LA NACION

Una relación con altibajos que trataba de tocar la fibra íntima del paciente

Ante la resistenci­a para el tratamient­o, Luque motivaba a Maradona desde el costado emocional

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La relación entre diego maradona y su médico, Leopoldo Luque, tuvo un profundo costado emocional. Un diálogo fue crucial cuando nadie imaginaba que el desenlace de la historia sería la muerte del paciente. Fue el 2 de noviembre. Luque le habló como profesiona­l. El ex-dt de Gimnasia le respondió como un enamorado de la pelota. “Tengo que dirigir el domingo”. Faltaban seis días para el encuentro con Vélez, por la segunda fecha de la copa Liga Profesiona­l –ahora copa maradona–. “Si venís a la clínica, vas a jugar, no a dirigir”, escuchó maradona. La frase lo movilizó. Y fueron a la clínica ipensa, ubicada en La Plata, donde el exfutbolis­ta fue operado por un hematoma subdural.

Luque había ido a la casa de Brandsen, acompañado por todo el equipo de psicólogos, porque los allegados no veían bien a maradona. El médico no dudó y sugirió la internació­n. La resistenci­a se venció con aquella frase que había tocado su fibra íntima. Era una constante entre ellos.

El equipo médico detectó en maradona la angustia que le trajo la cuarentena, con un fútbol argentino que se interrumpi­ó en marzo y recién volvió en su cumpleaños Nº 60, el 30 de octubre. desde ese día, al excapitán del selecciona­do argentino fue apagándose. Se lo veía triste y sin ganas de hablar.

El éxito de la operación neurológic­a abría un panorama optimista. Si hasta Luque subió en las redes sociales una foto junto con maradona sonriente. La exposición de las imágenes, según supo la nacion, no le cayó bien a la familia.

Según se pudo reconstrui­r, Luque, en todo momento, buscaba la manera de “provocarlo”, de que “se enojara” y, así, de que reaccionar­a para mejorar su salud. Hubo momentos tensos. En una entrevista de hace unos meses con infobae, Luque mencionó: “Le dije: ‘diego, esto no es así, esto depende de vos, te quiero ayudar, ¿me dejás ayudarte?’. ‘¿Tenés auto? Bueno, andate’, me respondió. me estaba por ir, pero retrocedí y le dije: ‘Vos me vas a echar cuando sea el momento. Vos nos enseñaste que cuando la situación está mal es cuando hay que aparecer’. Y le pregunté: ‘¿Querés estar mejor’. ‘Sí’, me contestó. ‘¿Por quién jurás que vas a estar bien?’, insistí. ‘Lo juro por mi mamá’, me dijo”.

Su método para tratar a diego a nivel médico fue a través de diferentes “negociacio­nes”: momentos específico­s para ir a caminar al parque o ejercitars­e. Al principio, Luque se encontró con resultados rápidos, tal como demostró maradona en medio de la pandemia. durante la cuarentena, el médico lo estuvo viendo una hora por día, de tres a cinco veces por semana. maradona aumentó primero la caminata, luego pudo trotar. después, se animó a hacer jueguitos con la pelota, aunque no sin cierta dificultad al moverse.

¿cómo llegó maradona a Luque? El excapitán consultó con un cirujano por sus problemas de sueño. Y este hizo el enlace con Luque y con su socio, Ariel Sainz. Hubo una primera consulta cuando maradona estaba dirigiendo en dubai (2017-2018), que quedó perdida en el tiempo. Ambos empezaron a trabajar con el ídolo cuando asumió el cargo como dt de Gimnasia, en septiembre de 2019.

Luque, neurociruj­ano, diseñó el plan “maradona fitness”, con el que diego logró bajar 11 kilos. La prioridad fue que no tomara alcohol. El médico siempre consideró que el artífice de la recuperaci­ón fue el propio paciente. Lo incentivab­a a partir de ese criterio, algo así como una arenga.

Luque y maradona Sostuviero­n en los últimos meses una relación intensa, como casi todas las del exentrenad­or, incluso un altercado en los últimos días en el que maradona le dio un empujón, según informaron fuentes judiciales, tras las declaracio­nes de uno de los enfermeros.

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