LA NACION

El último abrazo. El respeto y la admiración del deporte más allá de los colores

Del plantel que dirigía en Gimnasia a Gallardo, de sus compañeros en México 86 a los jugadores del ascenso, Maradona logró unir a los más representa­tivos con los más humildes

- N. Zuberman y A. Vázquez

En las calles no hubo distincion­es de camisetas para despedir a Diego Armando Maradona: hinchas de todos los cuadros se acercaron a darle el último adiós. Y lo mismo ocurrió dentro de la Casa Rosada. Distintas figuras del fútbol argentino llegaron hasta el salón de los Patriotas Latinoamer­icanos para dar su pésame a la familia Maradona y pasar ante el féretro que llevaba el cuerpo de Maradona. Marcelo Gallardo, Enzo Francescol­i, Carlos Tevez, Javier Mascherano, Martín Palermo, José Pekerman, Claudio “Turco” García, el plantel completo de Gimnasia La Plata, Mariano Andújar, Daniel Osvaldo, Ubaldo Matildo “Pato” Fillol, Silvio Romero, el Kily González y Gabriel Heinze fueron algunos de los que llegaron hasta Casa de Gobierno, además de sus compañeros de la selección.

Todos futbolista­s con diversos recorridos y diferente vínculo con Diego, pero con un cariño unánime para el mejor jugador de la historia. Con un puñado de ellos compartió plantel y vestuario, con otros fue una relación de entrenador-jugador y con algunos simplement­e fue admiración, como bien lo definió Pablo Aimar: “Nosotros, antes que superhéroe­s, quisimos ser Maradona”.

Acaso el momento más emotivo dentro de la Capilla Ardiente se dio pasadas las 13, cuando llegaron los jugadores y el cuerpo técnico de Gimnasia, en silencio y con flores en la mano. Maradona asumió como DT del Lobo el 8 de septiembre del año pasado, su última aventura deportiva, tan intensa como todas las anteriores. Así se vivió también en el velorio. El plantel de Gimnasia arribó en dos micros, encabezado por el capitán Luchas Licht y el último ayudante de Maradona, Sebastián “Gallego” Méndez, uno de los más sentidos. El abrazo de Méndez con Jony Espósito, sobrino y asistente del Diez, el último que lo vio con vida el martes 24 a las 23, fue conmovedor, como también el llanto desconsola­do de Marcelo Weigandt. Uno por uno, los ex dirigidos de Diego pasaron ante el féretro y saludaron a Claudia Villafañe, las hijas Dalma y Giannina, para luego rodear al cuerpo en la última despedida. Fue una de las fotos icónicas de la histórica jornada.

La charla de Gallardo en River

Marcelo Gallardo había pasado un rato antes, al mismo tiempo que José Pekerman, también coincident­e con el presidente Alberto Fernández y buena parte del gabinete. Gallardo, que dirigió la práctica matutina de River sin ropa del club, todo vestido de negro haciendo honor al luto, les transmitió a los futbolista­s más jóvenes lo que fue Maradona para el fútbol argentino durante una ronda improvisad­a en el centro del campo. El último encuentro entre ambos fue en septiembre del 2019, en el Bosque de La Plata, cuando Gimnasia recibió a River. “Te quiero hermano, te quiero hermano”, le susurró Gallardo. “Te merecés todo lo que lograste”, le devolvió Diego. La relación había comenzado 25 años antes, en un gesto de Maradona que trascendió casi 20 años después y que el técnico Millonario aún atesora. Gallardo, en la era de Daniel Passarella como entrenador de la selección, recibió la camiseta 10 tras el Mundial 1994 y erró un penal ante Australia en un amistoso en la cancha de Quilmes. El Muñeco contó que la pasó mal hasta que recibió un apoyo inesperado: “Me llamó para darme ánimo, me dijo que le diera para adelante, que confiaba en mí y no tenía por qué hacerlo. Diego tiene eso. Quizás no se acuerda, pero creo que sí porque tiene memoria y solía hacer esas cosas”.

Francescol­i fue otro de los símbolos de River que pasó su pena por delante del cajón decorado con camisetas de Boca, Argentinos, la selección y la Copa del Mundo como testigo. A Diego y a Enzo, rivales en River y en Boca, en Argentina y en Uruguay, los unió una relación de casi cuatro décadas. Un 26 de noviembre se habían cruzado en un clásico que terminó 0 a 0 en el Monumental. Cuando medio estadio silbaba al 10 xeneize, Francescol­i atravesó la cancha y lo abrazó, como muestra de apoyo. Al final, intercambi­aron camisetas.

La representa­ción institucio­nal del fútbol estuvo en la participac­ión del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Claudio “Chiqui” Tapia; el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez; el presidente de la Superliga, Marcelo Tinelli; el presidente de Boca, Jorge Amor Ameal y el vicepresid­ente, Mario Pergolini. Además, la mayoría de los ex jugadores del equipo campeón del mundo de 1986 llegaron en un micro provisto por la AFA y también estuvieron en la ceremonia íntima en La Paternal, durante la madrugada: Oscar Ruggeri, Jorge Burruchaga, Oscar Garré, Nery Pumpido y Ricardo Giusti, entre otros.

Maradona parecía tener una relación especial con cada uno de los jugadores a lo largo del planeta, más allá de nombres, carteles o equipos. Por el contexto de la pandemia, no hubo figuras internacio­nales. Pero sí representa­ntes del ascenso argentino, como Pablo Vicó, el emblemátic­o entrenador de Brown de Adorgué, que entró caminando por Avenida de Mayo, como un fanático más. Aunque haya sido el mejor de la historia, Maradona también representa­ba a ese fútbol.

 ?? ARCHIVO ?? Francéscol­i, Gallardo y Pekerman (arriba); Andújar, Tevez y Heinze (abajo), todo el fútbol argentino se hizo presente en el velatorio
ARCHIVO Francéscol­i, Gallardo y Pekerman (arriba); Andújar, Tevez y Heinze (abajo), todo el fútbol argentino se hizo presente en el velatorio

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina