Polonia: una “mayoría silenciosa” a favor de la ley contra el aborto
Las protestas por la liberalización son masivas, pero la población en general se opone
VARSOVIA.– Las multitudinarias protestas en Polonia contra la decisión judicial que impone una prohibición casi total del aborto se están volviendo cada vez más políticas, pero el país europeo, de fuertes raíces católicas, parece lejos de cambiar de manera radical.
Los sondeos muestran que los polacos se acostumbraron a la legislación sobre el aborto, una de las más estrictas de Europa, adoptada tras la caída del comunismo en un marco de compromiso entre el Estado y la Iglesia. Según esa ley, de
1993, el aborto sólo está autorizado en caso de violación o de incesto, cuando la vida de la madre corre peligro o en caso de malformación grave del feto.
En octubre último, el Tribunal Constitucional prohibió esta última disposición alegando que era “incompatible” con la Constitución. La iniciativa provocó una ola de protestas en todo el país.
“Presenciamos una movilización sorprendente, especialmente de las generaciones jóvenes. Y, en este grupo, aumenta el apoyo a una ley más liberal, pero no es la mayoría”, explicó Adam Szostkiewicz, comentarista político y religioso. “La mayoría se mantuvo silenciosa durante años, creyendo que si la Iglesia lo dice y los políticos no lo ponen en entredicho, entonces es evidente que tiene que ser así”, añade.
Sólo 22% de los polacos están a favor del aborto libre, según un sondeo realizado el mes pasado por el Instituto Kantar. Un 62% cree que debería ser legal en ciertos casos, y un 11% está a favor de una prohibición total.
“Somos muy religiosos, ¿no? Y bastante conservadores, arraigados a una visión conservadora de la familia y de los papeles de la mujer y del hombre”, afirma la socióloga Katarzyna Zielinska.
“No ha habido revolución sexual en Polonia. Al contrario, hemos tenido un renacimiento religioso, ya que la movilización contra el régimen comunista estaba asociado a la religión”, apunta.
Bajo el comunismo, cuando Polonia tenía una ley liberal sobre el tema y no se disponía de métodos anticonceptivos, o eran ineficaces, se practicaban innumerables abortos. Hoy en día, hay menos de
2000 abortos legales al año en Polonia, según datos oficiales. Las organizaciones feministas estiman que se realizan ilegalmente unas
200.000 interrupciones de embarazo en el extranjero cada año.
Según la socióloga Inga Koralewska, el régimen comunista introdujo en 1956 una legislación liberal no por amor al feminismo sino para darle “una patada a la Iglesia, base de la identidad polaca” y aliada de la oposición democrática en aquella época.
Cuando el comunismo se derrumbó, el Estado estaba arruinado y la Iglesia se mantenía fuerte. Esto le permitió tener un papel activo en la elaboración de la ley actual del aborto. En aquel momento, los polacos tenían una opinión más liberal sobre la cuestión.
El cambio desde entonces se puede atribuir a varios factores, como el hecho de que los políticos –incluso los de izquierda– evitan abordar el tema por miedo a que la Iglesia movilice a los electores en su contra.
La situación empezó a cambiar con las manifestaciones de 2016 contra el endurecimiento de la ley, cuando las mujeres empezaron a hablar de sus propios abortos.
Para Szostkiewicz, “lo que es interesante es la radicalización del grupo liberal”.
“Esta gente está harta del silencio de la mayoría, y harta de la injerencia de la Iglesia –aliada con el Estado– en sus asuntos privados y manifiestan públicamente su indignación”, añade.
“Probablemente este grupo radical ganará terreno y tendrá un efecto en la opinión pública en general. ¿Pero esto sucederá ahora o en un futuro próximo? No lo sé”.
Los alcances de la protesta
Klementyna Suchanow, activista del colectivo Huelga de Mujeres, que coordina las protestas, afirma por su parte que estas representan “una auténtica revolución”.
“La gente se ha dado cuenta de que todo está utilizado por el poder con fines políticos. Fue precisamente el caso de la decisión del tribunal (respecto el endurecimiento de la ley del aborto) lo que provocó el estallido de esta ira.”
“Desde las primeras protestas –agrega Suchanow–, nos dimos cuenta de que el aborto no era la única cuestión que movilizaba a la gente. Hoy decimos que ya no es la huelga de mujeres, sino la huelga de todos. La gente protesta contra todo lo que pasa en Polonia. Las cuestiones de los derechos de las mujeres están en primera línea, pero también las que están relacionadas con el mercado laboral, la pandemia, la tendencia al fascismo en la vida pública y política”, sostiene.