo y me emociono fácil y esto es muy duro”, dice Maurizio Coppola, mozo de un bar. “Maradona es un pedazo de Nápoles, ni siquiera puedo mirar las imágenes del velorio que llegan desde la Argentina, es muy duro... Los napolitano­s somos los argentinos de Italia. Y Diego no se olvida. Él nos hizo soñar, es como Dios, un dios del calcio, es una estrella... Y no se olvidan las estrellas”.

enzo francescol­i, FUTBOLISTA “Pasó a ser una leyenda. Su generosida­d la voy a recordar siempre. Siempre estuvo en la vigilia de los jugadores que no tenían voz”

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Reuters Los jugadores de Nápoli con la camiseta homenaje al ídolo, ayer, en el San Paolo, que adoptará el nombre de Diego Maradona
 ?? MUHAMMAD HAJ KADOUR/AFP ?? El artista Aziz Al-asmar retrató a Maradona en un edificio destruido por la guerra en Siria
MUHAMMAD HAJ KADOUR/AFP El artista Aziz Al-asmar retrató a Maradona en un edificio destruido por la guerra en Siria
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