El escalofriante accidente de Grosjean en Bahrein y las normas de seguridad en la Fórmula 1
El suizo, de 34 años, chocó contra un guardrail a 212 km/h, pero volvió a nacer: sufrió traumatismos y quemaduras leves; la carrera estuvo suspendida y, cuando se reanudó, ganó Hamilton
La imagen causa escalofríos. Por un instante, la Fórmula 1 queda en silencio y los sonidos que acompañan a una carrera desaparecen. Un auto sale espantado, impacta contra una barrera de protección y es devorado por una gigantesca bola de fuego. El Gran Premio de Bahrein, la decimoquinta fecha del calendario, se convierte en un infierno. De repente, el milagro: Romain Grosjean, el piloto siniestrado, emerge entre las llamas. El mundo vuelve a andar, las lágrimas asoman en los rostros de los integrantes del equipo Haas: reflejan alivio y emoción. La desazón le deja espacio a la felicidad. Los peores pensamientos son archivados, estallan los aplausos. El Gran Circo eludió las señales de destino trágico y enseñó que los avances en materia de seguridad no deben tener límites ni ser rehusados por el esteticismo que deben presentar los autos. Grosjean, a los 34 años y en la que seguramente es su última temporada en la F.1, descubrió una segunda partida de nacimiento.
El impacto tuvo una fuerza destructora: 53 veces la aceleración de la gravedad; una curva representa 5G. El auto N°8 golpeó a 212km/h, informó la escudería. El piloto estuvo durante 27 segundos envuelto por el fuego. El Halo, una estructura triangular que rodea al piloto por encima y delante, que protege la cabeza –en particular en el caso de un impacto frontal– y que se implementó de modo obligatorio en 2018, es la principal razón de la supervivencia del francés. En accidente de esa clase, murieron decapitados el galo Francois Cevert y el austríaco Helmuto Koinigg, en 1973 y 1974, respectivamente. El Halo hubiera salvado la vida de Jules Bianchi, el joven talento que murió en el GP de Japón, hace seis años, tras golpear contra una grúa. “Lo introdujeron en la F.1 después del accidente de mi hijo y ahora salvó la vida de Romain. Eso es muy bueno. Estoy muy contenta que esté sano”, le escribió Christine –la mamá de Jules– a un periodista francés, tras el accidente.
El fuego hizo viajar a la mente al accidente de Niki Lauda, en Nürburgring, o al de Ronnie Peterson, en Monza. Ambos fueron rescatados por compañeros y comisarios; Grosjean salió solo. Y es también por cómo y cuánto juega la seguridad: los buzos resisten llamas de 500° centígrados durante medio minuto; el modelo de casco ultraprotector que en 2018 homologó la FIA; la resistencia de la célula de supervivencia, construida en fibra de carbono… El francés no sufrió quebraduras y los partes médicos señalan solo quemaduras leves en las manos y en el pie izquierdo, porque perdió la bota en la huida. Una nimiedad, si se analiza que el auto se partió en dos.
La rápida intervención del doctor Ian Roberts, que viajaba en el auto médico que acompaña las largadas y era conducido por Alan Van der Merwe –campeón de la F.3 Británica en 2003– no es un detalle aleatorio: solo nueve segundos transcurrieron desde el accidente. Con los comisarios descargando los extinguidores, Roberts se centra en rescatar a Grosjean, que logra desatarse solo del cockpit y salta el guardrail con la ayuda de Van der Merwe. “En 12 años nunca vi tanto fuego. Salir solo después de un accidente así es incasco creíble”, relató el sudafricano, que fue rival de Lewis Hamilton. “Estaba shockeado, le quité el casco para revisar que estuviera bien. Lo subimos al auto, le administramos un gel en las quemaduras y constatamos que no tuviera golpes en la cabeza”, señaló Roberts, que explicó que Grosjean no tenía visión porque el visor del se había fundido por el fuego y estaba opaco.
“Fue horrible y quedé conmovido por las imágenes. Asustaba, no tenía idea de que un auto de F.1 podía partirse de esa forma”, señaló Pierre Gasly, de Alpha Tauri. La secuencia del accidente se inició cuando el neumático trasero derecho del auto de Grosjean se montó con el delantero izquierdo de Daniil Kvyat (Alpha Tauri): despedido a 212km/h, el impacto contra la triple hilera de guardrail quebró la unión entre el chasis del Haas y el motor, que quedó en una sola pieza junto con el tren trasero y el alerón trasero, sin cruzar la barrera y sin prenderse fuego. El guardrail estaba montado en un ángulo inusual y peligroso y fue el Halo levantó la defensa superior, después que el tren delantero rompiera las hojas de acero. La razón de por qué el auto explotó en una bola de fuego será materia de investigación por parte de la FIA, aunque no se descarta que el tanque de combustible, que es a prueba de balas, se fisurara. “Es probable que se haya roto una manguera en la conexión de combustible. No creo que se hayan consumido los 100 litros que carga un auto de F.1 al momento de la largada”, explicó Ross Brawn, el director deportivo de la F.1 y quien apoyó a Jean Todt –presidente de la FIA y con el que trabajó en Ferrari en el exitoso ciclo de Michael Schumacheren la implementación del Halo, que también contribuyó para que Lance Stroll no sufriera consecuencias graves después que el Racing Point quedara con los neumáticos hacia arriba, luego de montarse sobre el auto de Kvyat, en el reinicio de la carrera que estuvo detenida durante una hora con bandera roja.
“No estaba a favor del Halo hace unos años, pero creo que es algo muy bueno que tenemos en la F.1. Si no fuera por él, no podría haber hablado con ustedes”, relató Grosjean, en un video que subió a las redes sociales. El francés, actual presidente de la GPDA (Asociación de Pilotos de Grandes Premios), será evaluado con nuevos estudios para determinar si recibe el alta médica. El fin de semana, en Bahrein la F.1 desandará el anteúltimo capítulo de la temporada. Un año atípico, de récords como los que inscribe Hamilton, que ganó y llevó a 95 el número de victorias, pero también de certezas en los avances en materia de seguridad.